Dubái para foodies: restaurantes que debes probar una vez en la vida

La piscina más alta del mundo, la fuente más grande del mundo, el ascensor más grande del mundo o el jardín de flores naturales más grande del mundo. Dubái se ha ganado a base de imponentes construcciones y flamantes récords Guinness (tiene 425) la etiqueta de una de las ciudades más espectaculares del mundo. Su gastronomía, como no podía ser de otra forma, también es uno de sus grandes reclamos.  

Una razón más que suficiente por la que algunos cocineros y cocteleros españoles están acercándose cada vez más a Dubái, consagrada como una meca del buen comer y de la diversidad culinaria. Ejemplo de ello es José Andrés, que ha inaugurado una nueva versión de su restaurante Jaleo en el Hotel Atlantis The Royal o Jaime Castañeda, que se ha puesto al frente del restaurante Seville's, un lugar de encuentro de la comunidad española en Dubái donde se puede degustar paella y sangría. También Diego Cabrera, el multipremiado baretender que triunfó en las calles de Madrid, ha abierto un Salmón Gurú en uno de los edificios más emblemáticos de Zaha Hadid en Dubái. Próximamente se espera que abra un StreetXO de la mano de Dabiz Muñoz.

Lejos de las vanguardias y de las cocinas de autor, también es posible encontrar platos tradicionales en Dubái. Estos se inspiran directamente de las cocinas del Líbano, Siria e Irán y tienen como ingredientes principales las carnes blancas, el arroz, los garbanzos, el sésamo, las verduras y las especias. Algunos de sus imprescindibles son el hummus, acompañado de un delicioso pan de pita; el biryani, un plato de arroz con carne o marisco en el que destacan el aroma; o las gollerias, carnes asadas al grill con sabor ahumado y condimentadas con todo tipo de especias. Pero también sus postres como el legematt, una especie de buñuelos fritos con leche, sal y yogur que se presentan recubiertos con miel.

Degustarlos es una experiencia única en sí misma, pero más si el entorno que lo envuelve es el barrio de Al Fahidi, que representa una muestra de la corta (pero intensa) historia de Dubái. Entre sus calles, dónde se puede revivir en primera persona los primeros años de vida de la ciudad, se encuentra uno de los epicentros de esta suculenta gastronomía típica: Arabian Tea House, con unos preciosos patios repletos de árboles en los que la experiencia se completa con un verdadero café árabe, servido de forma tradicional. 

Para 'foodies' exigentes

Quien vive en Dubái lo dice: "Esta ciudad no mira al pasado, mira al futuro", y ese lema les acompaña en cada proyecto que ponen en marcha. Solo hay que hacer una visita a su aclamado Museo del Futuro para darse cuenta de sus planes de futuro: esta ciudad promete ser, en tan solo unos años, en la capital mundial de la vanguardia. Una vanguardia que, por supuesto, no deja de lado a la gastronomía. De hecho, en la actualidad, podríamos catalogar a esta ciudad como una meca de la buena restauración y la calidad. Quizás porque Dubái atrae a clientes exigentes que buscan la experiencia exclusiva o por ser una ciudad que lleva años apostando por la innovación y la creatividad, permitiendo a los cocineros desarrollar su talento y su personalidad culinaria.

Esto se puede ver reflejado en lugares como el recién inaugurado Atlantis The Royal, uno de los hoteles más lujosos del mundo que recibe al viajero con uno de los 'halls' más grandes que hayan podido presenciar nuestros ojos. ¿El telón de fondo? Una fuente que, cada 45 minutos, deleita a sus huéspedes con un show a la altura del que se sucede cada noche a los pies del Burj Khalifa. Este hotel a orillas de Palm Jumeirah, además de ser una meca del lujo y el arte del buen vivir, es también uno de los epicentros gastronómicos más interesantes de Dubái.

