El vino que brota de los volcanes, una tradición única que podrás vivir en La Palma
Entre los impresionantes paisajes volcánicos de esta isla canaria se elaboran excelentes caldos llenos de historia.
Moldeada por la fuerza telúrica de la tierra, 'la Isla Bonita' es un tesoro natural que oculta entre su naturaleza una rica tradición vinícola, con viñedos que brotan de cenizas volcánicas y de antiguas coladas de lava, hoy petrificadas. Las altas propiedades de estos suelos, cargados de nutrientes y minerales, dan como resultado algunos de los más preciados vinos, distinguidos por una fuerte personalidad y sabor.
Con gran variedad de microclimas, dados por su orografía montañosa, y acariciada por los vientos alisios, que transportan la humedad desde el Atlántico, las condiciones de La Palma son idóneas para este cultivo. Hierro, calcio y magnesio son algunos de los componentes presentes en los suelos palmeros, proporcionando sabores y aromas particulares.
Además, la grava volcánica es capaz de acumular el humedad del agua durante largo tiempo, por lo que las vides pueden alimentarse continuamente y concentrar así toda la esencia de las uvas. Las condiciones volcánicas son, igualmente, una estupenda barrera natural contra ciertas enfermedades de las plantas, lo cual ha permitido que La Palma haya conservado cepas durante siglos.
Los tipos de uvas que se cultivan en La Palma
Listán Negro, Negramoll o Malvasía son algunas de las variedades autóctonas cultivadas históricamente en la isla. Esta última quizá es la más emblemática, no solo de La Palma, sino de todo el archipiélago canario. Con un cultivo que se remonta a más de 500 años de antigüedad, resalta por sus notas de dulzura y suelen ser cultivadas en las zonas altas de la isla.
Por su parte, el Listán Negro y la Negramoll se caracterizan por ser uvas más robustas, apropiadas para la producción de intensos vinos tintos con toques ahumados y notas de frutos rojos. Las zonas bajas y cálidas suelen ser más adecuadas para estas variedades. Para visitar algunas de sus bodegas tradicionales, es recomendable acercarse a lugares como Puntallana, Garafía, Puntagorda, Barlovento, Tijarage o Sauces.
Bodegas Talamanca, ubicada en el área de Cumbre Vieja, Bodegas Teneguía, con 70 años de historia, o Bodegas Tagalguén, las cuales cuentan con D.O. La Pama, son algunas de las más conocidas. Victoria Torres destaca por sus vinos ecológicos, que se rigen por las leyes de la biodinámica. Para seguir ahondando en la tradición vinícola, merece la pena acercarse al Museo del Vino, localizado en Las Manchas.
Un vino con historia
La tradición del vino en La Palma dio inicio con la llegada de los colonizadores europeos en el siglo XV. Fueron ellos quienes introdujeron las primeras vides, haciendo que la viticultura pasara a ser fundamental para la economía y cultura de estas tierras, e incluso llegara a sobrepasar fronteras. En Inglaterra, los vinos canarios, concretamente los vinos dulces de Malvasía, alcanzaron especial popularidad e incluso fueron mencionados por Shakespeare en su obra.
En la actualidad son varias las bodegas familiares que, generación tras generación, continúan manteniendo viva esta apasionante tradición. La elaboración de vinos artesanales, en combinación con técnicas innovadoras, es ahora compartida con visitantes que llegan de todo el mundo para aprender sobre estos preciados caldos, pasear por sus viñedos y catar sus vinos. Vinos que ya no solo son un producto agrícola. Ahora ya son todo un símbolo de identidad palmera y de la conexión de la isla con su tierra.