Un recorrido por el río San Lorenzo, el mayor sistema fluvial de agua dulce del mundo

Desde sus fuentes en la región interior de los Grandes Lagos hasta su desembocadura en el Atlántico, el río San Lorenzo forma el mayor sistema fluvial de agua dulce del mundo.

Así es el mayor sistema fluvial de agua dulce del mundo: el río San Lorenzo de Canadá.
Así es el mayor sistema fluvial de agua dulce del mundo: el río San Lorenzo de Canadá. / Istock

Recorrer los ríos es una manera muy sugerente de viajar. Tanto en su curso alto, medio o bajo, configuran ciudades históricas y definen espacios naturales asociados al agua y a las riberas. El San Lorenzo en Canadá es uno de los ríos más importantes de Norteamérica y la arteria principal que une el océano Atlántico con los Grandes Lagos.

Técnicamente empieza en Kingston, al final del lago Ontario, y después de atravesar Montreal y Quebec forma un gran estuario para desembocar en el golfo del San Lorenzo entre Terranova y Nueva Escocia. Pero la realidad es que sus fuentes se encuentran cerca del lago Superior y que sus aguas, después de atravesar los lagos Hurón y Erie, se precipitan por las cataratas del Niágara al lago Ontario para iniciar su recorrido hacia el océano. Varias esclusas, canales y dragados hacen el conjunto navegable permitiendo la comunicación fluvial entre los lagos y el estuario. Al conjunto se le llama Sistema Fluvial del San Lorenzo y está considerada la mayor cuenca hidrográfica de agua dulce del mundo.

Mapa ilustrado del río San Lorenzo, Canadá.

Mapa ilustrado del río San Lorenzo, Canadá.

/ Álvaro Planchuelo

Ontario

El viaje comienza en Niágara, entre Canadá y Estados Unidos. Hay muchas formas de visitar las cataratas, la mejor es en barco. Si se busca tranquilidad, se encuentra en Niagara-on-the-Lake, encantador pueblo ya en el lago Ontario famoso por sus bodegas donde se degusta el “vino de hielo”. 

Toronto es la capital de la provincia de Ontario y una de las ciudades más importantes de Norteamérica. De influencia anglosajona, con un downtown en cuadrícula, destaca la Torre CN y su mirador con suelo acristalado, auténtico símbolo de la ciudad. Otras visitas interesantes son el Museo Real de Ontario reformado por Daniel Libeskind, la Galería Allen Lambert de Santiago Calatrava y un paseo por el puerto y las islas Toronto.

'Skyline' de Toronto.

'Skyline' de Toronto.

/ Álvaro Planchuelo

Al este del lago, en Kingston, se encuentra Fort Henry, construido por los ingleses para proteger el Canal Rideau. Cerca se encuentra el parque nacional Mil Islas, que se recorre en barco desde Gananoque o Rockport: cientos de islas con mansiones grandiosas se reparten entre Ontario y el estado de Nueva York. Después hay que acercarse a Ottawa, actual capital de Canadá. Es una ciudad elegante con edificios administrativos de estilo victoriano, múltiples actividades culturales, parques y buenos museos modernos.  

Quebec

El río Ottawa y el San Lorenzo forman el archipiélago de Hochelaga, cuya principal isla se llama Montreal. Fundada en 1642, es una de las ciudades más cosmopolitas de Norteamérica. Debajo de su centro histórico, junto al viejo puerto, se encuentra la ciudad subterránea, un conjunto de túneles y galerías de 32 km de longitud con acceso a los principales edificios, permitiendo la vida en invierno cuando se alcanzan temperaturas extremas.

Montreal acogió la Expo de 1967 y los Juegos Olímpicos de 1976, cuyos edificios testimoniales se pueden visitar en las islas de Notre-Dame y Santa Helena o en el museo Biodôme, en el antiguo velódromo olímpico. Quebec, fundada en 1608, es el principal centro francófono de América y capital de Nueva Francia hasta su conquista por los ingleses en el siglo XVIII.

Su barrio histórico, llamado Ciudad Vieja, es patrimonio de la humanidad y contiene edificios y plazas de sabor europeo como la Ciudadela, la Plaza Real o el fabuloso Hotel Castillo de Frontenac. Enfrente del puerto se encuentra la isla de Orleans, con pueblos con encanto y buenas viñas, y más allá se inicia el estuario donde en verano acuden especies de ballenas y belugas en el Parque Marino Saguenay en Tadoussac. Termina el estuario en la isla de Anticosti, primer lugar visto por Jacques Cartier en su exploración de 1534. 

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