Siete lugares inesperados para un Fin de Año diferente

En una playa
Copacabana – Río de Janeiro. Una de las celebraciones de año nuevo más famosas y espléndidas del mundo. Desde temprano en la noche un ambiente festivo y ruidoso se adueña de Copacabana: tarimas con cantantes y bailarinas de samba, vendedores callejeros de caipiriña y toda la gente vestida de blanco esperan los épicos fuegos artificiales que con maestría estallan a medianoche desde barcazas en mitad del océano. Un verdadero espectáculo de luz y color.

Desde la mejor estación de esquí del mundo
Val Thorens – Savoie, Francia. El objetivo final de Val Thorens es que sus visitantes se sientan vivos y su máxima es “puro espíritu de actitud y de altitud”, así que, sin duda, un fin de año entre las montañas nevadas, las raquetas de esquí y el chocolate caliente puede ser inolvidable. Situada en el Valle de Belleville (Saboya), es la estación con mayor altitud de Europa y ha sido elegida por segundo año consecutivo, como la mejor estación de esquí del mundo en los World Ski Awards.

En una ciudad lejana
Nassau – Bahamas. Entre el 26 de diciembre y el 1 de enero la capital de Bahamas se llena de música y color, gracias al mayor carnaval de la isla conocido como Junkanoo y originario de la época de la esclavitud. Bailarines con vistosos trajes y máscaras desfilan por las calles de la ciudad mientras bailan y realizan acrobacias al ritmo de la música. Al otro lado del Atlántico se puede vivir una nochevieja repleta de trompetas, tambores, alegría y coloridas carrozas.

En la tierra de Papá Noel
Laponia – Finlandia. Oscuridad, cielos despejados y algo de suerte son los ingredientes necesarios para poder apreciar las espectaculares auroras boreales, fenómenos de luz que pueden durar veinte segundos o toda la noche. En la tierra de Papa Noel, hay que pasar la nochevieja hospedado en un iglú con techo de cristal y a salvo del frío, con una copa de vino y los ojos bien abiertos para apreciar estas maravillas de la naturaleza, que en Laponia se presentan unas 200 noches al año.

Dormir (o no) en un hotel
La Casa en el Agua - Sucre, Colombia. ¿Y si damos la bienvenida al 2019 desde un hotel en el Caribe, olvidando el abrigo y la bufanda? En este hostal eco-amigable ideal para los más aventureros –solo se puede tomar una ducha una vez al día, el comedor es comunitario y el marisco fresco es el único menú–, se vivirá una nochevieja como nunca: con un cóctel en la mano, flotando en el océano y lejos del bullicio. Aquí se tendrá la seguridad de empezar el año en calma y con un buen chapuzón en el mar.

Desde un restaurante
The Rock - Zanzíbar. Situado en medio de las cristalinas aguas del océano índico, en Zanzíbar, The Rock se ha convertido en una de los sitios preferidos por los visitantes de este paraíso. Accesible andando cuando la marea está baja o en bote cuando es más alta, este restaurante con aire italianos pero enfocado en productos locales como mariscos y especias y con pasta hecha en casa, es ideal para iniciar la jornada de Nochevieja con un almuerzo frente al mar, para luego brindar por el año nuevo desde alguna playa de esta paradisíaca isla.

En un lugar inesperado
El Rey León en el teatro. Tomarse las uvas en el intermedio del famosísimo musical del Rey León en Madrid es sin duda un plan de nochevieja fuera de lo común. La representación comienza a las 22h30, para darte tiempo a comer algo antes y, faltando cinco minutos para la medianoche el elenco de este musical de Disney (que lleva cinco años en cartel) prepara las uvas, el champán y el cotillón, para que los asistentes brinden en compañía de Timón y Pumba y al ritmo de Hakuna Matata.

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