El pueblo más pequeño de Las Palmas: 714 habitantes, infinitos encantos

Nos vamos a las islas en busca de un pueblo pequeño... pero repleto de encantos.

Un pueblo blanco rodeado de arena
Un pueblo blanco rodeado de arena / Istock / pkazmierczak

En las costas africanas, en un rincón del Océano Atlántico, aparece Fuerteventura, una isla repleta de sorpresas. En su interior, Betancuria, la localidad menos poblada y una joya de historia, paisajes y cultura. Fundada hace seis siglos por el caballero normando Jean de Bethencourt, Betancuria se encuentra en el corazón del valle del Macizo de Betancuria, una ubicación estratégica que contribuyó a su desarrollo y atractivo turístico. Desde lo alto, se sabe, es más fácil controlar.

Y anochece sobre Betancuria

Y anochece sobre Betancuria

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Betancuria y su conocida arquitectura

Con poco más de 700 habitantes, Betancuria destaca por su riqueza artística e histórica. Entre sus monumentos más importantes se encuentra la iglesia de Santa María, que fue catedral entre 1424 y 1431. Este edificio, con su elegante torre encalada y portadas de piedra natural, combina estilos góticos, renacentistas, mudéjares y barrocos en su interior de tres naves. Otro punto de interés es el convento franciscano de San Buenaventura, que, aunque en ruinas, conserva su encanto arquitectónico sin ornamentación, ofreciendo una visión pura de su estructura histórica.

La ermita de San Diego, situada frente al convento, añade otro toque histórico, siendo construida sobre la cueva donde el santo franciscano rezó durante su estancia en Fuerteventura entre 1441 y 1449. Además de sus monumentos religiosos, Betancuria se enorgullece de su casco histórico, donde se preserva la típica arquitectura canaria con fachadas encaladas y construcciones de piedra volcánica.

El Ayuntamiento, con sus balcones de madera adornados con flores, y el Museo Arqueológico y Etnográfico de Fuerteventura son paradas imprescindibles. Este museo ofrece una inmersión en la vida y costumbres de los mahos, los habitantes originales de la isla.

Vistas y entorno natural

Para disfrutar de vistas panorámicas, no te pierdas el mirador de Guise y Ayose. Desde aquí, se domina el municipio de Betancuria y buena parte de la mitad norte de la isla, con colinas que se extienden hasta el océano. Este mirador rinde homenaje a los dos reyes guanches, con esculturas de cuatro metros de altura en bronce creadas por Emiliano Hernández. Otra vista espectacular se encuentra en el mirador de Morro Velosa, diseñado por el artista lanzaroteño César Manrique.

Desde el mirador de Guise y Ayose

Desde el mirador de Guise y Ayose

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La belleza natural de Betancuria se extiende hasta las piscinas naturales de Aguas Verdes en la costa oeste, donde se puede disfrutar de un chapuzón en aguas tranquilas y cálidas. Aunque Betancuria no tiene grandes playas, su riqueza histórica y cultural, junto con su estimulante entorno, lo convierten en un destino turístico único en Fuerteventura.

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