Nuevo aspecto del Parador de León
Claustro
Distintos espacios del complejo fueron adaptados para albergar las cuadras cuando, en 1898, el Ministerio de la Guerra decidió destinar el convento de San Marcos a una tarea tan inesperada como rocambolesca: depósito de sementales del ejército. Entre ellos, su monumental claustro, donde los cuadrúpedos compartían sitio con los tesoros arqueológicos del Museo.
Salón con obras de arte
Las obras de José Vela Zanetti en uno de los espacios comunes del Parador de León.
Recepción
Detalle de la nueva recepción, muy moderna.
Claustro y jardines
Detalle del claustro desde el jardín.
Terraza
Uno de los lugares más destacados del Parador es la terraza, en la que se ha apostado por tonos verdes para alinearla con la arboleda y la ribera del río.
Vestíbulo
El vestíbulo da lugar a la espectacular escalera, hoy mejor iluminada que antes de la reforma.
Salón de desayunos
Las telas de la firma Gastón y Daniela se encuentran en las cortinas del comedor de desayunos, comedor en el que también está presente un mueble platero compuesto por piezas de barro de Jiménez de Jamuz, de La Bañeza.
Sala capitular
La sala capitular, con su impresionante artesonado del siglo XVI que combina la tradición mudéjar con la estética clasicista, también restaurado.