En su interior encontramos más de 8 propuestas gastronómicas de altura entre las que destacan el codiciado 'Jaleo' de José Andrés, La Mar de Gastón Acurio y, en el arte de la repostería, Little Venice Cake Company. Tres espacios que representan tres cocinas: la española, la peruana y la deliciosa pastelería inglesa, respectivamente. 

La propuesta de Jaleo es clara: la autenticidad y la calidad de los platos españoles de la mano de uno de los chefs españoles más famosos a nivel internacional. Su concepto se basa en la idea de una taberna moderna donde los comensales pueden disfrutar de una experiencia informal, pero elegante. Su carta, basada en platos y tapas tradicionales españoles con influencias de varias regiones de España, cuenta con platos célebres de nuestra gastronomía como las croquetas, la paella, los mariscos frescos, los embutidos ibéricos y una cuidada selección de quesos españoles que se acompañan con una gran selección de vinos españoles y cócteles creativos. 

Sin embargo uno de los restaurantes más codiciados de este complejo es La Mar de Gastón Acurio, que ha sabido hacer un privilegiado hueco a la cocina peruana en la primera planta del edificio principal con unas privilegiadas vistas del skyline de Dubái. Este chef, uno de los más importantes promotores de la gastronomía peruana en el mundo presenta a los comensales la oportunidad de descubrir los auténticos sabores de su país a través de un menú tentador con sabores auténticos que incluyen los ceviches, los tiraditos y los anticuchos recién hechos, uno de los favoritos de la comida callejera de Perú.

También sus impresionantes mariscos y pescados, presentados en grandes barcas o en sofisticados platos, entre los que destacan su langosta a la brasa, sus sashimis, sus nigiri nikkei o sus deliciosos woks con mariscos. Sin olvidarnos de sus carnes de primerísima calidad que rozan el sublime placer de lo único: imprescindible perderse con los sabores de su Kobe que procede de la Perfectura de Hyogo, en Japón, conocida por tener una de las carnes de este buey con mayor calidad del mundo. 

El toque dulce lo pone Little Venice Cake Company, que ha aterrizado en este hotel de Dubái después de conquistar los paladares del Palacio de Buckingham y de la reina Isabel II o de celebridades de la talla de Pierce Brosnan, Paul McCartney, Emma Thompson, Gordon Ramsey o David Beckham. A los mandos de Mich Turner, pionera en el mundo de la repostería, este establecimiento promete cumplir las exigentes expectativas de los huéspedes con cupcakes, tartas y pastas de té a medida del consumidor. Una invitación a la imaginación en forma de elegantes pasteles elaborados artesanalmente y en el que la imaginación es el único límite.

Para enamorados del 'japo'

Que la cocina japonesa está de moda, y mucho, no es ningún secreto. Y en la ciudad de los rascacielos que rozan las nubes no iba a ser menos. Uno de los espacios que se están consagrando como el 'place to be' de la ciudad se llama ROKA, que tiene una sede en Barcelona durante el verano y cuyas creaciones nacen bajo la batuta de Hyukbin Kwon, Head Chef de la marca. Su nombre ya lo dice todo: RO de Robata (antigua técnica gastronómica japonesa en la que se emplea el fuego en una parrilla de carbón para cocinar carnes y pescados) y KO de buena energía.

Se ubica dentro del edificio Opus de Zaha Hadid, en pleno Business Bay, y destila una atmósfera sofisticada con diseños contemporáneos que enfatizan las raíces japonesas del restaurante. El ambiente se divide en varias zonas: su amplio restaurante, repleto de cuidadas y bien servidas mesas, pero también su mesa alta que bordea su cocina y dónde puedes presenciar el espectáculo de la creación gastronómica de manos de sus cocineros.

