Turismo de altura: destinos para contemplar desde el aire

Texto: Noelia Ferreiro
En globo aerostático, helicóptero o hidroavión. Hay lugares que son especialmente atractivos cuando se divisan a los pies.
Arañar el cielo para admirar en perspectiva un espectáculo de la naturaleza o sobrevolar una megalópolis y sentir cómo casi se rozan los edificios. No hay experiencia más memorable que la que se vive en las alturas, divisando el destino a los pies cual amos del universo. Especialmente estos lugares resultan magníficos desde el aire:

Gran Cañón del Colorado
Sin rival entre las maravillas naturales, especialmente impactante es divisar desde las alturas el Gran Cañón, la descomunal garganta tallada por el río Colorado a lo largo de millones de años. Un tajo pavoroso que se extiende nada menos que unos 446 kilómetros, llegando a alcanzar en algunos tramos 29 kilómetros de anchura y 1600 metros de profundidad. Contemplar en panorámica esta joya declarada Patrimonio de la Humanidad es maravillarse con la variedad de colores de sus múltiples formaciones rocosas y sentir que se está flotando sobre un mundo extraterrestre cuyos paisajes, especialmente al atardecer, quedarán para siempre colgados en la memoria.

La Toscana
Ondulantes colinas, extensiones inmensas de viñedos y olivares, campos de árboles frutales, prados salpicados de cipreses que apuntan al cielo y fotogénicas pacas de paja. Así es, a grandes rasgos, el paisaje de la que está considerada una de las regiones más espectaculares de Italia. Porque a todo esto hay que añadir ordenadas ciudades cuyas catedrales parecen querer rozar las nubes y recoletas aldeas medievales perdidas en un océano de hierba. Así va desfilando La Toscana cuando se la divisa desde el cielo. Como un cuadro pintado con todas las gamas, increíblemente hermoso.

Cataratas de Iguazú
Este atronador espectáculo que tiene lugar entre Argentina y Brasil corta la respiración cuando se contempla en las alturas. Porque sus casi tres kilómetros de magnéticas cortinas de agua se presentan salvajes, estruendosas, irresistiblemente fotogénicas. Nada menos que 275 cascadas por las que el río Iguazú se desploma con su poderosa fuerza en un marco de bruma en el que el agua emite un sonido ensordecedor. Y todo ello abrazado por una selva intrincada con más de dos mil especies de plantas y con una fauna de lo más exótica: monos, coatíes y hasta más de trece variedades de colibríes. Por algo las Cataratas de Iguazú no son sólo Patrimonio Natural de la Humanidad sino también una de las Siete Nuevas Maravillas Naturales del Mundo.
