Recorrido gastronómico por los Pueblos más Bonitos de España
El revuelto de rebollones de Puertomingalvo (Teruel)
Enclavado en un bello entorno natural, Puertomingalvo es un precioso pueblo, rico en tradiciones y gastronomía. Su clima húmedo hace posible el nacimiento de setas de muy diferentes variedades, no solo en otoño, sino también en otras épocas del año. Por ello, uno de sus platos típicos es el revuelto de rebollones, colmenillas o setas de chopo. También destacan sus trufas y sus tradicionales judías con morro, muy consumidas por los patudos (así se llama a los 135 habitantes que viven en este hermoso enclave) durante las épocas hibernales.
Las migas con vino de pitarra de Robledillo de Gata (Extremadura)
Este pueblo extremeño debe su nombre a la privilegiada ubicación en la que se encuentra: La Sierra de Gata. Es un municipio de color ocre, debido al adobe de sus casas. Rodeado de olivos, castaños y alcornoques, el aceite de oliva virgen extra, de manzanilla cacereña, se degusta todo el año. En invierno se comen especialmente las migas extremeñas, que no necesitan más que pan viejo, ajo, pimiento rojo, y seis cucharaditas del aceite de oliva, mejor si es de la zona. En el caso de Robledillo, es tradicional acompañarlo con vino de pitarra y aguardientes.
Las sopas de ajo tostao de Bubión (Granada)
Las sopas de ajo son un plato saciante, caliente y lleno de vitaminas, perfecto para “calentar el estómago”. En Bubión, un pueblo blanco situado en plena Alpujarra, muy próximo a otros dos municipios de la Asociación: Pampaneira y Campaneira, estas tradicionales sopas las hacen de una forma muy particular. Además de ajo (tostado, naturalmente), llevan cebolla, almendras, tomate y jamón. Toda una delicia invernal que puede acompañarse con vino de las bodegas de la Contraviesa y ser secundado por la variada repostería de la zona: borrachillos, papaviejos, soplillos, pan de higo o buñuelos.
Las patatas volteás de Candelario (Salamanca)
Sus patatas volteás son un plato típico de toda la zona salmantina que acoge al bello pueblo de Candelario, tan bello que ha sido muy a menudo escenario de películas y series. Sin embargo, aunque no podemos pasar por alto estas tradicionales patatas con torreznos, cebolla y pimentón ahumado, también son típicas las empanadas de setas de la zona o sus muchos embutidos de cerdo, cuyo sabor inconfundible se obtiene, según los locales, al secarse con el frío serrano de Candelario, ubicada a 1136 metros sobre el nivel del mar. En esa zona, pueblos de la Asociación cercanos comparten esta rica y tradicional gastronomía, como Miranda del Castañar, Mogarraz, La Alberca, también salmantinos, o Bonilla de la Sierra (Ávila).
El gofio de Betancuria (Fuerteventura)
No solamente en las provincias más frías de España se cocinan riquísimos platos tradicionales de invierno. Los pueblos canarios de la red (concretamente, Betancuria, en Fuerteventura, Tejeda en Las Palmas, Teguise, en Lanzarote, Agulo, en La Gomera y Garrachico, en Tenerife: estos dos últimos incorporados en 2021) hacen gala de una cuidada gastronomía, exótica en algunos casos. Quizá uno de los platos más tradicionales en este época (aunque se come todo el año) es la harina de gofia, servida con caldo, leche, agua, vino o miel. Este alimento de harina de cereales tostados, que los locales llaman millo, se hacía con trigo o cebada hasta que los colonizadores trajeron de América el maíz, uno de los sustentos de la gastronomía en las islas. Se elabora simplemente poniendo a hervir un caldo de pescado y vertiendo la harina de gofio mientras removemos para evitar que se formen grumos. Se suele comer como aperitivo o acompañamiento.
La butifarra con fèsols de Beget (Girona)
Beget, en Girona, recién incorporado a la Asociación, es a menudo definido como un pueblo medieval “de postal”. Además, su gastronomía es única y llena de matices. Su cocina es tradicional de montaña, con productos autóctonos, donde no faltan los quesos y la carne de ternera y cordero. Encontraremos muchas recetas con la butifarra como protagonista o la longaniza, acompañados de pan de payés con tomate o con queso de oveja. Un ejemplo sencillo de hacer es la butifarra con judías blancas, uno de los platos más típicos de la zona. Se elabora con judías salteadas con ajo y perejil, vertiendo una tacita de cava para suavizar el sabor de las judías, llamadas fèsols en la zona.
La “olla” y los pastissets de boniato de Vilafamés (Castellón)
El histórico pueblo de Vilafamés puede asimismo presumir de una gastronomía variada y exquisita, como su plato, llamado simplemente “olla”, que no sigue una única receta y que tiene como condición ofrecer al comensal productos de la zona, como verduras o morcillas, variando por temporada. También son típicos el lagarto de cerdo a la brasa con alioli, el tombet (pollo, conejo, cordero…) o la tradicional paella. De postre, es fácil elaborar sus pastissos (o pastissets) de boniato, que llevan limón, huevo, aguardiente de anís, mantequilla, así como boniato y canela para el relleno.
Los buchos o el pote de berzas de Cudillero (Asturias)
Desarrollado en torno al mar, Cudillero es uno de los municipios más piropeados de la zona por su belleza y por seguir conservando, pese a los años, ese espíritu de pueblo de pescadores que enamora. En 2021, se incorporó a la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España. Esta villa marinera de casitas de colores ofrece muchos platos típicos basados (naturalmente) en pescado y productos del mar. Ejemplo de ello son sus fabes con almejas o el curadillo, un pescado que se seca al viento marino, sin salazón o especias. Tampoco faltan los buchos, unos callos de merluza algo picantes, servidos con cebolla, ajo y pimiento. Son también populares sus oricios (erizos de mar), percebes, bugres (bogavante) o andarica (nécora), pero, si lo que queremos es revivir desde nuestra casa todo el espíritu del sabor y aroma de Cudillero con productos fáciles de encontrar, te recomendamos que prepares un tradicional pote de berzas asturiano, un plato también muy característico de este pueblo y de aquellos que lo rodean.