25 hoteles rurales para disfrutar de la España verde

La franja norte de la Península Ibérica alberga algunos de los espacios naturales más valiosos y sorprendentes de España, que dibujan su perfil entre montañas y acantilados, prados y playas, aldeas casi perdidas y salvajes calas. Desde Galicia al País Vasco, pasando por Asturias y Cantabria, existen alojamientos rurales perfectos para un contacto especial con la naturaleza.

Lar de Donas
* Texto: Silvia RobaMeira (Lugo)lardedonas.comLa rehabilitación de la que en su día fue una sencilla casa de aldea se ha hecho con tanto esmero que parece que nos encontremos en un hotel cinco estrellas, sin perder, eso sí, ni un ápice de la tranquilidad y lo enxebre del medio rural. Entre sus nueve habitaciones, blancas blanquísimas, destacan las dos suites, A Moura y A Dona, con techos abuhardillados. Una oferta de puro relax entre la Terra de Chá y las sierras Orientales.No te lo pierdas. El Museo do Castro de Viladonga, para profundizar un poco más en la cultura gallega.

El Castaño Dormilón
* Texto: Silvia RobaOrtigueira (A Coruña)elcastanodormilon.esCuesta imaginar que este hotelito, que tan bien combina lo rústico y lo moderno, fue en sus tiempos una escuela. De la madera del árbol que le da nombre son las vigas de los techos de las habitaciones de la tercera planta, las más demandadas, aunque el resto no desmerece: son tan blancas y luminosas que apenas apetece salir de ellas. No queda más remedio. Este es un excelente punto de partida para explorar los dos cabos más septentrionales de la Península: Ortegal y Estaca de Bares.No te lo pierdas. Un paseo en kayak por la ría de O Barqueiro.

Casa do Batán
* Texto: Silvia RobaChavín, Viveiro (Lugo)casadobatan.comUn paraíso entre dos ríos, un lugar donde disfrutar del silencio y redescubrir el fuego y el agua. Así definen su hogar Luz y Antón, propietarios de esta casa rural donde no hay televisión, pero sí un jardín y un molino reconvertido en biblioteca. Solo dispone de cuatro habitaciones, de sugerentes nombres para noctámbulos: Lúa Chea, Cuarto Menguante, Lúa Nova y Cuarto Creciente. Los desayunos bataneros tienen categoría de míticos, con filloas, empanada, quesos... y quizás algo más porque cada día son distintos.No te lo pierdas. La ruta circular por el valle del Landro, que pasa por Curro de Candaoso, donde tiene lugar en verano la famosa tradición de la rapa das bestas.

Finca O Bizarro
* Texto: Silvia RobaTrabada (Lugo)fincaobizarro.comFue a finales del siglo XIX cuando los bisabuelos de los actuales propietarios decidieron construir una casa de estilo tradicional que aunara la vivienda y la granja familiar. En 2005 iniciaron las tareas de rehabilitación, que incluyó la restauración no solo del edificio principal, también de una capilla y el antiguo lavadero. Entre los sólidos muros de piedra y madera hay lugar para salas de juegos y lectura, un comedor y ocho habitaciones dobles.No te lo pierdas. Acercarse hasta la playa de las Catedrales, en Ribadeo. Hay que reservar entrada.

Arpa de Hierba
* Texto: Silvia RobaLa Peredaarpadehierba.com“La pradera es un arpa de hierba, que recopila y cuenta; un arpa de voces que recuerdan una historia”... No, Truman Capote no se alojó nunca en este pequeño hotel situado a los pies de la Sierra del Cuera, en una finca a solo tres kilómetros de las playas de Llanes. Pero sus palabras han servido de inspiración a los dueños, que han conseguido crear un ambiente acogedor y chic: el papel pintado inglés en las paredes y los muebles de estilo francés dan un toque cosmopolita a este alojamiento de ocho habitaciones cuyo único objetivo es hacer felices a los huéspedes. ¿Lo mejor? Los desayunos: zumo natural, huevos revueltos, queso, pan recién hecho... Y cada noche, las tertulias en el jardín.No te lo pierdas. El campo de golf La Cuesta, con 18 hoyos y magníficas vistas al mar.

Torre de Villademoros
* Texto: Silvia RobaCadavedo-Valdéstorrevillademoros.comA un lado, Luarca; al otro, Cudillero. Imposible decidir cuál de estas villas marineras es aconsejable visitar primero. Aunque tal vez la mejor idea sea lanzarse a recorrer la escasa distancia que separa el jardín de los acantilados de la comarca de Entrecabos. Este es el entorno que rodea lo que en su día fuera una casona solariega, construida en el siglo XVIII. Nueve centurias más aguanta sobre sus cimientos la torre medieval que da nombre al establecimiento, en la que los clientes también pueden alojarse, ya que dispone de una suite en su interior. En el jardín hay robles, castaños, tilos y cerezos. En el huerto, verduras y hierbas listas para dar aroma y sabor a los platos del restaurante.No te lo pierdas. Una ruta a pie por las hoces del río Esva, monumento natural.

