Viaje al corazón de Almería

Tapizada por cristales de yeso y enclavada en el corazón de la almeriense Mina Rica te espera la geoda visitable más grande del mundo. Una alternativa turística que ofrece al visitante lo mejor de la naturaleza y el entorno rural.

Geoda Pulpí

Imagen tomada desde el interior de la Geoda Pulpí, en la Mina Rica (Almería).

/ Turismo de Andalucía

Miles de viajeros buscan cada año en Andalucía el contacto directo con la naturaleza, desconectar o vivir grandes experiencias desarrollando actividades deportivas y de ocio. El destino es un referente en espacios naturales de gran belleza, como la Geoda de Pulpí. Situada en la Sierra del Aguilón, a 116 kilómetros de Almería, constituye un fenómeno único a nivel mundial. Con unos 8 metros de longitud por 2 metros de altura está recubierta de enormes cristales de yeso, alguno de los cuales llega a medir casi dos metros. Su transparencia y estado de conservación la convierten en una espectacular joya de la naturaleza de obligada visita.

Por fin, tras años en los que solo los expertos podían disfrutar de esta maravilla y después de una considerable inversión pública realizada para conservar y acondicionar el yacimiento, la Geoda Pulpí puede ser visitada desde el pasado agosto. Para sentirse como un auténtico espeleólogo es imprescindible reservar plaza en www.geodapulpi.es y llegar 30 minutos antes de la hora asignada así como el uso de calzado cerrado y deportivo. El recorrido comienza en el centro de visitantes desde el que se desciende a pie hasta el interior de la Mina Rica. Una vez dentro, un laberinto de estrechas galerías dan la bienvenida al turista. Guías expertos trazan una ruta de aproximádamente 90 minutos en la que, con ayuda de mágicas escaleras de caracol, se desciende hasta el mismísimo corazón de la mina, lugar en el que se enclava esta geoda gigante.

Descubriendo la Mina Rica

La geoda de Pulpí no es la única formación que se puede visitar en Mina Rica. Allí mismo se encuentran las espectaculares Geoda Partida y la Geoda de Colas de Golondrina además de plegamientos, milonitas, superficies de falla, etc., y formaciones como espeleotemas de epsomitas y de calcitas o neoformación de minerales curiosas como las 'barbas de yeso'.

Y es que la historia de esta mina se remonta hasta 1984 momento de su descubrimiento y posterior punto de interés como explotación para extraer hierro. Para la última década del siglo XIX la zona ya era una de las comarcas mineras más importantes del país y su esplendor duró hasta la Guerra Civil, momento en el que fue poco a poco abandonada para resurgir en diciembre de 1999 con el descubrimiento de la geoda mineral más grande Europa.

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