Alojamientos para aislarse del mundo... sin salir de España

Muchos viajeros huyen de los sitios más concurridos para disfrutar de experiencias casi en soledad. Estos alojamientos ofrecen desconexión, un contacto con la naturaleza estrecho y muchas formas de mirar.

Refugios
Refugios / D.R.

Encontrar tu lugar en el mundo no debería ser tan complicado. A veces basta con parar, huir de todo lo que nos rodea y acercarnos un poco más a la naturaleza, buscando la soledad o la intimidad en pareja. Eso es exactamente lo que propone La Dehesa Experiences, un complejo formado por seis exclusivas suites, diseñadas al más puro estilo de una tienda-safari, en una dehesa de 27 hectáreas en pleno corazón de Sierra Morena (Córdoba).

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Cabaña tipo pasiega de Villa Slow

/ davidmontero

Las casas, independientes y con suficiente distancia entre ellas, se alzan sobre plataformas de madera de castaño entre las encinas centenarias que rodean el lugar. Aunque también podemos divisar extensos campos de olivos si nos alojamos en la cabaña Olive Grove, con cama king-size y piscina en la terraza, algo con lo que también cuenta el resto de estancias. Dos son las más solicitadas: la Suite Imperial, situada en la parte más alta de la finca, con espectaculares vistas, y la Suite Hide, escondida de todas las miradas, perfecta para contemplar el paso de los animales sin molestarlos.

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Vaca en los alrededores de Villa Slow

/ davidmontero

Sierra Morena es Reserva Starlight, así que, cuando llega la noche, no hay nada como sentarse al aire libre a contemplar las estrellas. A la mañana siguiente tendremos nuestra particular recompensa: un completo desayuno (embutidos, tostadas, zumos, frutas), servido en la propia habitación. Para quienes necesiten sociabilizar un poco, no hay problema. La Dehesa Experiences organiza catas de vinos, paseos en globo e incluso rutas nocturnas en kayak por el río Guadalquivir.

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Salón de una de las cabañas de Ulle Gorri

/ D.R.

“Lo más importante para nosotros es el bienestar de las personas.” Así hablan los responsables de MU_Moradas no Ulla, tres preciosas cabañas en un entorno rural de la comarca de Compostela (A Coruña), entre bosques y prados, muy cerca del puente colgante de O Xirimbao sobre el río Ulla. El lugar perfecto para un retiro alejados del ruido y de las prisas, no muy lejos de las vírgenes y solitarias playas de Arousa. A pesar de estar en Galicia el interior de las casas, construidas con madera de pino ecológico como material principal, nos llevará con la imaginación hasta algún país nórdico.

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Entrada de uno de los apartamentos de Caserío Montehermoso, Mejor Proyecto Sostenible Rusticae del 2020

/ erredehierro

Nada que ver con lo que nos encontraremos en OLardoMar, el hogar del mar, compuesto por tres construcciones del siglo XIX totalmente rehabilitadas tras un largo y emocionante proceso de restauración, entre la ría de Muros y el Monte Pindo, al sur de la Costa da Morte. Los huéspedes pueden elegir entre alojarse en la Casa Lareira o la Casa Cruceiro, de dos habitaciones cada una, o en el antiguo pajar, hoy transformado en un coqueto loft con altillo.

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Estancia de la sostenible OlardoMar

/ Marcos Rodriguez

Todo lo que envuelve a Ulle Gorri proporciona paz, mucha paz. Este es el alojamiento más cercano al impresionante Salto del Nervión, pero también un mirador estupendo para contemplar la sierra Sálvada, en las estribaciones del mítico Monte Gorbeia, cerca como estamos del cañón de Delika, el hayedo de Altube y la cascada de Gujuli. En el concejo de Untza-Apregindana, privilegiado enclave del País Vasco con solo tres caseríos, abre sus puertas este complejo rural que ofrece dos tipos de alojamientos: Etxea, casa rural rehabilitada con materiales originales y un porche exterior acristalado, para grupos pequeños, y Sasibil, un acogedor estudio construido en una antigua cabaña, ideal para dos personas.

Especiales para parejas son también los apartamentos rurales del Caserío Montehermoso, en Astúlez (Álava), uno (Gorosti) con chimenea de leña y spa privado, y otro (Artea) con un ófuro en el jardín, bañera tradicional japonesa para disfrutar de un baño al atardecer.

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Caballos en los alrededores de las suites de La Dehesa Experiences

/ D.R.

“Diseñé esta casa como si fuera la mía. Quería crear un lugar para contemplar toda la belleza que la rodea. Cada mañana es diferente: las nubes, la niebla, el sol… Por la noche, si el cielo está despejado, se pueden ver las estrellas desde la cama.” Quien así habla es la arquitecta Laura Álvarez, responsable de hacer de apenas unas ruinas una increíble casa en medio de los Valles Pasiegos de Cantabria. En la cima de una pequeña colina Villa Slow, es precisamente eso: un lugar para la calma.

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Jacuzzi en Villa Slow

/ D.R.

Una calma que te alcanza con solo contemplar su fachada, toda en piedra, en contraste con el armazón de madera del interior. Los grandes ventanales inundan todo de luz, incluidos los dos dormitorios y el gran salón con chimenea. La casa se alquila completa para quienes quieran experimentar unas vacaciones diferentes. También lo conseguirán aquellos que se alojen en las Cabañas Patagónicas, que encontraremos más cerca de lo que podamos imaginar, en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, en León. A nuestra disposición, cinco cabañas de madera con grandes ventanas que nos permiten casi tocar con las manos las montañas. Atención a sus nombres: El lobo está aquí, El buitre vuela alto, El urogallo verde, El oso se esconde, El rebeco salta peñas y El txoko de las Xuntanzas.

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Cata de vinos en La Dehesa Experiences

/ D.R.

En los destinos de playa más solicitados, como las islas Canarias, también hay sitio para quienes ansían la soledad. O al menos aproximarse a ella. Ahí están las Buenavista Lanzarote Country Suites, abiertas no al mar sino al paisaje volcánico de La Geria, que nos hará creer por un instante que estamos pisando la luna o quizás Marte. Qué fácil resulta aquí fundirse con el entorno: basta con contemplar las vistas desde sus inmensos ventanales. Los tonos ocres de su decoración hacen que nos sintamos aún más parte de la tierra.

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