Cinco escapadas de invierno desde Madrid
Las bajas temperaturas son la mejor excusa para descubrir todos estos lugares, de una forma diferente, y enamorarse de esta estación del año.
Cuando el invierno tiñe de blanco la Sierra de Madrid y los paisajes se desnudan, es un momento ideal para salir de la capital, explorar la otra cara de sus alrededores y respirar naturaleza.
Hacer caminatas por la montaña, deslizarse por pistas de esquí, descubrir pueblos con encanto, visitar tesoros patrimoniales y, por supuesto, recrearse con una suculenta gastronomía, son motivos más que suficientes para hacer escapadas de un día desde Madrid. Y aquellos que aún tengan ganas de más, podrán quedarse a dormir en edificios históricos reconvertidos en maravillosos hoteles para seguir disfrutando de estos destinos y de sus grandes propuestas.
Toledo, historia con grandes dosis de diversión
Ya sea en coche o en tren, la antigua capital del reino visigodo bulle entre calles de piedra siempre vigiladas por el Alcázar. Recorrerlas con un tour nocturno hará que nos sumerjamos en su esplendoroso pasado. Para entrar en calor, no hay nada como seguir descubriendo la historia de España en el premiado parque temático Puy du Fou, con divertidos espectáculos donde innovadores efectos especiales y originales coreografías atrapan al público en el tiempo.
Quédate a dormir en: El Cigarral El Bosque, una de las antiguas fincas señoriales situada muy cerca del río Tajo.
Adrenalina en Cuenca
Sobrevolar la hoz del Huécar divisando las Casas Colgadas con la mejor de sus panorámicas es posible en la Tirolina de las Hoces, la tirolina de mayor longitud en una ciudad europea. Su recorrido, de 445 metros, será solo el inicio a una escapada repleta del arte de sus museos, la naturaleza de su entorno y la historia de sus calles adoquinadas.
Quédate a dormir en: Parador de Cuenca, cuyo edificio ocupa el antiguo convento de San Pablo, construido en 1523.
Comerse Sigüenza y sus pueblos
La provincia de Guadalajara, y concretamente Sigüenza, se ha posicionado como uno de los destinos foodies gracias a sus numerosos restaurantes con estrella Michelin y al esmero que ponen sus prestigiosos chefs a la hora de rescatar antiguas recetas y dar vida a los solitarios pero encantadores pueblos de la región. Pelegrina, Carabias, Palazuelos o Atienza esconden increíbles joyas rodeadas de la naturaleza de lugares como el Parque Natural del Río Dulce.
Quédate a dormir en: Molino de Alcuneza, un molino harinero reconvertido en un placentero Relais & Chateaux donde deleitarse con la cocina de su restaurante con estrella Michelin.
Entre las murallas de Ávila
A unos 115 kilómetros de distancia de Madrid, Ávila es siempre un destino perfecto para dar un paseo histórico y recargar energías con sus deliciosos platos castellanos como el chuletón de Ávila, el cochinillo asado o las famosas judías del Barco, especialmente apetecibles durante los meses más fríos del año. La perfectamente conservada muralla medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad, atestigua la historia de la ciudad. Levantada en el siglo IX, es el punto de partida ideal para empezar una ruta por la ciudad y explorar las joyas que atesoran sus calles empedradas. La basílica de San Vicente, el convento de Santa Teresa o el Real Monasterio de Santo Tomás muestran el arte religioso, mientras que en la Plaza del Mercado Chico podremos rodearnos de la vida local.
Quédate a dormir en: La Casa del Presidente, la antigua residencia de Adolfo Suárez convertida en un lujoso hotel enmarcado por la muralla.
Esquiar en Madrid
La Sierra de Madrid es el hogar de preciosos pueblos como El Escorial, otros rodeados de fabulosos parajes naturales, como Cercedilla o Navacerrada, donde resulta irresistible calzarse los esquís. Junto a Valdesquí, este puerto de montaña es una de las escapadas favoritas de los madrileños durante los fines de semana para jugar con la nieve o deslizarse por ella siguiendo algunas de las ocho pistas de la estación.
Quédate a dormir en: Hotel Arcipreste de Hita, localizado en el tranquilo pueblo de Navacerrada y rodeado de su espectaculares paisajes.