Mallos de Riglos, la joya natural de Huesca
El viento, el agua y el tiempo han dado forma a uno de los enclaves más sorprendentes de la península.
Los Mallos de Riglos, que se encuentran a unos 45 kilómetros de Huesca, es uno de los enclaves más impresionantes de nuestro continente. El periódico francés Le Monde incluyó al pueblo de Riglos como uno de los más bonitos del mundo y de entre los mejores de Europa a los que viajar en cualquier época del año.
Los Mallos se ubican en la Hoya de Huesca, al sur del Pirineo, donde forman una estampa sorprendente: paredes verticales conglomeradas esculpidas por el tiempo que son un espacio de aventura y escalada. Cuenta la leyenda que fue una anciana hilandera que vivía en la aldea de Foz de Escalete y limpiaba el lino en el rio Gallego, quien con su magia dio forma a las moles de roca de tamaño tan inmenso. En ellas se refugia desde tiempos inmemoriales, lejos de todo. Solo en las noches de San Juan, dicen, que se la puede ver sentada en O Pisón, el más grande de los Mallos, trabajando el lino.
Al viajero no le será fácil verla, pero si podrá disfrutar de las espectaculares formaciones rocosas, con paredes que alcanzan hasta los 275 metros de altura, que tienen su origen en la creación de la cordillera pirenaica y la posterior erosión de morrenas glaciares. Una auténtica reliquia del pasado.
Entre sus rasgos característicos están las singulares paredes verticales, su color rojizo y la ausencia de vegetación. Están declarados, junto a los de Agüero y Peña Rueba, como Monumento Natural desde el año 2016. Cada mallo tiene su propio nombre: Firé, el Puro, los Volaos, el Cuchillo, el Melchor Frechín o Águila Roja.
Ruta del Camino del Cielo
La recomendación para conocerlos a fondo, así como su entorno, es hacer la ruta que da la vuelta a los Mallos a través del Camino del Cielo y que permite ver las grandes formaciones de los alrededores del pueblo de Riglos así como las más pequeñas, pero no menos espectaculares, en torno al pueblo de Agüero.
La ruta comienza en el pueblo de Riglos, está perfectamente marcada y son unos 5 km de caminata con una duración aproximada de 2 horas y media. Apta para todos los públicos y muy recomendada para los amantes del senderismo y de la naturaleza.
También podremos contemplar desde ella el río Gallego donde la antigua hilandera sigue, dicen, trabajando en su rueca.
Síguele la pista
Lo último