Las carreteras más espectaculares del mundo
Paso del Stelvio
Paso del StelvioLos amantes del ciclismo conocen bien este zigzag de vértigo en los Alpes italianos que, año sí año también, figura como uno de los rompepiernas del Giro de Italia. Ya casi en la frontera con Suiza, la Strada Statale SS38 va trepando por la falda de la montaña a través de las 48 curvas cerradísimas que ascienden hasta los 2.760 metros de este paso entre paisajes lunares. Todo un espectáculo sobre todo para los motoristas.
Costa Amalfitana
Costa AmalfitanaSí, aunque sea en el cabrio más humilde del mercado, no hay placer comparable al de avanzar descapotado por esta treintena de kilómetros que, entre Sorrento y Salerno, quedan encajonados entre el Mediterráneo y la empalizada perfecta que conforman los montes Lattari. Sorteando los campos de limoneros, al fondo de los precipicios asoma la antigua república marinera de Amalfi, el glamuroso pueblito de Positano y alguna otra meca de los años licenciosos de la dolce vita europea.
La senda de "Drácula"
Las gargantas bereberes del Dadés
Las gargantas bereberes del DadésCompiten con las paredes a la vertical de las vecinas gargantas del Todra, pero, para conducir, las del Dadés ganan por goleada. Una estrecha tira de asfalto serpentea entre paisajes marcianos de rojos por doquier: el de los monumentales roquedos que se ciernen sobre la diminuta carretera, el de las casas de adobe, los ksour o pueblos amurallados densamente poblados por los bereberes, y el rojo también de las kasbahs medio en ruinas que atraen a muchos hasta esta despampanante región presahariana al sur de las montañas del Gran Atlas marroquí.
La carretera de Los Caracoles
La carretera de Los CaracolesExactamente eso parecen, caracoles, los vehículos que enfilan a cámara lenta por la treintena de curvas consecutivas de la pendiente más espeluznante la cuesta Juncal del paso andino que une Chile y Argentina, conocido también como el Paso Internacional Los Libertadores o del Cristo Redentor. Todo un reto para la conducción, sin barandillas de seguridad, con muchos camiones y algún que otro desprendimiento de rocas. La nieve cierra a menudo al tráfico a pesar de tratarse de la vía principal entre Santiago y la ciudad de Mendoza. Todo un reto para los conductores y un espectáculo único para los pasajeros.
Los saltos de la Overseas Highway
Los saltos de la Overseas HighwayDoscientos kilómetros sobre las aguas turquesa de los Cayos de Florida, brincando de isla en isla a través de 42 puentes a ras del mar. Unas cuatro horas de conducción de primera por la senda de una antigua vía ferroviaria que, destruida por un huracán en los años 30, se transformó en una de las carreteras panorámicas más asombrosas Made in USA.
Red Rock Scenic Byway
La 17-Mile Drive de California
La 17-Mile Drive de CaliforniaNo se permite rodar en moto y cada coche tiene que pagar un peaje por acceder a estas fotogénicas 17 millas (unos 10 dólares por poco más de 27 kilómetros) que, entre Pacific Grove y Pebble Beach, recorren al filo de la costa del Pacífico una de las zonas residenciales más exclusivas de la península californiana de Monterey. Mansiones y campos de golf, pero también bosques, preciosas bahías y playas a las que cada primavera regresan las focas para parir a sus crías, hacen que tan escuetas dimensiones den para disfrutar un día entero.
Entre las selvas de Hana Highway
Entre las selvas de Hana HighwaySin hacer paradas, el centenar escaso de kilómetros que entre la selva y el mar lleva desde Kahului hasta Hana, en la isla hawaiana de Maui, vendría a suponer casi tres horas de viaje por una carretera estrecha y sinuosas que pasa sobre 59 puentes, 46 de los cuales son de un solo carril. Lo mejor, sin embargo, es dedicarle todo el día para ir recalando por senderos panorámicos como el Waikamoi Ridge Trail, por los acantilados, cascadas y playas de todos los colores que salpican el verdor tropical del follaje u organizarse un picnic por los paisajes a loParque Jurásico que asoman tras cada una de sus más de 600 curvas.
El túnel Guoliang
El túnel GuoliangTrabajo de chinos, en el más amplio sentido de la frase, fue la labor de horadar en las montañas de Taihang este kilómetro encerrado en unos tramos entre las rocas y, en otros, al filo mismo del abismo. Hasta los años 70, los habitantes de esta aldea de la provincia de Henan tenían una comunicación aún peor con el resto del mundo. En vista de que nadie le ponía solución, mandaron a una cuadrilla de aldeanos para tallar centímetro a centímetro este túnel no apto para cardiacos al que en la zona, al parecer, conocen como El camino que no tolera errores.
Irohazaka, la carretera del alfabeto
Irohazaka, la carretera del alfabetoUn total de 48 curvas, cada una marcada con una letra de un antiguo alfabeto japonés, son las que suma esta carretera situada a un par de horas al norte de Tokio y que, en realidad, son dos carreteras. La construida en 1954 sirve hoy para bajar hasta los célebres templos de la ciudad de Nikko desde la zona montañosa de Okunikko. La otra, abierta una década más tarde, asciende desde ella hasta el espectacular mirador de Akechidaira y el lago Chuzenji. Entre medias, los bosques especialmente bonitos y frecuentados cuando el otoño pinta de ocre y rojo este serpenteante trazado que antaño utilizaban los monjes.