7 destinos europeos sobresalientes para quienes quieren escapar de lo más típico


Dornes, Portugal
Íntimamente ligada a los templarios, esta freguesía portuguesa del centro del país es una bella aldea que descansa en una pequeña península bañada por el río Zézere. El Santuario de Nossa Senhora do Pranto y la esbelta y original torre pentagonal de origen templario que se eleva a su lado sobresalen en un encantador conjunto de casas blancas. El espectacular entorno en el que se encuadra y la espléndida postal que forma sobre las aguas hacen de Dornes uno de los rincones más insospechados y, al mismo tiempo, más bellos de todo Portugal.

Barga, Italia
Barga es uno de los pueblos más bonitos de la Toscana – si bien, en sentido estricto, tiene el título de ciudad desde hace casi cien años -. El alto desarrollo que vivió en los siglos del renacimiento hizo de esta población un referente de la zona, aunque en la actualidad ha quedado relegada a un segundo plano a pesar de su incuestionable encanto. Situada sobre una colina y encabezada por la catedral de San Cristóbal, que cuenta con casi mil años de antigüedad, Barga es una bella localidad cuyo mayor atractivo consiste en perderse caminando por su red de calles medievales con su trazado a base de escaleras, admirando sus palacios, sus plazas y las vistas que nos ofrece sobre el contorno desde sus miradores.

Saint-Rémy-de-Provence , Francia
La Provenza es una región famosa por sus bucólicos paisajes y sus cautivadoras poblaciones rurales. El valle del Luberon - con pueblos como Gordes -, ciudades como Avignon, o localidades tan atrayentes como Les Baux-de-Provence, en Les Alpilles, quizás han eclipsado, de alguna manera, el esplendor de otros rincones de esta parte de la geografía francesa.Precisamente en Les Alpilles encontramos una población sobresaliente por muchos motivos. Saint-Rémy-de-Provence – aquí nació Nostradamus - cuenta con todo lo bueno de la Provenza, pero además es el lugar donde Van Gogh vivió durante una de sus etapas más prolíficas, pudiendo admirar los paisajes y lugares que el genial artista reprodujo en muchas de sus obras. Además, a escasos dos kilómetros se halla la ciudad romana de Glanum, considerada – salvando las distancias - la «Pompeya francesa», aportando un espacio asombroso a la idílica imagen de esta encantadora región.

Vaduz, Liechtenstein
Es cierto que la capital del Principado de Liechtenstein es un pequeño conjunto poblado de tan sólo unos pocos miles de habitantes, convertido en un centro financiero mundial por su carácter de paraíso fiscal, pero visitar Vaduz significa conocer de primera mano el corazón de uno de los países más pequeños de Europa.Además, ubicada en el centro del territorio, es un sensacional mirador del maravilloso entorno del que disfruta Liechtenstein, rodeado en un lado por las montañas Suizas, atravesado por el río Rhin en la parte baja y enclavado frente a la cadena montañosa austríaca. El castillo de Vaduz, donde vive la familia principesca, es el punto de mayor simbolismo y belleza de la capital, levantado sobre la ciudad en una zona elevada.

Traunkirchen, Austria
A casi una hora por carretera de Salzburgo, en el espectacular y célebre distrito montañoso de Salzkammergut – cuyo paisaje cultural es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco -, encontramos una preciosa localidad situada en una península en las orillas del lago Traunsee, frente a la montaña de Traunstein. Aunque poco conocida, la imagen del pueblo y su entorno es realmente una obra de arte. Una imagen que nos recuerda a la célebre localidad de Hallstatt – considerada el pueblo más bonito de Austria -, si bien en Traunkirchen podremos disfrutar de la tranquilidad de un espacio poco frecuentado turísticamente alejado de las masificaciones, donde es posible realizar una gran cantidad de actividades relacionadas con la naturaleza.

Loket, República Checa
Con tan sólo 3000 habitantes, Loket es una pequeña población de la Bohemia Occidental, próxima a la ciudad balnearia de Karlovy Vary. Su propio nombre, que significa en el idioma local «codo», hace alusión a la principal característica del paisaje del lugar: un pueblo rodeado casi por completo por el río Ohře, asemejando la forma de esta parte del cuerpo.El impresionante castillo de Loket, del siglo XII, coronando esta gran parcela rodeada por el curso fluvial, junto con todo el conjunto de casas a sus pies, es una de las visiones más bellas de todo el país.