Casona Cantiga del Agüeira
* Texto: Silvia RobaPumarescantigadelagueira.comEn la comarca de los Oscos, en una aldea que en otros tiempos gozó de cierta actividad ferreira. Es ahí donde abre sus puertas esta casona del siglo XVII, construida en madera y piedra. La antigua lareira (cocina) es hoy una estancia con chimenea, perfecta para apurar un vino al calor del fuego. Los sentidos aquí deben estar alerta... No solo la vista y el gusto, también el oído. Quien así lo desee puede aprender a tocar el piano y la guitarra que presiden el salón. O disfrutar de las reposadas veladas de música clásica que la casa organiza cada fin de semana al caer la tarde.No te lo pierdas. Un curso de iniciación a la forja tradicional en el Mazo de Mazonovo, una herrería del siglo XVIII.

Quintana del Caleyo
* Texto: Silvia RobaEl Caleyo, Camuñoquintanadelcaleyo.comAtención al inventario. Este alojamiento rural del occidente asturiano está formado por una casona palacio, una capilla, dos paneras –una de ocho pegollos del año 1730–, una casa de esfollones, un pajar, un palomar y unas muy acogedoras antoxanas. Todo ello, rodeado por prados y montes. La quinta en cuestión fue fundada en el siglo XVII. Hay que fijarse bien en los detalles, como esos entarimados de castaño con más de dos siglos o las vigas de madera de los techos.No te lo pierdas. Acercarse a Salas para conocer el tejo de la iglesia de San Martín, un árbol milenario de 16 metros de altura.

El Mirador de Ordiales
* Texto: Silvia RobaSieroelmiradordeordiales.comLa Habitación Este tiene bañera de hidromasaje; la Habitación Sur, chimenea, y la Habitación Norte, jardín privado. Los huéspedes pueden alojarse en cualquiera de las tres estancias de este hotel que, en realidad, no es otra cosa que un privilegiado mirador. Hay a quien le encanta ver salir el Sol entre los macizos orientales de los Picos de Europa, y a quien le gusta más ver cómo se esconde entre las montañas de la Sierra de Aramo. La huerta aquí nutre al restaurante.No te lo pierdas. Una degustación de sidra y quesos en el Llagar Trabanco.

Casa rural Santu Colás
* Texto: Silvia RobaCorao, Cangas de Oníssantucolas.comCantan los pájaros y el rumor del río acompaña sus trinos. Sentados bajo el hórreo centenario, la vida pasa, tranquila, después de una jornada caminando junto a los lagos de Covadonga. Se respira paz en esta casa rural con siete habitaciones amplias y luminosas, muy cerca de los Picos de Europa. Bajo petición, los desayunos se sirven al aire libre: nada mejor que empezar el día con un dulce de manzana.No te lo pierdas. La ruta de Los Beyos y el Parque Natural de Ponga.

Reciegos
* Texto: Silvia RobaCampo de Casocomplejoreciegos.comLa palabra reciegos, que da nombre a este hotel situado en el corazón del Parque Natural de Redes, hace alusión a las múltiples riegas de agua que rodean el lugar y que tanto contribuyen a mantener el paisaje verde durante gran parte del año. La piedra caliza y la madera son las señas de identidad de este refugio de montaña, instalado en una atalaya desde la que se domina el curso del río Nalón. De sus ocho habitaciones nos gustan las que tienen los ventanales más grandes.No te lo pierdas. Aprender cómo se elabora el típico queso casín en la Quesería Redes.

Lindos Sueños
* Texto: Silvia RobaEntrambasaguaslindossuenos.comEl salón con estufa de leña y el comedor con chimenea aseguran auténtico calor de hogar en esta casa del valle de Campoo, rodeada de bosques de robles y hayas y arropada por montañas de más de dos mil metros de altura. No me mires, que nos miran. Nos miran que nos miramos... bonitos versos que se pueden leer en el cabecero de una de las camas de las habitaciones, con mobiliario, mantas, cortinas y cuadros de alegres colores.No te lo pierdas. Una jornada de esquí en la estación de Alto Campoo, a solo diez minutos de esta posada rural.

