Entrevista a Edurne Pasaban, primera mujer en ascender los 14 ochomiles

La primera mujer en ascender los 14 ochomiles del planeta viene de pasear por las cumbres a personajes famosos para una serie de TVE que se estrenará este otoño. Tiene 40 años casi recién cumplidos (nació en Tolosa el 1 de agosto de 1973) y vive entre montañas desde que siendo una niña sus padres la llevaban en la caravana al Pirineo catalán. Sin embargo, tras ver cumplidos sus sueños de llegar a lo más alto, Edurne reconoce que el alpinismo solo ha sido "una buena excusa para poder viajar"

Edurne Pasabán

Edurne Pasaban

/ César Lucas Abreu

Ha convivido muchas veces con el riesgo y ha perdido amigos en la montaña, pero no sabría vivir sin esas laderas escarpadas o cubiertas de nieve desde las que ha contemplado paisajes increíbles. Edurne Pasaban, delante de un café y un zumo, recuerda esas cumbres y habla de experiencias a más de ocho mil metros de altura como si hablara de una actividad normal. Aunque estudió Ingeniería Industrial y trabajó unos años en la empresa familiar, al final pudo más su gran vocación. Volvió pronto al Himalaya y, casi sin pretenderlo, se encontró con el reto de ser la primera mujer en coronar los 14 picos más altos del planeta. Aprovechó la oportunidad, pero apenas presume de ello. En lugar de colgarse medallas, el tesón y la fortaleza de esta guipuzcoana se diluyen en experiencias humanas y encuentros con culturas diferentes a la nuestra.

¿De dónde le viene su vocación por el montañismo?

Siendo unos niños, mis padres nos llevaban a mi hermano y a mí a la montaña. En invierno viajábamos en una caravana, de la que colgaban a veces estalactitas de hielo, a los Pirineos. Yo tendría unos cinco años y recuerdo mucho aquellos viajes, como recuerdo también los viajes del verano por la costa mediterránea.

Ascender al Mont Blanc a los 16 años no debe borrarse fácilmente de la memoria.

Eso no se olvida nunca. Yo quería salir de Tolosa y conocer nuevos sitios. La montaña era una excusa para viajar. Entonces, con cinco chicos mayores que yo cruzamos toda Francia en una furgoneta hasta llegar a Chamonix. La ascensión al Mont Blanc fue mi primera gran aventura. Pero el objetivo no era solamente la montaña sino poder conocer algo diferente.

¿Ha sido un pretexto para descubrir otras culturas?

Mis viajes a la montaña tienen mucho que ver con la cercanía a la cultura del pueblo. En mis expediciones han participado sherpas, cocineros..., y me gusta meterme en la cultura de esta gente. Conoces mil historias.Edurne Pasaban confiesa que lo importante de una ascensión no es la cumbre sino el camino. Cuida al máximo los preparativos y acumula guías, planos y toda la información posible sobre el lugar de destino. "La planificación es importante -apunta- porque empiezas ya a vivir la aventura. A veces sueño con ese sitio y luego me llevo una decepción, porque tampoco era para tanto...".

¿Cómo valora el trabajo de los sherpas y su forma de vida?

Son gente que te da lo poco que tiene. Ellos trabajan y se sacan cuatro perras de los trekking, con las que mantienen a su familia toda la vida. Nepal es un país muy pobre, donde no hay nada, pero puedes tener la seguridad de que no te van a robar. Puedes andar tranquilamente de noche por Katmandú, una ciudad gigantesca, sin miedo. Es un país muy tranquilo y pacífico.

Si tuviera que elegir alguna ciudad, ¿con cuál se quedaría?

Para mí, las tres ciudades mejores del mundo son San Sebastián, donde vivo, Barcelona y San Francisco.¿Por qué San Francisco?Porque es muy abierta, se puede practicar mucho deporte y aprecio mucho la cultura de California. He pasado bastantes veranos allí. También me gustan los parques temáticos y no me importaría irme a vivir a California.

