Costa Brava y Pirineo de Girona: un binomio de mar y montaña

Hay un lugar conocido por sus playas y sus pueblos pesqueros, por su estilo mediterráneo slow-flow, por sus calas de agua cristalina y rocas escarpadas, y por su deliciosa gastronomía. Hablamos de la Costa Brava: un destino que figura en mente de muchos como ideal para el verano o para una escapada de fin de semana. Lo que no tantos saben es que la Costa Brava siempre ha tenido un aliado, muy especialmente para los amantes de la naturaleza, de la montaña y de la tranquilidad. Hablamos del Pirineo de Girona: una zona menos conocida pero no por falta de méritos.

Estos dos espacios singulares están a menos de una hora entre ellos, ambos en la provincia de Girona. Son territorios en los que el paisaje de mar y montaña se dan la mano, de parques naturales cerca de las olas y de los montes más genuinos del Pirineo. Un binomio que ofrece variedad de patrimonio cultural con sus pueblos medievales, con el triángulo Daliniano, con la artesanía de la zona y sus fiestas populares. Entre los infinitos motivos por los que elegir este rincón de Girona destacan tres:

El 33% del territorio de la Costa Brava y el Pirineo de Girona es espacio protegido. Y la mejor forma de descubrirlo es echarse a andar por alguno de los numerosos senderos que recorren sus diferentes espacios. Entre ellos, el Camí de Ronda, que recorre el litoral la Costa Brava sin perder de vista el Mediterráneo. Otra opción es la red de senderos señalizados que surcan La Garrotxa, entre hayedos y volcanes, o las rutas de montaña de diferente nivel de dificultad en la Vall de Núria perfectas para desconectar en la naturaleza.

Cadaqués, Calella de Palafrugell, Pals, Tossa de Mar, Castellfollit de la Roca, Besalú, Santa Pau... La Costa Brava y el Pirineo de Girona están salpicados de pueblos de pescadores, pueblos medievales, pueblos románicos... Lugares donde el tiempo se detiene y donde dejar de ser turista para ser un local más.

Este es un territorio gastronómico por excelencia, por la tradición de sus productores y cocineros, y porque la variedad de su paisaje tiene su fiel reflejo en la célebre cocina de mar y montaña. Aquí encontrarán la mejor mesa aquellos a los que les gusta saborear la cocina más tradicional, pero también quienes prefieran una cocina de vanguardia -con el legado creativo de Ferran Adriá y el Bulli o los Hermanos Roca–, en uno de los 13 restaurantes con Estrella Michelin. Y para acompañar cualquiera de estas opciones, nada mejor que los vinos de la Ruta D. O. Empordà.