La Casona de San Pantaleón de Aras
* Texto: Silvia RobaVotocasonadesanpantaleon.comUn arco de piedra y un enorme portón de madera de castaño sirven de acceso a esta casona montañesa del siglo XVIII situada en el corazón del valle de Aras, donde se suceden prados y montañas. Las aguas del río Clarín y del canal del molino vecino dibujan el contorno de la finca, con un inmenso jardín de árboles frutales. Tres son los espacios comunes más concurridos de esta casona: el porche, el comedor y el Spa.No te lo pierdas. Las alubias pochas con almejas y cocochas de La Solana, en Ampuero.

La Riguera del Ginio
* Texto: Silvia RobaUciedalarigueradeginio.comUna larga tradición ganadera se esconde tras las paredes de esta posada, no solo por su historia sino también por el material con el que fue construida en el año 1880, ya que la mayor parte de la piedra de las instalaciones procede de la cuadra original. Aquí no hay habitaciones sino apartamentos, cuatro en total. El más grande es Ponteo, con salón con chimenea; el más pequeño El Armugal, es ideal para parejas. En los alrededores, un bosque de secoyas en el que perderse.No te lo pierdas. La ruta de los Puertos de Fuentes, en el Parque Natural Saja-Besaya.

Casona del Nansa
* Texto: Silvia RobaHerreríascasonadelnansa.esConstruida en el siglo XIX con piedra de sillería averrugada, esta típica casona cántabra, en la cuenca del río Nansa, ha sido rehabilitada y enriquecida con materiales nobles como la madera. En su decoración predominan los detalles rústicos, y eso que este es uno de esos hoteles con encanto que apuesta por la modernidad, tal y como demuestra su terraza chill out y la decoración de sus habitaciones. La carta del restaurante es tradicional, pero con un toque de autor.No te lo pierdas. Una visita a la Cueva del Chufín, con grabados rupestres.

La Posada de Somo
* Texto: Silvia RobaSomolaposadadesomo.comAl otro lado de la bahía de Santander, Somo es conocida por su playa de siete kilómetros de arena blanca, aunque en sus inmediaciones se suceden calas salvajes y acantilados. A todos esos rincones es fácil llegar desde la posada, que ofrece, sobre todo, intimidad a sus huéspedes, que se pueden alojar en habitaciones y suites, pero también en villas, con camas king size, jacuzzi, jardín privado... A su disposición, dos cartas: la de masajes y la del restaurante, solo para cenas.No te lo pierdas. Realizar un curso de surf para aprender a volar sobre las largas olas de la playa de Somo.

La Casa del Organista
* Texto: Silvia RobaSantillana del Marcasadelorganista.comHe aquí una casona montañesa del siglo XVIII que ha sido restaurada por artesanos canteros y carpinteros. ¿Su misión? Reconstruir la que fuera, durante 60 años, casa del organista de la Colegiata de Santa Juliana, uno de los monumentos románicos más representativos de Cantabria, a solo cinco minutos del hotel. Sus amplias habitaciones, decoradas con muebles de época, mantienen detalles originales, como los suelos de madera.No te lo pierdas. El Museo de Altamira. Los viernes se sortean cinco entradas entre los visitantes para adentrarse en las cuevas.

Posada San Pelayo
* Texto: Silvia RobaSan Pelayoposadasanpelayo.comPocas cosas resultan tan reconfortantes como darse un chapuzón en una piscina con vistas a los Picos de Europa. Esto sucede en esta posada rural, a seis kilómetros de Potes. Su jardín, junto a un riachuelo, es uno de sus mayores reclamos. También la tranquilidad que se siente en su salón con chimenea y en cualquiera de sus trece habitaciones, con grandes ventanales y balcones.No te lo pierdas. Subir en el teleférico de Fuente Dé y respirar profundo a 1.823 metros de altitud.

Iriarte Jauregia
* Texto: Silvia RobaBidania-Goiatz (Guipúzcoa)iriartejauregia.comPara amantes de la naturaleza y la gastronomía es este hotel que encuentra acomodo en un palacio del siglo XVII, muy cerca de San Sebastián. Mobiliario antiguo y elementos nobles –madera, piedra, cristal y hierro– se combinan con piezas actuales creando una atmósfera íntima, que se multiplica hasta el infinito en las habitaciones, muy especialmente en la suite, con salón y vistas al jardín. Enrique Fleischmann es el chef del restaurante. Lo suyo es la cocina con alma (galletas de langostinos crujientes, risotto de vieiras, merluza en salsa verde...).No te lo pierdas. Subir al Monte Hernio, entre los valles del Oria y Urola.

Haitzalde
* Texto: Silvia RobaMutriku (Guipúzcoa)haitzalde.comUna atalaya sobre el mar Cantábrico, a 600 metros del centro del pueblo. Que nadie espere una casa tradicional, porque lo que aquí va a encontrar es vanguardia pura. Una edificación muy actual, totalmente integrada en el paisaje, con una cubierta vegetal y cubos-terraza de madera. Cuenta con seis habitaciones con grandes ventanales y un solarium naturista sobre un acantilado, de lo más íntimo y discreto.No te lo pierdas. La ruta del flysch en barco.

