¿Imprescindible o trampa para turistas?

Pero esto no puede impedir que viajemos a una de las ciudades más famosas del mundo, podemos tomar ciertas precauciones que nos harán disfrutar al máximo del viaje. Para empezar lo más recomendable es viajar en temporada baja, así nos aseguramos que habrá mucha menos gente. Para disfrutar de una visita lo más tranquila posible, es preferible acudir a la plaza por la mañana temprano y cuando empiece a llenarse demasiado sabremos que es el momento de salir y conocer algunas de las pequeñas y encantadoras callejuelas de Venecia repletas de tiendas y patios escondidos, o acercarse a ver las pintorescas islas de Murano y Burano.

La Galeria degli Uffizi es uno de los museos más prestigiosos del mundo y ofrece a los visitantes un fascinante viaje por la historia del arte. Estas galerías son un imprescindible en un viaje a Florencia, pero solo si realmente disfrutas de este tipo de museos.

Las galerías reciben a miles de visitantes cada día, así que la espera puede llegar a hacerse tediosa, por lo que no pasa nada si decidimos visitarlas en otro momento o, directamente, no entrar en ellas. Florencia es una ciudad llena de arte y los museos no son la única manera de disfrutar de ella.

 La Place du Tertre es uno de los lugares más famosos del precioso barrio de Montmartre. Un punto de encuentro para todos los artistas callejeros que viven de dibujar a los turistas para después venderles el cuadro.

 Si queremos conocer este impresionante barrio parisino siempre podremos alejarnos de las aglomeraciones, pasear por otras calles y plaza menos conocidas, como por ejemplo Sacré Coeur.

La Abadía de Westminster es uno de los iconos de Londres y de la realeza británica. Una maravilla arquitectónica que impone nada más poner un pie dentro, el problema viene cuando los turistas esperan largas colas para entrar y al ingresar está prohibido hacer fotografías. Pero los amantes de la literatura o la realeza este monumento merece la espera.

 Si deseamos entrar, pero sin pagar entrada, siempre podemos esperar hasta las 5 de la tarde entre semana (excepto los miércoles) o hasta las 3 durante los fines de semana para escuchr el Evensong. Una celebración en el que el coro de la iglesia canta durante una hora para los visitantes, y es completamente gratis, aunque no se puede pasear libremente siempre podremos maravillarnos con su rico interior mientras disfrutamos de un concierto gratis.

 Estos acantilados de la costa oeste de Irlanda son muy populares y fotogénicos por lo que nos encontraremos con decenas de visitantes, siempre que el tiempo permita llegar hasta estas altas rocas. En teoría, debes caminar sobre un sendero pavimentado que transcurre a lo largo de la costa y está prohibido salirse de él. Pero muchos se saltan esta prohibición por lo que es difícil sacar una foto sin incluir a otros turistas.

Si queremos disfrutar de la totalidad de estos acantilados siempre podremos alejarnos un poco de la zona más turística y caminar desde Hag's Head hasta el Centro de Visitantes. Hay que ir con cuidado porque algunas zonas están si pavimentar, pero podremos disfrutar de kilómetros enteros a lo largo de los acantilados.

 Para ingresar al castillo hay que pagar un precio considerable para, únicamente, besar la piedra. Aunque los jardines y los paseos alrededor del castillo de Blarney están muy bien cuidados, Irlanda tiene muchos castillos que son un poco más baratos y bastante menos concurridos.

El Castillo de Praga domina la capital de la República Checa y despierta la curiosidad de todo viajero que visita la ciudad, ya que no hay esquina en la urbe desde donde no se lo atisbe.En determinadas épocas del año y momentos del día es posible disfrutar del ambiente sin grandes aglomeraciones. Pero hay que tener cuidado con las diferentes modalidades de entrada que incluyen acceso a las diversas zonas.

 El castillo merece mucho la pena si los visitantes buscan algo más allá de unas impresionante vistas de Praga, las cuales puedes encontrar las en diversos puntos y de forma gratuita. Por ejemplo, podemos subir a la colina de Letná y observar las impresionantes vistas del casco antiguo de Praga y del castillo sin gastarte nada.

 Mainau, también conocida como la isla de las flores, es uno de esos imanes turísticos a los que las multitudes acuden cada temporada. Todas las primaveras, sobre todo durante la época de floración, las entradas suben de precio y recorrerás esta preciosa isla junto a cientos de personas.

 El peor momento para visitar la isla de Mainau es al comienzo de la temporada alta. Para evitar las multitudes del verano y visitar la isla en temporada baja, es mejor ir inmediatamente antes del cambio de precio, pero siempre recordando que en esta época del año las flores aún no están completamente en flor. Sin embargo, si deseas ver el magnífico mar de flores en todo su esplendor hay que conocer la isla de Mainau en temporada alta.