Siguiendo los pasos del queso manchego
Alcázar de San Juan
Alcázar de San Juan se disputa con Alcalá de Henares el honor de ser el lugar de nacimiento de Cervantes, ya que, en 1748, se encontró en su iglesia la que parece ser la partida de nacimiento del escritor. Este pueblo cuenta con magníficos molinos de viento y posee un casco viejo por el que, sin duda, merece la pena perderse. Alcázar cuenta con importantes queserías con el certificado Denominación de Origen.
Campo de Criptana
Campo de Criptana es ideal para vivir una experiencia manchega pura. Reconocida por su elaboración de quesos, aquí se pueden degustar en muchos restaurantes y tiendas. En esta localidad se alzan los gigantes a los que se enfrentó Don Quijote, sus poderosos molinos de viento. Algunos de estos enormes molinos, la mayor obra de ingeniería del XVI, siguen trabajando el cereal como se hacía siglos atrás gracias al ingenio del hombre y a la fuerza del viento.
Tomelloso
En el municipio, muy cerca del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, se elabora el queso Tomel, otro de los manchegos más galardonados en concursos nacionales e internacionales. Si a ello se le añade su interesante producción vitivinícola y sus propuestas de enoturismo, es el lugar ideal para vivir una sensación manchega. Es tierra de genios, cuna del pintor Antonio López y del escritor Francisco García Pavón.
Villanueva de los Infantes
En Villanueva de los Infantes se elabora el queso Chisquero, laureado con la medalla de plata en los World Cheese Awards de 2017. La capital de la comarca de Campo de Montiel posee un sensacional conjunto artístico histórico barroco y renacentista. Además de saborear el Chisquero, hay que adentrarse en el Convento de Santo Domingo, donde murió Quevedo y donde se conserva su celda en el interior.