Granada es música: allí donde resuenan el flamenco, las guitarras y los ritmos árabes

Un paseo por la Granada más tradicional, partiendo de la música que se escucha por sus calles y los grandes monumentos que alberga.

Descubre Granada a través de su música
Descubre Granada a través de su música / Istock / EunikaSopotnicka

"Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada". Cuatro versos que se leen en todos los rincones de la ciudad. Desde imanes hasta placas e incluso guías turísticos, pasando por la Basílica de las Angustias trasladan el amor incondicional que un poeta mexicano, Francisco de Icaza, sintió por Granada nada más conocerla hacia 1910. El hombre se enamoró con 20 años y regresó en su Luna de miel, y esta vez enamorado de una mujer, unos años más tarde.

Paseo junto al río en Granada

Paseo junto al río en Granada

/ Istock / Starcevic

Fue entonces cuando, paseando por la Alhambra, un invidente le extendió la mano para pedir limosna y su mente ideó aquellos versos que hoy son parte de la idiosincrasia de Granada y publicó en 1922 bajo el título 'Para el pobrecito ciego'. Solo con pasear y sentir el ambiente granadino se entienden esos versos y poco tarda uno en compartir aquella pena que sintió Francisco de Icaza cuando pensó en un pobre ciego que no podría ver nunca aquella joya hecha ciudad. Pero Granada no solo se ve, también se escucha y se siente.

Más allá de la Alhambra

Y es mucho más que el enorme y lujoso complejo nazarí que construyeron los árabes entre el siglo XIII y el XV. De ciudad palatina pasó a ser Casa Real cristiana, después Capitanía General del Reino de Granada, fortaleza militar y ahora, tras muchos años abandonada y sirviendo de lugar de ocio y recreo para los granadinos, es Monumento y Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Disfrutar de la Alhambra sin guía es peor que ser ciego en Granada, sin referirnos a la vista, sino a todos los sentidos. Lo mejor es reservar un tour con Civitatis.

Vistas del complejo nazarí de la Alhambra

Vistas del complejo nazarí de la Alhambra

/ Istock / WillSelarep

Aunque la Granada más pura se vive más allá de los muros de la Alhambra. Tras la Catedral, los viajeros pueden inundarse en la perfecta sonoridad que crean los muros del edificio y que aprovechan los guitarristas que colocan allí sus fundas y agradecen con un gesto de cabeza a aquellos que deciden darles algo de dinero por su música. Es por allí atrás por donde se accede al Panteón de los Reyes Católicos, donde yacen Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, otros dos enamorados de la ciudad.

El Panteón de los Reyes Católicos en la Capilla Real Granada

El Panteón de los Reyes Católicos en la Capilla Real Granada

/ Istock / ManuelVelasco

La tradición más granaína

Hacemos parada en algún restaurante tradicional para degustar la gastronomía típica que se sirve en tapas y podría describirse como música para el gusto. Las croquetas de Los Manueles, la ensaladilla de gambas de Oliver o el pescado frito de El Pescaíto de Carmela (donde sirven todo sin gluten) reponen fuerzas a cualquiera que pretenda adentrarse en lo más profundo de Granada y seguir disfrutando de todo lo que ofrece la urbe andaluza y la música que resuena por sus calles.

Por los barrios más modernos resuenan otro tipo de acordes que se adaptan a cada zona de Granada. Al caer la noche y subiendo por el Paseo de los Tristes es donde se escucha la música que quizá represente al antiguo reino nazarí de manera más fiel: el flamenco. Y es que no se puede abandonar Granada sin haber escuchado y visto bailar a los gitanos que abren sus casas-cuevas para mostrar su arte. Una experiencia única espera al visitante en la cueva de Los Tarantos, donde el tiempo se detiene y solo importa una cosa, la música.

El interior de la cueva de los Tarantos

El interior de la cueva de los Tarantos

/ Lidia Lozano

Descansa en el Hotel Casual Ilbira Granada

Con 41 habitaciones llenas de magia, el Casual Ilbira te permite alojarte en el corazón de Granada y descansar para continuar pateando la ciudad. Cada una de sus estancias están decoradas con motivos relacionados con la urbe, como la habitación doble cuyo cabecero tiene una representación del Patio de los Leones de la Alhambra. Otros lugares icónicos representados en las paredes son el Jardín del Generalife, el Paseo de los Tristes, las Cuevas del Sacromonte o Sierra Nevada.

Además, es de los pocos hoteles de la zona que ofrecen habitaciones cuádruples pensadas para familias. Está situado a menos de diez minutos de la Catedral y a cinco de la Plaza Nueva. Los precios parten de 56 euros la noche como oferta de apertura, con un 10% de descuento si se reserva directamente desde la web. Comodidad, creatividad y profundo respeto por la herencia histórica es lo que se ofrece en este entorno donde no olvidarás que te encuentras en Granada.

Magia en Granada

No todo se puede hacer en un día y Granada es una de esas ciudades que necesitan tiempo y tranquilidad. Así que, después de descansar en el Hotel Casual Ilbira Granada 4* en pleno centro, podemos partir a nuestro siguiente destino, un lugar donde la relajación y la desconexión son las claves. Ambientado en la Alhambra y con música de ambiente árabe, los baños del Hammam Al Ándalus nos transportan a aquella época en la que se cultivaba tanto la mente como el cuerpo.

El Hammam Al Ándalus imita los antiguos baños árabes de la Alhambra

El Hammam Al Ándalus imita los antiguos baños árabes de la Alhambra

/ Istock / JoseIgnacioSoto

La magia de Granada se respira en cada rincón y, después de visitarla, se entiende que aquellos versos que escribió Francisco de Icaza hace más de un siglo no se referían a las personas invidentes. Pues las más infelices son aquellas que no quieren ver, que se quedan con lo más superficial y no se adentran en el hechizo de Granada, sus gentes, su gastronomía, su ambiente, su música. Esa es la verdadera pena, el verdadero ciego que no puede disfrutar de Granada.

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