Panorámicas de infarto: así es el Parque Natural de la Garrotxa a vista de pájaro

No es sencillo imaginarse sobrevolar cual ave montañas, valles, bosques, pueblos medievales y volcanes. Más complicado es pensar que en tan solo una hora y media de Barcelona se puede contemplar la silueta de El Pirineo catalán y el horizonte del mar de la Costa Brava. Un recorrido así, sería imposible hacerlo por tierra en este tramo de tiempo, sin embargo, por aire es factible gracias a las rutas en globo aerostático por La Garrotxa.

Esta comarca catalana está dentro de la provincia de Girona, va desde la Costa Brava hasta El Pirineo y posee el mejor paisaje volcánico de la península ibérica. Por ello, visitar en globo el Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, donde existen lugares como la Reserva Natural de La Fageda, los pueblos medievales de Besalú o Hostalets d’en Bas, entre muchos otros, y un surtido de volcanes integrados en la naturaleza del lugar, es una opción muy acertada para todo tipo de viajeros.

Se trata de una escapada con una duración de una hora y media y comienza entre las 6.30 y las 8 de la mañana, dependiendo de la época del año. Se puede llevar a cabo en grupo, en grupo reducido, para hacerlo con la familia o grupo de amigos, y para ocasiones más íntimas, también se puede hacer en pareja. Los trayectos nunca son exactos y dependen, en gran medida, del clima y de la dirección del viento. Es por ello por lo que el cliente nunca conoce la ruta exacta hasta que se encuentra dentro el globo.

Son varias las empresas que organizan excursiones por aire y cada una de ellas realiza su propia ruta con sus horarios. Es importante destacar que viajar en globo aerostático por La Garrotxa es ahora una actividad adaptada para personas con movilidad reducida y para quienes van en sida de ruedas. Algunas compañías añaden a la experiencia un almuerzo de gastronomía catalana al aterrizar y una copa de cava durante el trayecto entre las nubes.

Volcanes a lo lejos

¿Qué se puede ver una vez en el globo? Algunos de los lugares más conocidos que se aprecian flotando en el aire son aquellos que yacen en el Parque Natural de la Zona Volcánica, que tiene una extensión de 15 mil hectáreas. El parque de la Fageda d’en Jordà, es uno de ellos. Se trata de una reserva natural, el 97% propiedad privada, que permite visitas en toda la zona. Un paisaje de bosque frondoso que alberga algunos volcanes como el de Santa Margarida y el Croscat, el volcán con el cono más grande de la península ibérica, de 160 metros de altura, y el más joven de todos.

Paisajes medievales

Una de las peculiaridades del paisaje de esta comarca catalana es el contraste de la naturaleza volcánica con los pueblos medievales que todavía permanecen intactos. Pueblos como Castellfollit de la Roca, donde las casas reposan sobre un risco basáltico de 50 metros de altura y de casi un kilómetro de largura y enmarcan una postal inolvidable para el viajero. Otro reclamo es Besalú, uno de los pueblos con el conjunto medieval mejor conservado de Catalunya y que está custodiado por el río Fluvià y el Capellades.

Otro de los paisajes más característicos que se observan a vista de pájaro es el valle de la Vall d’en Bas. En esta zona conviven sierras, crestas enriscadas como el Puigsacalm, prados, bosques de hayas, encinas y robles, arroyos que desembocan en el río Fluvià y el macizo de Santa Magdalena, que forma una de las siluetas más reconocibles del entorno. También se encuentra el pequeño pueblo medieval de Hostalets d’en Bas.

A pesar de que todo lo que ofrece La Garrotxa sea digno de descubrir a pie para observar con lupa todos los detalles, es también uno de los mejores, sino el mejor, paisaje catalán para contemplar a 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar.

En el epicentro de un volcán

 La Zona Volcánica de La Garrotxa es uno de los principales reclamos para los viajeros y una fuente de turismo rural muy importante para la comarca. El volcán de Santa Margarida, uno de los más conocidos y fácilmente reconocible desde las alturas, guarda una característica especial que lo hace único en el mundo: en el centro del cráter hallamos una ermita de piedra, que es la que da nombre al volcán.

Se dice que hace cientos de años apareció una talla en alabastro de la Virgen de Santa Margarida, por ello, se construyó una ermita en su honor. El edificio actual, que es de estilo románico, no es el original. La historia dice que el verdadero se construyó en el S.XII pero dos terremotos en 1426 y 1427 lo enterraron. Sin embargo, en el S.XIX se volvió a levantar una ermita, y la talla de la Virgen que se puede apreciar actualmente es una réplica de la original, que permanece en el Museo Diocesano de Girona.