Costa Rica, un espectáculo de vida salvaje

El país centroamericano conserva el 6% de la biodiversidad mundial.

La naturaleza y sus ciclos eclipsan las atracciones turísticas del territorio.

Delfines nadando en las costas costarricenses

Delfines nadando en las costas costarricenses

 

 

/ www.visitcostarica.com

Con tan solo 51.100 km2 de superficie, Costa Rica representa el 6% de la biodiversidad mundial. Un total de 500.000 especies habitan en este paraíso salvaje ubicado en el corazón de América Central. La naturaleza y sus ciclos son reclamo de miles de turistas que año tras año deciden deleitarse con la belleza paisajística y faunística de Costa Rica. A lo largo del año, varios acontecimientos naturales eclipsan las atracciones turísticas de este maravilloso país.

El desove de tortugas

Hay pocos espectáculos naturales más impresionantes que una “arribada” de tortugas marinas. Durante la noche, las tortugas se acumulan cerca de la costa preparando su salida a la tierra en un esfuerzo extraordinario para desovar y garantizar así la próxima generación. Guiadas por las corrientes del océano y sus instintos, las tortugas suelen volver siempre a la misma playa donde ya han anidado antes.

Entre los meses de octubre y febrero, las tortugas baula y negras desovan en la costa del Pacífico, mientras que en marzo comienzan a arribar las baulas de la costa del Caribe, cuyo periodo de anidación se prolonga hasta junio y tiene como escenario principal la zona de Pacuare, Moín y Gandoca. A partir del mes de julio, hacen su aparición las tortugas verdes entre Tortuguero y Parismina, en el noreste del país. Además, este acontecimiento atrae a depredadores, desde roedores, pizotes y mapaches, hasta coyotes y jaguares, que rondan por las orillas en busca de las tortugas hembras.

Lapa roja o guacamaya, una de las aves que habitan en Costa Rica

Lapa roja o guacamaya, una de las aves que habitan en Costa Rica

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Durante los meses de septiembre y octubre el cielo se llena de golondrinas a lo largo de las costas y el Valle Central, y de halcones peregrinos que las cazan. Al finalizar octubre y llegar noviembre los estanques de agua dulce en el Pacífico se llenan de diversas especies de patos, mientras que en el Caribe grandes grupos de garzones surcan el cielo en formación perfecta.

Fauna marina

Una de los fenómenos más difíciles de poder presenciar es la migración de las ballenas jorobadas en las aguas del Pacífico. Un acontecimiento que sucede durante siete meses al año, de diciembre a marzo y de julio a septiembre, Costa Rica se convierte en la residencia temporal para las ballenas que proceden tanto del Ártico como de la Antártida, que recorren hasta 9.000 kilómetros para llegar hasta el centro del continente.

Entre diciembre y enero, en el Golfo de Papagayo las aguas se enfrían por los vientos alisios, y de las aguas profundas emergen a la superficie una gran cantidad de nutrientes que, al contacto con la luz solar, estimulan el crecimiento de algas. Este acontecimiento atrae en cadena especies marinas como las ballenas jorobadas en cortejo o cuidando a sus crías, agregaciones de mantas diablo realizando saltos acrobáticos, cientos de delfines en las Islas Murciélago y, ocasionalmente, orcas que llegan hasta la costa de Guanacaste atraídas por la abundancia de mantas y ballenatos.

Durante siete meses Costa Rica se convierte en la residencia temporal para las ballenas.

Durante siete meses Costa Rica se convierte en la residencia temporal para las ballenas.

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Los aficionados al buceo acuden a San Pedrillo, en las Islas Murciélago, a observar mantas y tiburones. Ambas especies se acercan desde diciembre a febrero nadando lentamente a este lugar, donde los peces mariposa y los peces ángel las esperan para eliminar los parásitos y partículas de suciedad que se acumulan en el dorso de su cuerpo.

Más información: www.visitcostarica.com/es

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