Si tienes alguno de estos apellidos probablemente desciendas de portugueses
De la hermosa tierra que descansa a orillas del Atlántico.
España son muchas. Porque por aquí han pasado muchos pueblos, civilizaciones, imperios. Así que la riqueza y la diversidad van juntitas, de la mano. Uno de los que ha dejado una huella significativa, cómo no, es nuestro vecino más inmediato, Portugal, que casi es un apéndice más de España, o viceversa.
El desarrollo sociocultural de España ha sido marcado por la influencia de numerosos pueblos y comunidades. Portugal es uno de los países limítrofes que más impacto ha tenido en la cultura española. Tener la ciudadanía portuguesa puede abrir muchas puertas a quienes buscan nuevas alternativas de empleo y experiencias en el ámbito profesional o estudiantil. Esto sirve, sobre todo, si no eres ciudadano de la Unión Europea. Emigrar de forma legal suele ser una tarea difícil por la cantidad de requisitos y trámites que se deben realizar. Sin embargo, tener la ciudadanía europea, y la portuguesa en particular, facilita este proceso.
¿Quiénes pueden solicitar la ciudadanía portuguesa?
La ley portuguesa de 2015 está destinada principalmente a los descendientes de judíos sefardíes expulsados en 1496 por el rey Manuel I. Estos judíos, conocidos como sefardíes, tuvieron que abandonar Portugal, pero sus descendientes pueden ahora recuperar la nacionalidad portuguesa si cumplen con ciertos criterios, incluyendo tener apellidos que evidencien su herencia sefardí.
Si llevas alguno de los siguientes apellidos podrías descender de un portugués:
Abrantes/ Dourado/ Mandes/ Soares/ Aguilar/ Fonseca/ Neto/ Teixeira/ Andrade/ Pinheiro/ Teles/ Brandão/ Gomes/ Silva/ Brito/ Gouveia/ Bueno/ Granjo/ Prado/ Cardoso/ Henriques/ Nunes/ Castro/ Marques/ Pereira/ Carvalho/ Lara/ Rodríguez/ Costa/ Melo/ Sarmento/ Coutinho/ Mesquita y algunos más.
Beneficios de la ciudadanía portuguesa
Obtener la ciudadanía portuguesa no solo facilita el acceso a Portugal, sino también a toda la Unión Europea. Esto significa libertad de movimiento, trabajo y estudio en cualquiera de los países miembros, proporcionando un mundo de oportunidades tanto a nivel personal como profesional.
Además, el mero hecho de visitar Portugal es ya una experiencia digna de vivir. Desde las playas del Algarve hasta las montañas de la Serra da Estrela, Portugal ofrece paisajes diversos y una cultura acogedora. Lisboa, con sus colinas y tranvías amarillos, y Oporto, con sus puentes y bodegas de vino, son destinos que capturan el espíritu portugués.
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