Vacaciones sostenibles: alojamientos 'eco-friendly' para tus escapadas

Xuq Lomas de Ruvira

Jorquera (Albacete)

En el Entorno Natural Protegido de las Hoces del Río Júcar hay un valle de cuevas milenarias que permanecieron en estado de ruina durante cientos de años. Ahora, estos alojamientos, a medio camino entre un resort de lujo y la más acogedora casa rural, les han insuflado nueva vida. Cada una de sus ocho cuevas –todas ellas sostenibles y bioclimáticas– es un lugar único, imperfectamente bello, que respeta la esencia del territorio ofreciendo una extraordinaria conexión con el entorno. ¡Bienvenido a la vida ‘eco-slow’!

La Garriga de Castelladral

Castelladral (Barcelona)

Con la sierra de Montserrat a sus pies y los Pirineos a la espalda, el entorno de esta masía de origen medieval es tan privilegiado que cuidarlo forma parte de su ADN. Cuenta con 20 habitaciones, spa y piscina con vistas, una acogedora biblioteca y un antiguo pajar convertido en comedor donde se sirven los productos de su propio huerto. Entre otras muchas medidas de sostenibilidad, emplean energía solar y geotérmica y reutilizan las aguas pluviales.

District Hive

Desierto de Gorafe (Granada)

En medio de la nada, este hotel cápsula es un hospedaje de lujo totalmente revolucionario: es el primer módulo 100% autosuficiente, transportable y controlado por Inteligencia Artificial, que pone en valor la naturaleza sin dejar huella. Su impacto en el terreno es nulo: no consume ningún recurso (genera su propia agua y electricidad) y, una vez retirado, la ubicación queda en el mismo estado en el que se encontraba. En cuanto a confort, tiene capacidad para cuatro personas y equipamiento de alta gama. ¡No le falta ni la piscina!

Can Martí

Sant Joan de Labritja (ibiza)

La Ibiza más auténtica no son playas con DJ y fiesta 24 h. La Ibiza más genuina tiene carácter rural y se encuentra en refugios como esta finca tradicional con más de 400 años de antigüedad, rodeada de olivos, enebros y algarrobos y a tiro de piedra de las preciosas calas del norte. Aquí se ha respetado la herencia cultural, desde la restauración de la casa payesa (solo con materiales locales y naturales), hasta los productos de su cocina –ecológicos y frescos, cultivados en su huerto de permacultura– o la primera piscina de agua dulce totalmente natural de toda la isla.

La Donaira

Montecorto (Málaga )

En la cima de la Serranía de Ronda, se alza este bellísimo cortijo de más de 100 años que es un refugio ecológico y gastronómico, con instalaciones de última generación que incluyen un spa y una piscina alimentada con agua de manantial. Su lista de actividades permite al huésped montar a caballo, disfrutar de catas de vinos naturales y biodinámicas, meditar con la ayuda del zumbido de las abejas, planear en parapente sobre el paisaje o, simplemente, tumbarse a la sombra de una encina de 700 años y disfrutar de la paz de la dehesa andaluza.

Arima hotel

San Sebastián (Guipúzcoa)

Este hotel puede presumir de muchas cosas: de un diseño hermoso y sorprendente, de una ubicación urbana y verde al mismo tiempo, de estar construido según los estándares ‘Passivehaus’ y ser, por lo tanto, una auténtica joya en materia de ahorro energético... Y todo ello sin renunciar al máximo confort. Sus habitaciones son una delicia de luz cálida, textiles neutros, aislamiento acústico de última generación, niveles controlados de temperatura y humedad y una baja concentración de CO₂ en el aire.

Buenavista Suites

Tías (Lanzarote)

Los almacenes y casas de aperos de una antigua explotación vinícola siguen pareciendo lo que eran y, a la vez, algo completamente renovado. El arquitecto local Néstor Pérez Batista firmó con estas cinco suites minimalistas, en medio del paisaje volcánico de La Geria, el perfecto ejemplo de esa arquitectura que rinde pleitesía al territorio, cediéndole todo el protagonismo y ofreciendo a los huéspedes el impagable espectáculo de una naturaleza sin adulterar hecha de viñas, volcanes y luz.

Ecocirer Healthy Stay

Sóller (Mallorca)

Ecocirer es un hermoso oasis en el corazón de Sóller, un pueblo de casas apiladas, rebaños de ovejas y burros pastando entre los almendros. Esta casa de principios de 1900 se ha transformado en un hotelito íntimo y familiar con seis habitaciones únicas y un alma en comunión con la naturaleza. La sostenibilidad se respira desde el diseño ecológico y los muebles y materiales recuperados, hasta los productos frescos de su cocina o sus propuestas para una estancia saludable, como el yoga, las clases de arte y cocina o las excursiones por la Sierra de Tramuntana. Una estancia de pura clama.