La excursión a una hora de Madrid para hacer en invierno que es como viajar a Finlandia
En el municipio de Rascafría, dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, encontramos un espacio natural que recuerda los parajes naturales del país nórdico.
Falta poco para que los niños empiecen sus vacaciones de Navidad y, por tanto, hay que ir pensando planes que les motiven y diviertan en estos días festivos. Más allá de pasear por el centro de las ciudades, con sus luces y sus hordas de gente, la naturaleza en invierno ofrece paisajes únicos. Un plan perfecto para respirar aire puro y más gracias a esta excursión a una hora de Madrid que nos traslada a Finlandia sin salir de España.
Bosque boreal: la joya de Rascafría
El bosque finlandés de Rascafría, también conocido como el bosque boreal, es un enclave que nos recuerda a los paisajes de los países escandinavos. Este entorno surgió como resultado de la introducción de especies vegetales propias del norte de Europa que han logrado adaptarse al clima frío del Valle del Lozoya. Además, el viajero descubrirá una sauna de madera y una pequeña cabaña, similares a las que se encuentran en Finlandia, que refuerzan el aire nórdico del lugar.
Para llegar a este rincón mágico hay que llegar hasta las inmediaciones del monasterio de Santa María del Paular y, una vez allí, dirigirse hasta el histórico puente del perdón, construido en el siglo XVIII. Este puente de piedra merece unas cuantas fotos, ya que debe su nombre a una leyenda medieval. En ella se cuenta que los presos eran juzgados junto al puente, y si recibían el perdón, podían cruzar al otro lado. Por el contrario, si no resultaban absueltos debía dirigirse a la casa de la horca.
Este paraje no es un bosque natural, sino que fue transformado en la década de los 90, cuando se convirtió una antigua chopera y los restos del viejo molino en un bosque al estilo finlandés. Juan Vielva Juez, uno de los artífices de esta maravilla natural, se inspiró en un viaje a Finlandia para recrear este paisaje nórdico en la Sierra de Guadarrama. Un interesante ejemplo de cómo la intervención humana puede crear espacios únicos sin alterar la esencia del entorno natural.
Los abetos y abedules enviados desde Finlandia crean un entorno de ensueño que cambia de color con cada estación, pero que es especialmente impresionante durante el invierno. En los meses más fríos, se puede encontrar el bosque cubierto de nieve y el viajero se sumerge por arte de magia en alguno de los libros de Tolkien.
Laguna finlandesa a una hora de Madrid
En el corazón del bosque y tras una agradable caminata, aparece una laguna que, en invierno, suele congelarse, añadiendo un toque más auténtico al ambiente nórdico. Este rincón es perfecto para hacer una parada y reponer fuerzas. Además, se pueden hacer fotos al agua, que refleja la naturaleza circundante. Si necesitas algunos consejos de experto para sacar las mejores fotos, puedes leerlos aquí.
Consejos prácticos para visitar el bosque finlandés
Si ahora que los peques van a empezar las vacaciones estás organizando planes con tus hijos, esta escapada al bosque finlandés es perfecta para respirar aire puro y dejar las pantallas a un lado. Eso sí, es importante tener en cuenta algunos consejos prácticos:
- Ropa adecuada: las temperaturas del Valle del Lozoya suelen ser frías y hay bastante humedad. Conviene llevar ropa cómoda (varias capas es lo ideal) y un calzado resistente que no cale.
- Evita los fines de semana: aunque esta ruta no es de las más conocidas de la Sierra Norte de Madrid, los fines de semana suele estar más concurrida. Si dispones de vacaciones, lo mejor es ir entre semana y estarás prácticamente solo.
- Respeto y cuidado del entorno: al tratarse de un espacio protegido, es importante no alterar la fauna ni la flora. Además, la excursión es perfecta para que los niños aprendan a respetar el entorno, no dejando basuras e, incluso, intentando dejar el lugar más limpio que a su llegada.
En definitiva, el mejor plan para estas fechas es escaparse a un auténtico bosque finlandés sin salir de Madrid. Y, si tras la excursión, hay ganas de seguir de ruta, se puede visitar el monasterio de El Paular o el Parque Natural de Peñalara para que el día sea redondo.
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