Matosinhos, sabores y saberes de mar

Dinámica y fascinante, esta ciudad del norte de Portugal despliega sus encantos todo el año. Gastronomía, patrimonio, ocio y cultura, todo aquí es esencia del Atlántico.

Matosinhos, sabores y saberes de mar

Matosinhos, sabores y saberes de mar.

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Ciudad de mar, con una ligazón histórica a la pesca y a la industria conservera, Matosinhos ha sabido sacar partido a la calidad del pescado y del marisco de su costa. Constatado por algunos chefs internacionales como el mejor pescado del mundo, ha elevado a Matosinhos a “sala de jantar” de la región, atrayendo a portugueses y extranjeros a sus 450 restaurantes, incluyendo la Casa de Chá da Boa Nova, premiada dos veces con la estrella Michelin. Paralelamente, la industria conservera centenaria ha evolucionado y apuesta por productos nuevos y auténticas delicias en conserva como la caballa, el calamar relleno, y la sardina de la propia costa.

Casi 15 kilómetros de costa

Quien aprecia las caminatas puede disfrutar de siete kilómetros de pasarelas a lo largo de la orla costera. Para quien prefiera otro tipo de ejercicio físico, tiene a su disposición más de una decena de plataformas deportivas con equipamientos de fitness, gozando a la vez de las vistas y del aire puro.

De las dieciséis playas existentes en el municipio, vigiladas diariamente por un equipo de Salvamento Marítimo, cuatro de ellas, la de Matosinhos, Leça da Palmeira, Aterro y Cabo do Mundo, son excepcionales para la práctica de deportes acuáticos y náuticos, especialmente por el surf, bodyboard, windsurf, SUP (Stand Up Paddel) y vela. Estos deportes son tan importantes para el municipio que existen doce escuelas de surf y seis instituciones deportivas dedicadas a la práctica de enseñanza de vela, windsurf y pesca deportiva. De hecho, Matosinhos acoge algunas de las mejores competiciones atrayendo a atletas, surfistas y regatistas de todo el país y de Europa.

Matosinhos, Leça da Palmeira, Aterro y Cabo do Mundo, son excepcionales para deportes acuáticos y náuticos.

Matosinhos, Leça da Palmeira, Aterro y Cabo do Mundo, son excepcionales para deportes acuáticos y náuticos.

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Para quien aprecia el buceo, es posible visitar el submarino alemán U-1277, hundido al final de la Segunda Guerra Mundial, en la playa de Cabo do Mundo. Tierra de la romería y de devoción al Senhor de Matosinhos, es también la ciudad de la Orquesta de Jazz de Matosinhos, de la Casa do Design, del Cuarteto de Cuerdas de Matosinhos, de la Casa de la Arquitectura de las obras de los arquitectos Pritzker Álvaro Siza y Souto Moura y punto de paso obligado en el Camino de Santiago.

Desde los últimos años, Matosinhos promueve el turismo industrial con el fin de poner en valor el patrimonio histórico y cultural que la construcción del Puerto de Leixões generó en la industria conservera. El Titán utilizado en la construcción de este puerto, los tanques romanos de salazón de pescado en Angeiras, la Casa da Cerveja de la fábrica Superbock, y las conserveras Ramirez, Portugal Norte y Pinhais integran la ruta del turismo industrial. Todo en una sola ciudad.

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