El club del desayuno: placer mañanero con el desayuno francés

El país galo es conocido mundialmente por algunos elementos gastronómicos como la ratatouille, el foie gras o los crepes, pero cuando hablamos del desayuno, en Francia no puede faltar la buena bollería. Las pastelerías se pintan de ese color marrón tan típico del dulce más famoso del país, los croissants. Todo aquel que viaje a nuestro país vecino prueba este suculento alimento que puede comerse a cualquier hora del día y que es una auténtica delicia. Pero no es el único producto de bollería que se come en Francia, allí, los dulces protagonizan el desayuno y en este artículo explicaremos cuál es el desayuno típico de Francia y qué incluye.

El café es imprescindible en los desayunos de casi todas las culturas mundiales, aporta esa energía necesaria para comenzar bien el día y además es toda una delicia. En Francia no podía ser menos, allí lo saborean cada mañana, ya sea con leche, solo, cortado o en cualquiera de sus formatos. Pese a que existen diferentes tipos de café y casi todos son habitualmente consumidos en los desayunos, los habitantes del país galo suelen tomar el conocido como espresso, que se caracteriza por su rápida preparación a una alta presión y por un sabor y textura más concentrados. Además, no es de extrañar que algún zumo de frutas acompañe al desayuno y es muy común que te sirvan el café con una jarra de agua.

Probablemente este sea el alimento más famoso de todo el país, todo aquel que viaja a Francia tiene que probarlos y cuando te preguntan si sabes hablar francés siempre dirás "croissant". Llevan cientos de años en la cultura francesa, concretamente desde el año 1770 cuando María Antonieta decidió llevarlo a sus cortes. Una curiosidad sobre este delicioso dulce es el origen de su nombre, que significa creciente y se debe a su forma de media luna. Tal es su fama mundial que existe el Día Internacional del Cruasán que se celebra el 30 de enero. Esta delicia es consumida por millones de personas y los franceses la incluyen en su desayuno para acompañar al café. 

Igual que el croissant, este dulce francés ha traspasado fronteras y es degustado en cientos de países. Allí se llama pain au chocolat, pero nosotros lo conocemos como napolitana de chocolate. Como ya sabemos, el desayuno de nuestro país vecino está protagonizado fundamentalmente por deliciosa bollería y no podía faltar este dulce. Se trata de una masa de hojaldre de levadura horneada en forma de rectángulo, enrollada y rellena normalmente de chocolate. Al igual que el croissant, el pain au chocolat proviene de Viena y se creó como una versión de éstos pero rellena de chocolate. 

Otro de los productos más consumidos en el desayuno francés, y probablemente el único que no es bollería o dulce, es el croque-monsieur. Se trata de un sándwich hecho con lo que nosotros conocemos como pan bimbo relleno de jamón y queso y cubierto con una capa de bechamel. Para esta receta suelen usar unos ingredientes concretos, por ejemplo, el queso suele ser gruyere o emmental y el jamón es cocido. Una vez montado el sándwich se mete al horno con la bechamel para que se derrita y lograr ese sabor único y delicioso. Existe una variante llamada croque-madame que es prácticamente igual pero incluye un huevo sobre la rebanada. 

Si hay algo seguro es el sinfín de alimentos deliciosos que se incluyen en la gastronomía francesa. Podríamos pasar un mes entero allí y no repetir ni un solo día el mismo desayuno, y eso es una de las cosas que hace tan especial al país galo. Los croissants, los crepes, el pain au chocolat, todos los dulces de Francia son una auténtica delicia y estamos seguros que no querrás dejar ni uno solo sin probar.