7 pueblos desde los que tocar Sierra Nevada
Pórtugos
El origen de Pórtugos se remonta a la época del Imperio Romano, que la llamaron Portus, lugar de paso. Además, Pórtugos fue uno de los núcleos más importantes del reino nazarí. Tras su expulsión, tuvo que ser repoblada con colonos de otros puntos de la península. Pórtugos conserva su preciosa arquitectura de soportales, balcones y terrazas con floridas macetas que contrastan con la inmaculada blancura de sus casas. Esta villa está cargada de resonancias andalusíes con el agua como protagonista. Un gran ejemplo es el paraje de Fuente Agria, un manantial de cinco caños del que brotan, según dicen, aguas ferruginosas indicadas para los que padecen anemia. Des aquí parten varias rutas de senderismo.
Mecina-Bombarón
La antigua Medina del Buen Varón es un pueblo espléndidamente conservado. Tras la expulsión de los moriscos en 1.609 fue repoblada por familias de Galicia, Asturias y León. A más de 1.200 metros se ha convertido en residencia de quienes buscan paz y una forma diferente de vivir. En Mecina hay que ver su intacto puente Romano en el antiguo Camino Real, que unía Almería y Granada. También son interesantes sus antiguos lavaderos, el Fuente del Capitán y el Mecina, en la zona más alta del pueblo. Además, no hay que perderse su Iglesia de San Miguel Arcángel, reconstruida a finales de 1.500 tras ser incendiada por los moriscos. Sobre el río Mecina hay que ver los antiguos molinos, hoy como alojamientos rurales, y su interesante Museo Fotográfico.
Yegen
Yegen es algo así como un lugar de peregrinación para los seguidores del escritor inglés Gerald Brenan y es que el autor de Al Sur de Granada residió en Yegen hasta 1934. Este pequeño municipio está situado sobre una suave ladera montañosa, coloreada por árboles frutales y álamos y surcado por arroyuelos. Es un paraje de especial belleza en el que se puede disfrutar de su conservada arquitectura popular. De calles empinadas, los tinaos y azoteas de sus casas sirven de salidas a otras, formando la estructura escalonada. Hay que ver su iglesia mudéjar, los vestigios de su fortaleza mora y su multitud de cuevas naturales. También es indispensable su Museo de fotos exclusivamente del pueblo y su gente. Recoge la historia viva de Yegen desde el año 1.959 hasta 1.989.
Válor
Aunque hay vestigios de la Edad del Bronce y de la época romana, Válor nace como pueblo en la era de la dominación islámica y conserva casi de lleno su fisonomía de entonces, con calles estrechas y casas típicas de la Alpujarra. Aquí nació Fernando de Córdoba y Válor, conocido como Aben Humeya, el líder de las revueltas moriscas. Estas algaradas tuvieron lugar porque Felipe II prohibió a los musulmanes utilizar sus atuendos y celebrar sus fiestas. En la villa de Válor hay que visitar su hermosa iglesia con artesonado mudéjar del siglo XVI y una magnífica imagen del Santo Cristo de la Yedra. Así como la ermita de los Varones Apostólico, y los lienzos de su antiguo Castillo. Alfonso XIII le otorgó el título de Villa por el incremento de su población y el desarrollo de su agricultura.
Ugíjar
Ugíjar se alza en un cruce de caminos, por lo que fue un destacado centro comercial, donde vecinos y mercaderes intercambiaban mercancías. Esto hizo que las mezquitas estuvieran llenas y que se desarrollaran mercados y telares. Ugíjar ha sabido conservar su magnífico casco urbano con casas de fachada noble, escudo y grandes balconadas. Es una de las poblaciones más ricas en casas históricas y monumentales. Obligatorio visitar el Santuario de la Virgen del Martirio, erigida en Colegiata el Pozo de la Virgen, la Fuente del Arca y el Convento de San Juan Bautista. Y por supuesto, el Centro de Interpretación de la Alpujarra. Imprescindibles sus dulces artesanales, que con genuino sabor morisco, nos trasladan de nuevo al reino de Abèn Humeya.
Puerto de la Ragua y Castillo de la Calahorra
Desde aquí se asciende en un trayecto de llamativa variedad paisajística, al Puerto de la Ragua, que a más de 2 000 metros de altura, es la frontera natural entre Granada y Almería. Tras el Veleta, es el segundo más alto, y quizá uno de los grandes desconocidos del Parque de Sierra Nevada. Esta zona, está cuajada de bosques impresionantes, espectaculares en cualquier época del año. Nada más coronar el puerto, junto a la carretera está el manantial Fuente de las Yeguas, de agua exquisita y muy apreciada. Y una vez superado el puerto, aparece la maciza silueta del Castillo de Calahorra, levantado por arquitectos italianos en 1 509, sobre una antigua fortaleza islámica. Construido por Rodrigo de Vivar y Mendoza, hijo del Cardenal Mendoza, es pionero en nuestro país por su estilo renacentista.