La Befana: la bruja buena italiana que reparte regalos la misma noche que los Reyes Magos

Las tradiciones navideñas son de los más curiosas y distintas de unos países a otros, incluso relacionándose entre sí.

En la Piazza Navona de Roma la Befana es la protagonista de los mercadillos navideños
En la Piazza Navona de Roma la Befana es la protagonista de los mercadillos navideños / Istock / piola666

Año tras año, niños -y no tan niños- de los países hispanohablantes esperan ansiosos a que llegue la noche del 5 de enero, en la que los Reyes Magos recorren todas las casas montados en sus camellos repartiendo regalos a aquellos que se han portado bien. Esta remota tradición cristiana tiene tantos años de vida como se dice que tiene Jesucristo, pues la Biblia cuenta que tres Reyes Magos partieron la misma noche en la que nació el hijo de Dios, siguiendo una estrella fugaz hasta el pesebre donde la Virgen María dio a luz para obsequiarle con oro, incienso y mirra.

Silueta de los Reyes Magos

Silueta de los Reyes Magos

/ Istock / Lisa Thornberg

Aunque hoy en día muchos de los niños que reciben regalos de parte de estos tres eternos sabios no hayan sido criados en el catolicismo, es una tradición inquebrantable navideña en la que se intenta que todos los pequeños reciban algo en este día en el que reina la ilusión y la inocencia. En otros lugares del mundo las vacaciones de Navidad acaban con Año Nuevo. De hecho, hay países como Bélgica, Luxemburgo o Países Bajos en los que los regalos se reciben mucho antes, el 6 de diciembre de la mano de San Nicolás, que ha recorrido un largo camino desde España.

Sin embargo, hay lugares en los que sí se celebran los días 5 y 6, aunque de una manera algo diferente. Es el caso de Italia. También celebran la Epifanía, pero con una figura que nada tiene que ver con la de los Reyes Magos: la Befana (nombre que deriva de 'Epifanía'). Según la tradición italiana, esta bruja recorre las ciudades llenando los calcetines de los niños buenos de regalos y de carbón los de los malos. Pero, ¿por qué una bruja?

Calcetín de la Befana lleno de dulces y carbón

Calcetín de la Befana lleno de dulces y carbón

/ Istock / nambitomo

La doble leyenda de la Befana

La leyenda cuenta que la noche en la que Melchor, Gaspar y Baltasar partieron en busca del pesebre, le ofrecieron a esta bruja que les acompañara. Esta se negó desacreditándoles. Cuando se enteró de que habían encontrado a Jesús, se sintió tan mal que decidió dejar regalos a los niños todas las noches del 5 de enero. Solo hay una condición, que le dejen una mandarina y un vaso de vino para que recupere fuerzas y así seguir su camino.

Pese a su contextualización cristiana, también encuentra su origen en ritos propiciatorios paganos heredados de los romanos. Se creía que las 12 noches siguientes al solsticio de invierno, mujeres montadas en escobas sobrevolaban las cosechas para propiciarlas. La Befana no es una bruja mala como las que se pintan en los cuentos infantiles, sino que es una mujer sonriente, aunque anciana y desaliñada; aspecto a través del cual representa la salida del viejo año.

La Befana sentada en su casa en Urbania

La Befana sentada en su casa en Urbania

/ Istock / Tunatura

En Italia se dice que "la Epifanía acaba todas las fiestas" (l'Epifania tutte le feste porta via), pues es el último día de las vacaciones invernales. La figura de la bruja está presente en todo el país durante estas fechas. En Venecia se celebra la Regata de la Befana, una carrera por el Gran Canal; en Verona se hace la quema de la vieja, prendiendo fuego a un gran muñeco; en Roma se celebra la Carrera por la Befana y un desfile de disfraces; en otras ciudades como Cervia o Marina di Pisa, es el momento del tuffo o chapuzón grupal en el mar. Además, la casa de la Befana se puede visitar en Urbania.

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