Las 7 maravillas gastronómicas de España y dónde tomarlas


Jamón ibérico
“Del cerdo, hasta los andares”, suele decirse. Y bien cierto es que las patas con las que andan… ¡nos encantan! El pata negra produce un jamón saludable, cuya calidad radica en la maestría en la crianza y curación. El corte del jamón es también todo un arte que merece también mención aparte. Para degustarlo como se merece nada mejor que la localidad onubense de Aracena en la que La Bodega Cinco Jotas enseña todos los entresijos de este manjar que se deshace en la boca.

Pulpo a la gallega
Dejar el pulpo en su punto es todo un logro que requiere de técnica. Y, por supuesto, es necesario que la materia prima sea de gran calidad, como la de las zonas más marisqueras de Galicia. Grandes cazuelas son testigo del ablandamiento de estas carnes magras. El corte en rodajas es a tijera, y la tradición manda servirlo en un plato redondo de madera, rociado con aceite de oliva y pimentón. Donde mejor se degusta es, sin duda, en los puestos de las pulpeiras, en las calles de algunas ciudades y pueblos de tierras gallegas. Si no se tiene la fortuna de encontrarse con una, un pulpo a la gallega de categoría es el que preparan en Casa Solla (San Salvador de Poio, Pontevedra), con una estrella Michelín y tres Soles Repsol, cuyo chef y propietario, Pepe Solla, tiene también los restaurantes Atlántico Casa de Comidas y Atlántico Casa de Petiscos, ambos en Madrid.

Tortilla de patatas
La más conocida, popular y quizás la más democrática de esta lista. ¡Quién no está de acuerdo en que la tortilla es un manjar! En cualquier sitio y a cualquier hora del día es una bendición. La del Sagartoki de Vitoria tiene premio. Su dueño, el chef Senén González, ganó en 2010 el Concurso Nacional de Tortilla de Patatas. Pero no solo se puede consumir allí: este maestro de la tortilla logró la fórmula para replicar la suya de forma natural y que se pudiera congelar sin perder sus propiedades. Así ahora produce miles a diario para consumir en cualquier punto de nuestra geografía y del mundo, a la venta en numerosos espacios gourmet. En cualquier caso, un buen pincho de tortilla apetece siempre, y la clave para encontrar el mejor está en ir probándolos todos.

Paella valenciana
Nos guste o no, es nuestro plato más internacional. ¡Si hasta cuenta con su propio emoji! Y con reinterpretaciones de todo tipo, como la que se le ocurrió hacer a Jamie Oliver con chorizo… Dicen que las que se preparan al fuego con sarmientos e incluso con agua de mar son manjares de dioses. Una buena paella se come en muchos sitios en la Comunidad Valenciana, pero resulta que la mejor paella valenciana del mundo de 2016 se cocina en un restaurante de Córdoba: en la arrocería Casa Pepe Sanchis. Así lo decidió el jurado de la 56 edición del Concurso Internacional de Paella de Sueca (Valencia), que alzó ganador a José Miguel Sanchis, quien a sus tiernos 18 años cocinó a leña la paella ganadora.

Quesada pasiega cántabra
Leche de vaca cuajada mezclada con mantequilla, harina de trigo, azúcar, huevos y un toque de canela y ralladura de limón. La fusión de estos elementos logra un sabor y textura francamente placenteros. Las mejores se comen en casas de comidas en Cantabria, y para llevar destacan las de Casa El Macho, con más de medio siglo de tradición, calidad, artesanía que le han llevado a obtener el certificado de la indicación geográfica protegida y de calidad controlada.

Paparajotes murcianos
El postre más famoso de Murcia, aunque fuera de la zona no sea tan conocido. Se trata de una hoja de limonero rebozada que, a pesar de la sencillez en su elaboración, en cada rincón se prepara con algún toque distinto. Si bien no se encuentran durante todo el año, en la capital huertana sobresalen los de La Pequeña -taberna típica -. En Madrid se comen exquisitos en el restaurante El Caldero, donde le añaden un licor triple seco (de base cítrica) que después flambean delante del comensal, y los sirven con una bola de helado de limón.