Ruta gastronómica por 'lo mejor de lo mejor' de Madrid

Nueve de la mañana, Madrid empieza un nuevo día de la ‘nueva normalidad’ y, aunque la gente vaya protegida con mascarillas, todavía se pueden intuir las ganas de empezar un nuevo día. Las terrazas, por su parte, están a rebosar de gente intentando captar ese rayo de sol que no pudieron disfrutar durante el confinamiento.

Nosotros queriendo mantenernos en la línea de la sostenibilidad, nos subimos al nuevo Peugeot e-208, el nuevo coche eléctrico de la marca que nos envuelven en un interior cuidado, moderno y, además, con 0 emisiones al medio ambiente.

Pero la barriga empieza a rugirnos (y es que lo oímos mucho, porque el Peugeot e-208 hace el mismo ruido que la vibración de un móvil) y a pedirnos encarecidamente que hagamos un primer STOP, y es así como llegamos a nuestra primera parada: La Taberna Pedraza.

Aquí podemos degustar la mejor tortilla de patatas de Madrid, en la que mantienen el punto exacto de cocción de este famoso plato que nos encanta a todos. Disfrutar de un trozo de este manjar aquí es viajar con el paladar directamente al placer gastronómico. Nosotros, la recomendamos.

Seguimos nuestra ruta (como ya hemos dicho, silenciosa) a bordo de uno de los Peugeot azules metalizados que están dentro de la nueva gama de totalmente eléctricos, y es imposible no enamorarnos de este coche. Como tampoco de nuestra siguiente parada: La Raimunda.

Entrar en La Raimunda es entrar a un oasis en pleno centro de Madrid, ya que se encuentra a escasos metros de la plaza de Cibeles y a escasos minutos, por ejemplo, de la Puerta de Alcalá. Solo entrar por sus puertas hacia su terraza ya nos evocará una paz y una tranquilidad difícil de superar en el centro de Madrid.

Y es que aquí, nos encontramos con una de las mejores terrazas de la ciudad castiza, en la que encontraremos desde una fuente con toques modernos a elevaciones de madera con una vegetación y una ambientación totalmente tropical.

Pero nada dura para siempre, después de la relajación toca poner rumbo a otro de los lugares más conocidos y famosos de la capital, y precisamente es por otro plato con patatas…

¿A dónde nos lleva esta vez el navegador de nuestro Peugeot? Pues, efectivamente hacia Docamar, que es conocido por sus espectaculares patatas bravas. Allí nos reciben con un buen son latinoamericano, y es que el desparpajo de sus camareros y la alegría que nos evocan comienza desde que atravesamos la puerta.

Pero eso no es lo mejor, lo mejor son sus patatas bravas, con una salsa realmente espectacular y que siguen la receta tradicional. Es decir, estas patatas no están fritas directamente, sino que primero las cuecen para después pasarlas por el aceite. ¿El resultado? Puedes imaginártelo, una bomba de placer que aún seguimos recordando.

De repente, nos damos cuenta y son las 13:00 horas. ¿De qué es el momento? Lo sabéis todos… es el momento de tomarnos una cerveza bien tirada. Y es así como llegamos hasta el Café Comercial, en pleno centro de Madrid.

Aquí, realmente, nos encontramos con una cerveza muy muy bien tirada y que tiene un gran atractivo que es su acompañamiento. Con esta fría y recién echada caña nos acompaña una Gilda. Sí, justo eso, el pincho más famoso del País Vasco que está compuesto por guindilla en vinagre, anchoas y aceitunas verdes. ¿Con una cerveza? Rozamos el cielo…

Cuando volvemos a subir al Peugeot e-208 lo hacemos de una forma diferente, y es que una caña con esta temperatura revitaliza a cualquiera. Y aquí es cuando llega el momento de plantearnos… ¿Nos vamos a comer, no? Pues allá vamos…

El Peugeot nos marca claramente nuestro nuevo destino: las inmediaciones del Parque del Retiro. Allí, nos encontramos con uno de los restaurantes más conocidos y aclamados de la capital. ¿Cuál? El Horcher, conocido por una cocina clásica y de calidad.

Y eso que ahora están renovándose… porque es aquí, hoy en día, donde nos encontramos la mejor de las mejores hamburguesas de todo Madrid. En plato, acompañada con patatas sufflé y con una carne que hará que se te caiga la baba desde el primer bocado.

Pero no es lo único, sus vinos están inmejorables y su servicio… ni hablar. Atención plena y profesionalidad definen exactamente como te sentirás en este restaurante. Y eso por no hablar de su cuidada decoración rústica con toques modernos.

Ahora, toca volver a casa. Y aunque estamos un poco llenos… la ruta ha merecido la pena, sobre todo, por poder probar ‘lo mejor de lo mejor’ de Madrid con un coche que, como era de esperar, nos hace la boca (literalmente) agua.