Nos vamos de 'ruin bars' por Budapest: así son los bares subterráneos de la capital de Hungría

Tras la II Guerra Mundial, el distrito VII de Budapesty sus adyacentes, poblados principalmente por judíos, quedaron casi vacíos. Grandes y espléndidas fincas se fueron deteriorando con las décadas, pero, cual ave fénix, han renacido de sus cenizas.

Los húngaros más jóvenes, en especial los artistas, se han mudado a esta parte de la ciudad y muchos han creado en esos grandes espacios casi destruidos bares de decoración ecléctica, luces de colores y elementos de finales del régimen comunista. Aunque muchos abren desde el mediodía, viven su eclosión pirotécnica al caer el sol y hasta altas horas de la madrugada.

El ruin bar por excelencia es el Szimpla Kert (Kazinczy u, 14). De aura underground, cuenta con varias plantas y un patio interior. En cada habitación encontramos muñecos, pantallas de televisión, teléfonos y un montón de referencias a los sesenta y los setenta.

Casi como si de una discoteca se tratase, puedes bailar al aire libre o entre las mesas que, como las sillas y paredes, han sido pintadas por artistas contemporáneos.

El Púder bar (Ráday u, 8) y su decoración de murales enormes con dibujos circenses y candelabros convertidos en lámparas ofrece no solo actuaciones de DJ’s, sino también performances y pequeñas obras teatrales.

Además, según te contarán los propietarios, siempre hay alguna habitación mejor conservada, con elementos barrocos y rococó, cerrada con llave. Si logras abrirla, podrás descubrir pequeñas exposiciones itinerantes de artistas locales.

El Csendes Vintage Bar & Café (Ferenczy István u. 5) ha apostado por la sostenibilidad, reutilizando piezas encontradas en la calle que conforman una atmosfera de lo más surrealista. Durante el día, ofrece una amplia oferta de comida y son varios los húngaros que acuden asiduamente para actividades sociales como juegos de mesa o incluso para enfrentarse en una mesa de ping pong, mientras que por la noche siempre hay programados eventos culturales como conciertos o sesiones de cine.

Grandio Jungle Bar (Nagy Diófa u. 8) conquistará a los amantes del urban jungle. La increíble y densa vegetación ocupa el patio del hostel reconstruido donde se ubica, punto de encuentro de los jóvenes de la ciudad antes de salir de fiesta. Es muy recomendable para beber algo a la sombra y disfrutar, como si fuésemos un autóctono, de alguno de sus conciertos de bandas locales.

Bares en ruinas en una ciudad que permite contemplar el esplendor barroco y rococó de la nobleza y aristocracia del siglo XVIII: planea tu ruta del día siguiente en alguno de estos ruin bars con una cerveza bien fresca en mano o probando alguna de las variedades de la bebida tradicional húngara, el pálinka, una especie de licor de ciruela. Y si quieres vivir la noche, no lo dudes, en estos bares con grutas subterráneas y murales que toman vida, convirtiéndose casi en esculturas, lo pasarás en grande. ¡Eso seguro!

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