Abre al público la biblioteca de Madrid desde la que Lorca enviaba cartas a sus padres

El paraíso soñado para lectores empedernidos, pero también una delicada joya compuesta por abarrotadas estanterías de madera en los que reposan cientos de volúmenes y textos antiguos de un incalculable valor. La biblioteca del Ateneo de Madrid es, además de una oda a la literatura con más de 300.000 ejemplares, una mirada hacia la historia de España. 

La historia del Ateneo de Madrid se remonta al siglo XIX como consecuencia de las turbulencias políticas, sociales y culturales que tuvieron lugar entre el 1808 y el 1814. Pero no fue hasta 1820 cuando las mentes ilustradas pensaron en la necesidad de afianzar en el país una mentalidad liberal mediante el debate, la discusión abierta y la expansión de “las luces”. Una función que fue otorgada al Ateneo, que surgió como una manera de defender la libertad de pensamiento.

Desde ese momento el Ateneo fue pasando por distintas sedes: el palacio de Abrantes, la calle Carretas, la plaza del Ángel y la calle Montera, hasta que llegó al lugar donde se encuentra actualmente: en la calle del Prado, 21.  

Una biblioteca con historia... e historias

Como no podía ser de otra forma, el Ateneo cuenta con una biblioteca a la altura de ese pensamiento libre que ya se quería conseguir en el siglo XIX y XX. Es por eso que en su interior cuentan con una de las mejores colecciones de folletos, monografías y publicaciones periódicas del siglo XIX y primer tercio del XX. 

Todo ello se puede disfrutar en cuatro grandes salas: la Pecera, la General, Santa Catalina y el Palomar que, en total, cuentan con 300 pupitres destinados a la lectura. Es, precisamente en uno de ellos, donde Federico García Lorca vivió algunas de las épocas más brillantes de su carrera. 

El autor, uno de los poetas más reconocidos a nivel internacional, escribió unas líneas sobre esta biblioteca que han quedado grabadas para siempre: “Me hice socio del Ateneo y allí me paso grandes ratos en la magnífica biblioteca que tiene donde están los libros más raros que quieras leer...”

El autor de Bodas de Sangre no solo frecuentaba el Ateneo de Madrid para generar vínculos con otros escritores o para tener largas jornadas de lectura. Es, desde esta misma biblioteca, desde donde el autor encontró la calma para escribir sus tan célebres cartas escritas desde Madrid. 

En estas se puede ver el nombre de Lorca junto al sello del Ateneo. Y es, precisamente por eso, por lo que se sabe con exactitud todo el tiempo que el autor pasó en esta magna biblioteca. Unos escritos que, generalmente, iban dirigidos a su familia y, en especial, a sus padres.

María Belén Cantenis, directora de la empresa Rutas Teatrales, es una de las pocas que hace visitas turísticas por el Ateneo de Madrid. En ellas lee a los viajeros algunos ejemplos de las cartas que Lorca escribió desde el Ateneo y en las que el poeta no dudaba en explicar a sus padres “lo feliz que estaba en Madrid”. Una felicidad que, en parte, venía dada por esta biblioteca que ahora vuelve a abrir sus puertas para albergar una cuidada exposición. 

Dos siglos buscando la luz

El Ateneo de Madrid acogerá, desde el 11 hasta el 30 de abril la exposición ‘Dos siglos buscando la luz’, de entrada gratuita hasta completar el aforo. Una muestra que recoge una selección de documentos y objetos que invitan a recorrer la historia del edificio y todo lo que aconteció en sus instalaciones, que es mucho. 

A esto se le suma la celebración de su bicentenario, que irá acompañado de actividades para empaparse de la historia que ha desarrollado la institución desde su creación hasta la actualidad. Entre ellas se encuentran charlas, conciertos, coloquios o lecturas teatralizadas de ‘Luces de Bohemia’, una de las obras cumbre de Valle-Inclán, que fue presidente del Ateneo de Madrid en 1932.