5 playas impresionantes que merecen un baño en las Islas Canarias

De arenas volcánicas, asentadas en antiguas formaciones de lava, entre dunas doradas, escondidas en acantilados, formando piscinas naturales… La gran variedad de paisajes de Islas Canarias delinea auténticos paraísos en sus costas. Impresionantes playas y calas para todos los gustos, bañadas por el Atlántico, de las que es posible disfrutar durante todo el año gracias a su clima suave. Cada isla del archipiélago cuenta con sus edenes particulares, desde las doradas arenas de Lanzarote, que invitan a descubrir sus fondos marinos, a las piscinas de La Palma, donde relajarse bajo el sol, sin olvidarse de aquellas en las que practicar surf en Fuerteventura.

Antiguas coladas adentrándose en el Atlántico dibujan estas piscinas de aguas cristalinas rodeadas de los atractivos de la población histórica de Garachico y del espectacular entorno del norte de Tenerife. Concretamente, fue el volcán Arenas Negras, también conocido como volcán Trevejo, el que arrasó la localidad en el año 1706, dejando esta refrescante maravilla. Un chapuzón lleno de encanto para quienes buscan experiencias diferentes. 

Localizada en el sur de Gran Canaria, Maspalomas se ha popularizado por sus kilométricas dunas de arenas rubias. Un impresionante paisaje desértico que contrasta con los azules profundos del océano Atlántico. Esta playa forma parte de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, un espacio natural de gran valor que se divide en la zona del palmeral, la charca y las dunas. A un lado, un faro del siglo XIX custodia el arenal con sus 55 metros de altura.

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Cofete es una de las playas más salvajes y sorprendentes de Islas Canarias. Ubicada en el sur de Fuerteventura, en la península de Jandía, se extiende a lo largo de 12 kilómetros al abrigo de montañas. Montañas que guardan secretos, como los de la Villa Winter, una casa asentada sobre una de sus laderas. 

Arena dorada, olas bravas y soledad. La estampa de Cofete es tan prodigiosa como sobrecogedora, invitando a largos y tranquilos paseos alejados de las multitudes.

También salvaje y virgen es la playa de Famara, un paraíso de la costa noroeste de Lanzarote flanqueado por acantilados de vértigo y el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, allá en el horizonte. Sus olas dan cita a surfistas y windsurfistas de todo el mundo, pero es el paisaje que la rodea el que hace enamorarse de este rinconcito canario, especialmente al atardecer. 

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La isla de La Palma es más pequeña, pero eso no evita que sus costas estén llenas de playas, calas y piscinas donde refrescarse. Entre ellas seleccionamos las de La Fajana, unas piscinas naturales de distintos tamaños marcadas por roca volcánica y alimentadas por el agua del mar. El lugar, localizado en la costa de Barlovento, proporciona un baño seguro y calmado para nadar. En sus profundidades cristalinas se puede observar abundante vida marina.

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