El Nueva York rural: el secreto mejor guardado de Tarragona

Viajar al Priorat es emprender un viaje a unas tierras de tradición vitivinícola únicas, pero no todo en esta comarca gira alrededor del vino y, para muestra, el pueblo de Villela Baixa, que es conocido por muchos como el Nueva York rural.

Cuando alguien piensa en la Gran Manzana lo hace en sus rascacielos de cientos de pisos y en esas avenidas en las que hay que mirar hacia arriba para poder ver la luz. Y en el Priorat no hay nada de eso. Entonces, ¿por qué Vilella Baixa es el Nueva York del Priorat?

¿Nueva York o El Priorat?

El viajero que llega al Priorat lo hace en mayor medida para disfrutar de una tierra conocida por sus paisajes montañosos, sus viñedos y su rica cultura enológica. Sus pueblos cuentan con una arquitectura tradicional, con casas de poca altura, pero, Vilella Baixa es una excepción.

Nos adentramos en este pueblo situado al este de la comarca, a los pies de la Sierra de Montsant y punto de confluencia de dos ríos en el mismo núcleo de población, el Montsant y el riachuelo de Escaladei.

Entre los puntos de interés destacan el Puente de Piedra, la curiosa calle que lleva por nombre ‘Calle que no pasa’, la más antigua del pueblo y dónde se observan retazos medievales del municipio y la Plaza de la Iglesia, dedicada a San Juan Bautista, que data de la segunda mitad del s.XVIII.

Pero, si hay algo importante en Vilella Baixa son sus altísimas casas sobre el barranco de Escaladei, que ofrecen una panorámica que le ha valido el sobrenombre del ‘Nueva York del Priorat’.

La realidad es que los edificios no superan los 8 pisos de altura, pero en un escenario tan rural y encaramadas a un barranco ofrecen una perspectiva que nada tiene que envidiar a Manhattan.

¿Qué hacer en la Nueva York del Priorat?

El Priorat es conocido por sus rutas de senderismo y caminatas, y Vilella Baixa no es una excepción. La señalización de cinco itinerarios turísticos ofrece la posibilidad al viajero de disfrutar de magníficos paseos alrededor del municipio, descubriendo el paisaje y su patrimonio natural. En el pueblo también hay varias bodegas familiares visitables, así como restaurantes que ofrecen una interesante muestra de gastronomía local, que incluye platos como la ‘escalivada’, la ‘calcotada’ y otras delicias típicas de la región.

Los amantes del oro líquido también tienen mucho que descubrir, ya que en Vilella Baixa se encuentra el Centro de Interpretación del Aceite de Oliva. Allí se puede descubrir algo más sobre el proceso de elaboración, así como degustar diferentes aceites.

En definitiva, Vilella Baixa es un bello municipio que ofrece al viajero rutas de senderismo con panorámicas espectaculares, un enclave perfecto para aproximarse al vino con su Denominación de Origen Calificada y unos edificios que, salvando las diferencias, nos tendrán mirando hacia arriba como si estuviéramos en el corazón de Manhattan.