Su menú es sencillo pero extenso y se basa en cuatro pilares esenciales: sushi y maki, robata, ensaladas y tempuras y platos omakase presentados como si de cuadros al óleo se tratara. Aunque uno de sus 'must' es su menú cerrado Omakase, donde puedes probar algunas de las mejores creaciones de este restaurante. Este se compone, en sus entrantes, de un tartar de cola amarilla con aderezo de chile y limón, unos espectaculares maki de aguacate con mayonesa de chili y de atún picante para terminar con una tempura de verduras con yuzu y salsa tentsuyu. En los principales destacan el pollo asado al cedro con guindilla y miso de limón frito con ajo y cebollino. Pero, si quieres alucinar, debes decantarte por el teriyaki de tuétano, que se acompaña con una brocheta de ajo confitado, bollos de miso y una ensalada de cebolla. Spoiler: es una de las cosas más deliciosas que probarás en tu vida. 

Sus postres, servidos de manera escultórica sobre un plato que bien se podría vender al mejor postor en un museo, no se quedan atrás. Nosotros destacamos la selección del chef, servidos con fruta exótica que se acompaña de helados y sorbetes. ¡Los vas a necesitar! Dubái es una ciudad increíble, pero también calurosa (o eso queremos ponernos de excusa). 

La siguiente para que deben seguir los amantes de la gastronomía japonesa se encuentra en el corazón de la ciudad, en las inmediaciones del edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa. Su nombre te sonará porque ya lleva un tiempo arrasando en Madrid, y es que Zuma es todo lo que queremos cuando queremos disfrutar de la alta cocina. En Dubái, de hecho, están arrasando con su famoso Brunch que es, en pocas palabras, un auténtico paraíso gastronómico. Este se acompaña durante toda la comida con prosecco, vinos y cerveza o champan, sake, vinos y cerveza del somelier. Dos modalidades para disfrutar de este buffet de ensueño en la que la única diferencia es el precio que se quiera pagar por la calidad del maridaje. 

La sala cuenta con barras kilométricas en las que se agolpan los sushis, sahimis, nigiris, makis, ensaladas, entrantes calientes, brochetas y verduras. Pero no de cualquier calidad. En carnes no encontrarás otra cosa que no sea wagyu, y su sushi está hecho con producto fresco y bien tratado. A esto se le suma una gran pila de ostras de gran tamaño y cualquier creación de la cocina japonesa que pueda cruzarse por tu mente.

Y esto es solo el principio. Sus entrantes son tan abundantes que, como nos sucedió al probarlo, nos olvidamos de que tienen platos principales en su carta que vienen incluidos en el menú. Estos, lejos de la sencillez, definen a la perfección el ideario de la ciudad, que siempre busca en todo lo que hace unos alto estándares de calidad. Imprescindible catar su bacalao negro marinado en miso, su langostino tigre jumbo con pimienta yuzu, la langosta asada con mantequilla de ponzu o, la joya de la corona, el chuletón de wagyu australiano a la parrilla con mayonesa de trufa. Salir de este restaurante duele por dos razones: porque debes pasar por la zona de los postres antes de la puerta, con tartas, galletas y todo tipo de helados que son un escándalo, y porque dudas de si alguna vez probarás un buffet tan espectacular como este.

Para los que buscan una experiencia auténtica y exclusiva

Viajar a la Península Ibérica con el paladar desde Dubái es, sencillamente, una experiencia que debe vivirse. Lo es porque enmarca a la perfección una gastronomía cercana, nuestra, pero con toques sofisticados y alimentada por oriente. Es ahí donde entra en escena La Niña, un restaurante que ya hemos colocado en el palmarés de nuestros favoritos y que nace bajo la batuta de Ricardo Gonçalvez, su Chef Ejecutivo. Como ellos mismos explican La Niña es "la culminación de un deseo compartido de explorar nuevos horizontes en la vida y una pasión por la rica gastronomía latino-ibérica". Una invitación, y un homenaje, a dos de las culturas más ricas y diversas del mundo: la de América latina y la española.

Su interior, de hecho, nos transporta con su decoración a los famosos azulejos de Oporto, que se complementan con una delicada y cuidada terraza con fuentes que amenizan el ambiente y música en directo en un ambiente íntimo y cómodo. Aquí degustarás platos de inspiración española, con toques colombianos, mexicanos, guatemaltecos y portugueses en una mezcla de la cocina ibérica y la latinoamericana de niveles estratosféricos. 

