Los 10 pueblos de España más impresionantes donde pasar un fin de semana de ensueño

Cualquiera necesita un fin de semana de descanso y desconexión. En España es fácil encontrar rincones fantásticos donde pasar unos días. Muchos de estos 10 destinos son enclaves secretos donde es posible soñar despierto, pasar un fin de semana inolvidable y descubrir auténticas maravillas, muchas de ellas completamente ocultas. Dentro y fuera de la península, estos pueblos son algunos de los más bonitos de un país que ofrece una enorme cantidad de posibilidades donde disfrutar de una experiencia formidable.

Dentro del mayor espacio protegido de España, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, este pueblo se encuentra en el interior del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Su enclave natural aporta un encanto extra al que ya tiene el propio municipio, presidido por los imponentes restos del Castillo y del Monasterio de los Templarios desde donde se otean las viviendas clásicas de estilo arábigo-andaluz que tienen vista directa a la serranía.

Pese a ser el más grande la Comarca del Ripollés, su población es de menos de 3.000 habitantes. En esta misma villa nació el músico Isaac Albéniz, allá por 1860, por lo que se celebra un festival de música clásica anual y el territorio alberga un museo en su honor. Además tiene otros muchos atractivos para pasar un buen fin de semana como su Puente Nuevo del siglo XII, el Monasterio de San Pedro o la iglesia de Santa María.

La pequeña aldea perfecta en la que encontraron inspiración para rodar la película de Heidi de 2016. Se ubica en el Valle del Liébana, al sur de los Picos de Europa, y sus casas parecen sacadas de un cuento de los hermanos Anderson, en un ambiente de absoluta tranquilidad, incluido en la lista de Pueblos más bonitos de España desde 2020, denominado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico y uno de las localidades más bonitas de Cantabria.

Además de ser el lugar de origen de la popular tortilla de Betanzos, esta fue una de las siete capitales del Antiguo Reino de Galicia y hoy es Conjunto Histórico-Artístico. Cuenta con nada más y nada menos que tres iglesias góticas que le otorgan parte del carácter que tiene: Santiago, Santa María do Azogue y San Francisco. Alberga un parque temático llamado O pasatempo que se anticipó al actual concepto; a parte de los pozos de Bendaña, Taboada o la torre de Lanxós, que son igual de reseñables.

En el corazón de la comarca del Bierzo y entre los Montes Aquilanos se esconde Peñalba de Santiago. Aquí dicen que hay tres grandes factores que lo mantienen como es: "paisaje agreste y altivo", declarado Paraje pintoresco en 1969; "pueblo intocado", de ambiente medieval y ejemplo puro de la arquitectura rural berciana; y su iglesia del siglo X, una de las más curiosas de España y declarada Monumento Nacional en 1931.

Un destino ideal para disfrutar de la naturaleza. Se encuentra entre el valle de Ansó y el de Hecho y es considerado uno de los pueblos más bonitos del Pirineo Aragonés. Sus callejuelas de piedra, además, dan forma a la esencia del lugar, donde casan a la perfección la teja, la madera y la forja y donde se entremezclan los callizos con las casas. Cuenta con monumentos como la torre medieval declarada Bien de Interés Cultural o la ermita de la Virgen de Puyeta.

Es conocida como la Suiza manchega debido a su ubicación en el interior de la Sierra del Segura y surcada por el río Mundo. Fue la localización elegida por José Luis Cuerda para 'Amanece que no es poco' y bien podría ser la ubicación para cualquier otra película. En los alrededores se halla la Cueva de los Moros, donde descansan los restos islámicos del Castillo de la Yedra; así como la Cueva del Niño, con importantes muestras de arte rupestre de la época Paleolítica Superior.

Este es uno de los pueblos más populares de la provincia, debido a la perfecta conservación de su Barrio Judío, y el mejor al que viajar en 2024. Está enclavado en el Valle del Ambroz y sus orígenes se remontan al siglo XII. Es una síntesis perfecta entre las distintas culturas que allí convivieron, la judía, la cristiana y la árabe. Todos los veranos se celebra la fiesta de Los Conversos, un espectáculo teatralizado en el que participan los vecinos y cuando la tradición sefardí se lleva todo el protagonismo.

La mejor combinación de mar y montaña se da en esta pequeña localidad mallorquín, construida en piedra y dándole un auténtico aire bohemio. Su atractivo ha llegado también a diversos artistas que se han enamorado de este privilegiado enclave. Por ello acoge un gran número de actividades culturales como el Festival Internacional de Música de Cámara cada verano; así como una amplia oferta gastronómica. Está repleto de miradores desde donde observar las hermosas calas y paisajes montañosos.

Se dice que este pueblo es una "piedra viva", puesto que se encuentra prácticamente excavado en una roca. Su centro histórico medieval es de trazado árabe y ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, con edificios como las ermitas que delimitan el casco histórico, Sant Joan, Mare de Deu dels Desemparats y Mare de Deu d'Agost. Colgado de un barranco, por tanto, se ubica el casco histórico, entre las fronteras de Albacete y Alicante.

No importa lo que busques, todos estos pueblos te darán prácticamente todo lo que necesitas en una escapada de fin de semana.