Sigue la ruta del Caballo Azul y siente la magia del enigmático valle de Xareta

Lo llaman “la comarca de las brujas”. Un territorio que no responde a fronteras, a caballo entre Francia y España, donde la magia, las leyendas y una historia ligada a bucólicos paisajes de montaña se funden en un conjuro cuyos efectos amenazan con hechizarnos.

Nos disponemos a emprender una ruta que nos adentra en el valle de Xareta, en las entrañas de los Pirineos, siguiendo el rastro de contrabandistas y de antiguos aquelarres, mientras descubrimos cuevas sorprendentes, preciosos pueblos cargados de encanto y una tierra de montes vestidos de frondosos bosques.

Tierra de bosques y akelarres

Si existe un punto en España claramente identificado con el mundo de las brujas, ese es Zugarramurdi. Pero Zugarramurdi no es más que la cara más conocida de todo un valle ligado a este universo mágico.

El valle de Xareta es una porción montañosa que, por circunstancias históricas, acabó separada por la frontera entre España y Francia. Sin embargo, los fuertes vínculos familiares de sus habitantes salvaron los límites fronterizos creando senderos alternativos que se perdían entre montes y bosques, motivando – junto con la existencia de amplias cuevas en su entorno - el desarrollo de una red viaria para el contrabandismo.

Las cuatro localidades que se asientan en el valle - Ainhoa y Sare en Nueva Aquitania (Francia), y Zugarramurdi y Urdazubi en Navarra (España) – han convivido durante siglos dada su cercanía y su historia y cultura comunes.

Xareta, que significa en vascuence “Tierra Arbolada”, es una tierra compuesta de prados y bosques a partes iguales, en una conjunción de gran belleza paisajística que se asienta sobre relieves de naturaleza kárstica, de donde surge el origen de las magníficas cuevas que se concentran en estos parajes en un número totalmente inusual.

Este hecho, junto con la espesura de los bosques, fue en su época el escenario perfecto para la celebración de aquelarres, generando toda una cultura en torno al esoterismo que tiene como episodio más destacado el caso de las brujas de Zugarramurdi, ocurrido a principios del siglo XVII.

Una cultura que forma parte intrínseca del folclore vasco, como bien ejemplifica la castellanización del vocablo akelarre.

La Ruta del Caballo Azul

Recorrer el valle de Xareta es tarea fácil gracias a la ruta circular del “Caballo Azul”. Se compone de una serie de senderos unidos bajo la señal del característico poni vasco o Pottoka - una ancestral raza equina autóctona de esta zona -, pintado de color azul.

Un recorrido muy asequible, al presentar una baja dificultad que, gracias a un itinerario de unos 35 kilómetros, une los cuatro pueblos del valle y nos encamina por los lugares y espacios más representativos del mismo, a uno y otro lado de la frontera.

En la parte francesa nos espera Ahinoa, un precioso pueblo de casas tradicionales que aparecen dispuestas como si de una postal se tratara; y al oeste Sare, otro ejemplo bellísimo de esta arquitectura local vasca que ha sido determinante para que ambas localidades se encuentren dentro de la Asociación de los Pueblos Más Bellos de Francia.

En la comuna de Sare podemos además tomar el tren cremallera de la Rhune – a partir de verano de 2023, puesto que actualmente se encuentra cerrado -, un tren turístico del primer tercio del siglo XX que asciende hasta esta mítica cumbre durante 35 minutos de trayecto que nos transporta a más de 900 metros sobre el nivel del mar, donde nos esperan unas vistas panorámicas increíbles.

También en este término podemos admirar las cuevas de Sare, una de las paradas obligatorias del valle de Xareta en lo que a grutas prehistóricas se refiere, abiertas en las entrañas de este macizo calcáreo.

Ya en la parte española, en tierras navarras pertenecientes a la comarca de Baztán, se ubican los pueblos de Urdazubi y Zugarramurdi.

En los dominios de Urdazubi es de imprescindible visita el Monasterio de San Salvador, el único edificio premonstratense de Navarra, así como las cuevas de Urdazubi o Urdax – según su nombre en castellano -, también conocidas como “cuevas de Ikaburu”. Un conjunto de grutas, con increíbles formaciones, que fue morada de contrabandistas y guerrilleros en el pasado y, al mismo tiempo, la cavidad donde fue descubierto el yacimiento prehistórico del Paleolítico Superior más importante de la región.

Por su parte, la famosa localidad de Zugarramurdi acoge el Museo de las brujas, donde se viaja a través de los mitos y leyendas de la sociedad vasca del siglo XVII que dieron lugar al caldo de cultivo en el que se desenvolvió la creencia de la existencia de las brujas, dando como resultado el nombrado proceso inquisitorial que tuvo lugar en este punto.

Un museo en el se explican en detalle los aquelarres que se llevaban a cabo en el enclave más visitado del entorno de Zugarramurdi, las impresionantes cuevas kársticas de entre las que destaca la cavidad principal de 120 metros de longitud atravesada por la Regata del Infierno.

Una cavidad que fue escenario de las célebres reuniones paganas que cayeron bajo la sospecha de tratarse de reuniones de brujas, y que hoy en día es el rostro más reconocible de todo ese ambiente mágico que envuelve al valle de Xareta.