En su menú encontramos desde ensaladilla rusa, mariscos de temporada, caviares, tartares, canelones y cocas, hasta gambas al ajillo, vieiras a la plancha y albóndigas en sus entrantes. Todos servidos con un 'plus' de elegancia y sofisticación que hacen de estos platos una experiencia única. En sus principales destacan el solomillo al Josper, el rabo de toro o el salmón al horno. O lo que es lo mismo: un imprescindible en una visita a Dubái si lo que se busca es la autenticidad.

Tocar el cielo en Dubái es posible. En lo alto del Burj Khalifa, nada más y nada menos que en su planta 122, nos encontramos con uno de los restaurantes más espectaculares en los que puedas estar: el segundo a mayor altura de todo el mundo. Hablamos de Atmosphere Burj Khalifa, al que se accede tras atravesar el hotel Armani, considerado uno de los más lujosos de toda la ciudad (y del mundo). La experiencia habla por sí sola: cenar con una panorámica a unos 442 metros sobre el suelo en el que la gastronomía ensalza una espectacular vista 360º del skyline de Dubai.

La decoración basada en el terciopelo, el cuero y las paredes texturizadas se complementa con una iluminación que realza el espacio a propósito en cada punto desde el anochecer hasta el amanecer. Aquí, literalmente, los límites los pones tu: puedes disfrutar de una cuidada elección del sumiller o deleitarte con creaciones culinarias verdaderamente épicas: como que, por ejemplo, es el único restaurante con una experiencia de Ternera de Kobe en Dubai con toques franceses. La iluminada ciudad, que se queda pequeña ante tus pies, es solo el principio de una velada que no olvidarás en tu vida y en el que sentirás el privilegio de estar haciendo algo verdaderamente único y auténtico.  

El restaurante funciona de dos formas: por platos a la carta o con sus diversos menú degustación en sus comidas y cenas, aunque su producto estrella es el Afternoon Tea, que se sirve en una especie de montaña rusa de dulces. Si decides decantarte por pedir a la carta no debes perderte la torre de mariscos fríos, en el que se incluye pescado ahumado, ostras del mar Mediterráneo, salmón ahumado de Loch Fyne, ventresca de atún rojo, hamachi con aderezo de vermut, camarones azules de Nueva Caledonia, ostras Kelly Nº 3, langosta canadiense y mejillones. O lo que es lo mismo: un auténtico viaje por el mundo a través de los mariscos más codiciados del planeta. 

Si eres carnívoro, decántate por su carne de Wagyu Tomahawk, con un tamaño de entre 1,2 y 1,5 kilos y que se puede compartir entre 4 personas. Un verdadero sangre pura con 350 días de maduración que se obtiene en exclusiva por el restaurante y que se cocina a baja temperatura durante dos horas para mantener intactos los jugos y los sabores. Para ir un paso más allá debes probar la excelente gama exclusiva de carne de vacuno KOBE, servida con foie grass sellado, milhojas de patata agria y espinacas baby crujientes.

Aunque, si no quieres tomar decisiones por la abrumada altura que te dejará sin palabras, es mejor que te decantes por alguno de sus menús degustación de temporada, disponibles en 6, 9 y 12 platos. En ellos viajarás alrededor del mundo por algunos de los sabores más exóticos y distintivos de las gastronomías más punteras de la actualidad.

El acompañamiento se hace bajo unos cócteles inspirados en perfumes. Y, de hecho, por cada uno de estos cócteles que pidas te regalarán el perfume en el que están inspirados. Unas creaciones únicas de sus profesionales baretenders que son obras de arte bebibles. La experiencia, os aseguramos, marcará vuestras vidas con un recuerdo imborrable del día en el que la gastronomía de altura se fusionó con una de las panorámicas más sobrecogedoras de todo el planeta. Y es que todo esto, sencillamente, solo es posible en Dubái.