Tras haber conocido los picos más altos de la Tierra, tendrá difícil quedarse con un paisaje...

El que más recuerdo lo disfruté una tarde, descendiendo el K-2. Estaba anocheciendo y veía delante de mí la sombra de una pirámide perfecta. Me preguntaba, ¿qué es esto? Aquella sombra la provocaba el sol que se escondía detrás del K-2. Luego contemplas la impresionante vista del glaciar Baltoro y te parece increíble. Esto solo lo puedes ver una vez en tu vida, estando a esa hora y allí arriba.

Nada más regresar de una expedición por Groenlandia, Edurne se ha metido de lleno en la grabación de la serie Cumbres, donde acompaña a personajes famosos por esas montañas que conoce como nadie. Además, gestiona una agencia de viajes (Edurne Pasaban Expeditions) e imparte conferencias a directivos de empresas

¿Qué aconseja a los directivos, con un tipo de vida más sedentaria?

A muchos les vendría bien ir al campo para airearse. El ejecutivo tiene poco tiempo para realizar buenos viajes. Los viajes enriquecen y aportan energía muy buena. Nos abren a muchas cosas y sirven para que nos demos cuenta de lo que tenemos en casa.

Cuando se ha dormido tantas veces en tiendas de campaña y en condiciones adversas, ¿se valoran más los hoteles de lujo?

Yo he dormido en cualquier sitio. Lo bueno me gusta, pero soy de cosas pequeñas, casas rurales y rincones con encanto. De cosas puestas con gusto, que puedan convertir esa escapada en lo más romántico, lo más bonito y lo más relajante del mundo.

¿Qué lugares tiene seleccionados en la agenda para visitar algún día?

Me gustaría visitar Nueva Zelanda y Australia. Dentro de España, tengo que ir a conocer Sevilla con mis padres. Que me perdonen los sevillanos, pero he estado por todo el mundo y aún no conozco Sevilla.¿Lo más curioso que le ha pasado en un viaje?Con 19 años, en Lima (Perú) de madrugada nos intentaron robar a una amiga y a mí. Salimos del taxi y en una calle oscura, camino del hotel, escuchamos el clic de un arma. Menos mal que había cerca policías, pero pasamos un miedo tremendo.

Así surgió el reto de ser la primera

La montaña es su vida y Nepal su otra casa. En este país asiático ha vivido Edurne Pasaban momentos inolvidables. "Es espectacular y todo aquel que quiera disfrutar en medio de grandes montañas tiene que ir a conocerlo. Pero, además, la gente y la cultura de Nepal lo hacen todavía más grande y atractivo. Cada año tengo que ir a Nepal, aunque me quede luego al pie de sus montañas", comenta esta alpinista que logró pisar, entre 2001 (Everest) y 2010 (Shisha Pangma), las 14 cumbres más altas del mundo, todas por encima de ocho mil metros:"Después de subir al Everest, empecé a escalar más montañas de ocho mil metros, pero nunca pensando en ser la primera mujer en completar los catorce ochomiles. Al llegar al noveno fue cuando me planteé el objetivo de conseguirlo. Después surgió la polémica de si la primera en lograrlo era yo o una coreana, hasta que la propia Federación de Corea del Sur le quitó validez a una de las cumbres supuestamente coronada por Oh Eun-Sun". Hablar de riesgo y de peligro con Edurne Pasaban es como hablar de oleaje en la playa de La Concha: "Cuando voy a la montaña, lo único que me preocupa es subir a la cumbre, aunque pienso en volver para seguir disfrutando de la vida. La vida es muy corta y el riesgo ya ha dejado de ser para mí un aliciente. Soy humana y en alguna ocasión me he preguntado: ¿pero qué cristo hago yo aquí, pudiendo estar descansando tranquilamente en una playa?". El sedentarismo, sobre todo el juvenil, le parece casi una amenaza para la salud física y mental: "Todo el mundo tendría que viajar. Los viajes nos ayudan a madurar. Son otras culturas, otros colores, olores, y muchas cosas más".

Síguele la pista

  • Lo último