150 años del nacimiento de Antonio Palacios, el arquitecto que creó Madrid

Dicen que Madrid atrapa, que te agarra y no te suelta. Dicen que los visitantes de la capital sienten la necesidad de volver y los que la han pisado una vez repiten o incluso se quedan a vivir. Mucho antes de que Madrid fuera la metrópoli moderna que es hoy, un joven pontevedrés llegó dispuesto a aprender todo lo posible y más de arquitectura. Aquello fue en 1892. Con la entrada al siglo XX también dio comienzo a su carrera ganando varios concursos públicos -junto a su compañero Joaquín Otamendi- por los que su nombre quedaría para siempre grabado en los anales de la ciudad: Antonio Palacios, el arquitecto de Madrid.

Nada sabían sus profesores al calificarle la carrera con una media de notable que sería quien reconvertiría la villa madrileña. El año 1906 marcó un antes y un después. Ganó el concurso del Palacio de Comunicaciones, actualmente el Ayuntamiento, y proyectó un edificio que impulso su firma a nivel nacional. En este primer proyecto ya se observan sus principales ideas: compromiso urbano, equilibrio entre tradición y modernidad, dominio espacial, racionalidad y expresividad constructiva o la incorporación de nuevos materiales como hierro, cristal o acero inoxidable.

El mapa cultural del Ayuntamiento

De la calle Mayor a la calle Alcalá

El Área de Cultura, Turismo y Deporte del ayuntamiento, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), ha creado un mapa con las principales paradas para comprender el papel de Palacios en la ciudad a través de 14 de sus obras. En 2024 se cumplen 150 años de su nacimiento, por lo que no faltarán los homenajes a lo largo y ancho de la ciudad que le vio convertirse en un icono. La primera parada es la Casa Comercial Palazuelo (calle Mayor, 4) construida en 1919 y destinada a tiendas, oficinas y despachos. Cuenta con una vidriera que se conserva intacta y formaba parte de una reforma integral para la Puerta del Sol.

En el número 27 de Gran Vía se ubica la Casa Matesanz, un edificio de esquemas similares al anterior y construido en el mismo año. Es una muestra de lo que hubiera hecho Palacios para reformar el resto de Madrid: arcos semicirculares, órdenes clásicos, torreones... El número 34 alberga el Hotel Tryp Cibeles, antiguo Hotel Alfonso XIII. Proyectado en 1921, inicialmente fue un edificio de viviendas de Yarnoz, pero el arquitecto hizo una adaptación para darle uso comercial y hotelero, en torno también a un patio central.

La siguiente parada es el 60 Balconies Iconic, antiguo Banco General del Comercio y la Industria (1913) en la calle Cedaceros número 6. En este nuevo edificio comercial creó un nuevo tipo de fachada que repetiría en otros lugares similares. Está subdividido en tres zonas horizontales, el bajo comercial con grandes escaparates, la primera planta donde se unen las grandes superficies acristaladas con estructura metálica y el ático rematado con los torreones extremos. En la Calle Alcalá 31 proyectó el Banco Mercantil e Industrial en 1933, que hoy es la Consejería de Cultura y Deportes de la comunidad, una de sus últimas obras donde se aprecia una importante evolución y fusión entre tradición y vanguardia.

La sexta parada es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Círculo de Bellas Artes, en la calle Alcalá 42 creado en 1919, cuando convocó un concurso para el edificio de su sede social. Como casi todos sus edificios, este tuvo problemas a la hora de conseguir licencia municipal por su altura, pero finalmente la logró, incluyendo salas de exposición, teatro-cine, gimnasio, biblioteca... En la misma calle unos números más arriba, en el 49, se ubica desde 1910 el antiguo Banco Español del Río de la Plata, hoy el Instituto Cervantes. Hay quien asegura que es su mejor edificación, con órdenes clásicos de gran vigor, rotundidad y correcta modulación.

De la plaza Cibeles a la calle Sánchez Barcáiztegui

En 1903, el Gobierno decidió construir un nuevo centro donde englobar el correo y las telecomunicaciones. El concurso para ello lo ganaron Palacios y Otamendi con su Palacio de Comunicaciones -hoy de Cibeles-, con un proyecto caracterizado por la originalidad, monumentalidad y deseo de trascendencia. En él se funden estilos neoplaterescos, modernistas y del Art Déco. En la siguiente parada encontramos la casa palacio Demetrio Palazuelo (1908), uno de los primeros edificios de viviendas del arquitecto y en colaboración de nuevo con el empresario.

Otro de esos edificios son las viviendas para Luisa Rodríguez (1914) en el Paseo de la Castellana, 28 c/v Marqués de Villamejor, 1; así como las viviendas para Tomás Rodríguez (1906) en la calle del Marqués de Villamejor, 3. La última la creó en colaboración con Otamendi. Después aparece la Embajada de México que en su día se construyó como palacete de Joaquín Otamendi (1911), en la calle de María de Molina, 9. Se conformó como una casa con terrazas y miradores, rematada con una cubierta revestida de cerámica.

Con su inseparable compañero también ideó el Hospital de Maudes (1908), en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, 18. Esta fue una de sus primeras obras y es considerada una de las mejores de Palacios y de la arquitectura de la época. Entre 1984 y 1987 se rehabilitó como sede de la Consejería de Política Territorial con proyecto de Andrés Perea. La última parada del mapa es la antigua Central Eléctrica del Pacífico (1922), que actualmente funciona como Museo del Metro y Nave de Motores del Pacífico. Está en la calle de Sánchez Barcáiztegui, 22-30.

Actualmente, el COAM alberga una exposición centrada en la obra que elaboró en Galicia bajo el nombre de 'Antonio Palacios. El rumor de la historia, el ruido del tiempo'. Serán numerosos los homenajes que se celebrarán en honor a su persona por Madrid y también en su ciudad natal, Porriño. Sin embargo, la mejor manera de celebrar su legado es conociendo y recorriendo sus edificios, los que crearon el Madrid que hoy conocemos, el Madrid del que estamos enamorados.