El mapa con todos los quesos del mundo (y sus lugares de origen)

Viajar es sinónimo de descubrir nuevas culturas, de maravillarse con paisajes imposibles o de adentrarse en recónditos pueblos que parecen sacados de la mejor de las películas. Pero también es la excusa perfecta para probar y disfrutar de las comidas más exquisitas de todo el planeta. Y, dentro de todas las exquisiteces que podemos probar en cualquiera de nuestros viajes, una de las delicias que nunca puede faltar en nuestra mesa es el queso.

Y es que sí, lo reconocemos, somos verdaderos fanáticos del queso. Lo somos porque es el acompañamiento perfecto a cualquier vino, porque es la antesala de una buena conversación y porque pocos alimentos consiguen que nuestro estómago y nuestro cerebro se estimule tanto como para querer comerlo a todas horas, y con todos los platos. Pero... ¿cuántos quesos hay en todo el mundo? Hemos encontrado un mapa, de Taste Atlas, que recoge todos los quesos que, sí o sí, debemos probar una vez en la vida.

Una web que nos permite viajar, literalmente, por todo el mundo en busca de los quesos típicos que podemos encontrar en cada zona del globo terráqueo. O lo que es lo mismo: la guía definitiva para los amantes del queso que en todos sus viajes buscan maravillarse con nuevos sabores. Y lo hace región a región, ciudad a ciudad, y país a país para que sepamos concretamente a donde debemos acudir para probar desde los quesos más típicos a lo más desconocidos.

No es lo único que encontramos en este lugar: también hay un listado de los mejores quesos del mundo, elegidos por turistas de todo el planeta y en el que se cuelan dos de nuestros mejores quesos: el queso manchego, y el queso manchego curado: en los puestos 24 y 36 de todo el planeta según este listado. ¿Cuáles son los quesos mejor valorados del mundo? Para esta web los cinco mejores son italianos y son los siguientes:

1. Parmigiano Reggiano

No nos extraña, pues está considerado como uno de los quesos con mayor calidad de todo el planeta. Este queso, el Parmigiano Reggiano, se elabora con leche cruda semidesnatada de vacas que comen pasto fresco y heno. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, cuando los monjes benedictinos y cistercienses recuperaron los humedales del valle del Po y empezaron a producir este preciado queso, que más tarde recibió el nombre de la ciudad de Parma, su lugar de origen.

Hoy en día no se produce solo en Parma, también en Reggio Emilia, Módena, Bolonia y en la provincia lombarda de Mantua. El resultado es un queso particularmente versátil que es el ingrediente esencial para muchos platos italianos clásicos, pero que también es ideal para rayar sobre pasta o para servirse con crudités, ensaladas, fruta fresca o nueces.

2. Stracchino de Crescenza

Este queso, también italiano, normalmente se elabora con leche de vaca, pero también se puede hacer con leche de búfala de agua. Una vez elaborado nos encontramos con un queso que tiene una textura cremosa y mantecosa, por lo que a menudo se usa como un untable de las mesas italianas. Sus sabores pueden variar: desde las variables más suaves, a otras cremosas y dulces.

Hoy en día se asocia con las regiones de Lombardía, Piamonte, Liguria y Véneto, aunque se produjo por primera vez en el valle del Po de Lombardía. La mejor forma de probar este queso, como recomiendan, es hacerlo acompañado de fruta fresca o fiambres con una copa de vino blanco afrutado. ¿No se te hace la boca agua?

Una curiosidad: el nombre stracchino se deriva de la palabra stracca, que significa cansado, en referencia a las vacas cansadas que suben y bajan los Alpes y que producen una leche muy rica que es ideal para la elaboración de este queso.

3. Burrata

Burrata, que literalmente significa untado con mantequilla, es un queso artesanal de la región de Puglia, en el sur de Italia, especialmente de las provincias de Bari y Barletta-Andria-Trani. El queso se elabora artesanalmente con leche de vaca, cuajo y nata. Se cree que el queso fue creado por Lorenzo Bianchino Chieppa, un quesero que tuvo la idea de formar un caparazón de tiras de mozzarella estiradas y rellenarlo con una deliciosa y rica crema con pequeños trozos sobrantes de mozzarella.

El resultado fue un verdadero manjar con el interior más cremoso y un rico sabor a leche fresca, que muy rápidamente se hizo extremadamente popular. La burrata se debe comer lo más fresca posible, idealmente dentro de las 24 horas posteriores a su elaboración. Se puede servir sola, condimentada únicamente con un poco de sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva virgen extra, pero también es absolutamente deliciosa acompañada de tomates frescos y prosciutto crudo, o como aderezo para pizzas.

4. Grana Padano

Producido por primera vez en el siglo XI por los monjes cistercienses de la abadía de Santa Maria di Rovegnano en Chiaravalle Milanese, el queso Grana Padano es conocido como uno de los pocos quesos parmesano que posiblemente puede competir con el mucho más famoso Parmigiano-Reggiano.

Este queso duro está elaborado con leche de vaca semidesnatada sin pasteurizar y lo podemos encontrar en todas estas variedades: Grana Padano, Trentin Grana y Grana Grattugiato. Se comercializa en diferentes estados de maduración: Grana Padano (9-16 meses), Grana Padano Oltre 16 mesi (más de 16 meses) y Grana Padano Riserva (más de 20 meses).

Hoy en día, el Grana Padano se puede encontrar en todo el valle del Po, es decir, en las regiones de Lombardía, Trentino-Alto Adige, Veneto y Emilia Romagna. A medida que el queso envejece, los sabores se vuelven más pronunciados, sabrosos y complejos, mientras que la textura se vuelve aún más granulosa y quebradiza.

5. Mozzarella di Bufala Campana

Aunque hay muchos quesos mozzarella de búfala elaborados con una combinación de leche de búfala y de vaca, para ser etiquetados como tales, la mozzarella di bufala campana genuina debe elaborarse al 100% con leche de búfala y producirse en la región de Campania o en la vecina Lazio, en Apulia.

Se sabe que la leche de búfala es más alta en calcio y proteínas y más baja en colesterol, lo que hace que este queso mozzarella sea particularmente apreciado y buscado. La mozzarella de búfala siempre viene envasada en salmuera; tiene un sabor suave pero ligeramente ácido y combina bien con varios platos antipasti italianos, especialmente con clásicos como la ensalada Caprese.