Ellauri hotela
* Texto: Silvia RobaZeanuri (Bizkaia)ellaurihotela.comJunto al Parque Natural de Gorbeia esta casa-torre hoy reconvertida en hotel data del siglo XIII. Piedra, madera y vidrio han servido para dar una nueva vida a este alojamiento exclusivo, con diez habitaciones entre las que destaca la Elorri Suite. La madera de abeto nórdico del techo aporta calidez a la estancia, toda decorada en rojo. Si así lo prefieren, los huéspedes pueden pasar la noche en uno de los tres áticos, desde cuyas camas se contemplan los cercanos paisajes de montaña. En el restaurante impera la cocina tradicional: carnes, pescados... y, en temporada, alubiadas.No te lo pierdas. El Hayedo de Otzarreta, en la vieja calzada real entre Zeanuri y Ubidea.

Hotel Ibarra
* Texto: Silvia RobaZalla (Vizcaya)hotelibarrazalla.comA 20 kilómetros de Bilbao existe un entorno privilegiado de bosques y prados verdes. Ahí emerge la localidad de Zalla, en el valle de Salcedo, territorio histórico de la comarca de las Encartaciones. Pasear a caballo o en bici y hacer alguna ruta por la montaña son las actividades favoritas de quienes se alojan en este hotel, con 14 habitaciones y zonas ajardinadas.No te lo pierdas. Una visita a las Bodegas Virgen de Lorea y sus viñedos de txakoli.

Castillo de Arteaga
* Texto: Silvia RobaGautegiz Arteaga (Vizcaya)castillodearteaga.comEl motivo por el cual fue construido este palacio neomedieval con torreón neogótico hay que buscarlo en los libros de historia. Fue en el año 1856 cuando Eugenia de Montijo quiso recuperar lo que quedaba de un castillo del siglo XIII en un solar de su propiedad para agradecer el nombramiento de su esposo, Napoleón III, como vizcaíno de origen. Almenas, muros de piedra y muebles de época permiten viajar con la imaginación por el túnel del tiempo que proporcionan las estancias del castillo. En el restaurante hay varios menús a elegir. En la bodega, vinos de todo el mundo.No te lo pierdas. El Bosque Pintado de Oma, obra de Agustín Ibarrola, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

Caserío Basarte
* Texto: Silvia RobaBakio (Vizcaya)basarte.netLa identidad de la comarca se ve reflejada en cada una de las cinco habitaciones, alegres y luminosas, de esta casa rural, con nombres de puntos de referencia como Jata, Mahasti o Koba, pero también con otros más emotivos para las hermanas propietarias, como Artetxe, caserío natal de su padre. En la planta baja hay que visitar la Bodega ADos, donde se elabora txakoli, blanco y tinto, a partir de la uva de la propia finca.No te lo pierdas. El Mirador Askada, con vistas sobre la playa de Areaga.

Molino de Tresgrandas
* Texto: Silvia RobaPero, ¿quién es el asesino? Convertirse en Hércules Poirot o en la señorita Marple y descubrir qué huésped ha cometido un crimen es una de las actividades detectivescas que propone a sus inquilinos El Molino de Tresgrandas, en Asturias. Cada vez son más los alojamientos que ofrecen cosas diferentes que hacer, como Goikola, en Itziar (País Vasco), donde te enseñan ¡a cardar lana de oveja latxa!

Pueblos que son hoteles
* Texto: Silvia RobaNumerosas aldeas han sido rehabilitadas por entero como resorts rurales, perfectos para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Es el caso de Puebloastur, en el valle del Sueve, con una oferta de alojamiento y restauración de cinco estrellas, y de L’aldea soñada del Angliru, junto al mítico puerto de los ciclistas, ambos en Asturias. En Galicia, en Boborás, en el valle del Ribeiro, es posible alojarse en Pazos de Arenteiro, un pueblo de caballeros, piedra e historia.

En ruta con Paradores
* Texto: Silvia RobaLa red de Paradores propone a sus clientes la posibilidfad de realizar dos rutas por la España Verde. La primera incluye alojamiento en sus establecimientos de Limpias, Santillana del Mar, Cangas de Onís, Gijón, Ribadeo y Vilalba. La segunda varía un poco el itinerario para poder hacer noche en los Paradores de Hondarribia, Argómaniz y Fuente Dé. Dos viajes que funden naturaleza con patrimonio y un sinfín de historias y leyendas.