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En Nuévalos, junto al río Piedra y sobre las ruinas de un castillo, se alza el Monasterio de Piedra. Sin duda, uno de los espacios protegidos más ostentosos de nuestra geografía, donde se disfruta de la naturaleza entre cascadas, bosques y cavernas. Aquí, el río se enclaustra en un cañón de toba caliza para formar lagos, cascadas y remansos en medio de un exuberante bosque de ribera.
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La cascada Cola de Caballo, en el fondo del circo de Soaso del Parque de Ordesa, forma parte de una sucesión de cataratas de infarto. Hasta ellas se accede a través de una ruta, de unos 20 kilómetros que parte de la pradera de Ordesa, un sensacional paraje Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una agradable pista entre bosques y prados, traslada hasta una de las maravillas de nuestro país.
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El río Asón nace en una cueva ubicada en un farallón rocoso, y desde ella se despeña para formar una bellísima caída de más de 70 metros de altura. Aunque se puede observar desde la carretera, la forma más bonita de descubrir este maravilloso paraje es el camino que remonta el curso del río desde Asón. Este rincón de película, se puede sentir desde los miradores de Los Collados del Asón y el del Nacimiento del Asón.
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Orbaneja del Castillo posee unos increíbles paisajes kársticos modelados por el agua que mana de sus acuíferos. En el centro de la preciosa Orbaneja se esconde la Cueva del Agua. De ella parte un arroyo que atraviesa la población, para después, encauzado bajo las casas y casi rozando sus fachadas, formar un salto de agua que se precipita hacia el río Ebro.
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El Pozo de los Humos es una catarata que fluye en el curso del río Uces a su paso por los términos de Masueco y de Pereña de la Ribera. Es una de las joyas del Parque Natural de Arribes del Duero, una de las cascadas más bonitas de la península. La fuerza del agua al caer al vacío desde más de 50 metros, forma nubes de vapor que envuelve en un halo mágico todo el entorno.
Ignacio Perez Bayona / ALAMY
De las entrañas de la albaceteña sierra de Alcaraz, brota el reventón del río Mundo. De una cueva a más de 30 metros de altura cae agua a borbotones para formar una espectacular cascada. Esta maravilla de la naturaleza, que se prodiga muy cerca de Riópar, no se da en ninguna otra cueva de origen kárstica. La impresionante salida de golpe de una gran cantidad de agua, el desconocido reventón, es exclusivo de Albacete.