Oporto, escapada perfecta

El pasado encuentra el futuro

Es el lugar donde el pasado se encuentra con el futuro. Con profundas raíces en la historia portuguesa, traducidas en el encanto y carácter de sus barrios antiguos, Oporto ofrece todas las ventajas de una moderna ciudad cosmopolita europea. En el centro histórico de Oporto, Patrimonio Mundial de la UNESCO, se encuentra el antiguo burgo medieval, limitado por las murallas del siglo XIV, y las bodegas de Vino de Oporto, que merecen una atenta visita. Pero no sólo de historia está hecha esta ciudad. Desde las playas a una visita por sus diferentes museos (algunos de ellos destacan por sus colecciones y otros por su gran prestigio en el ámbito del Arte Contemporáneo europeo), Oporto tiene mucho que ofrecer.

El día se puede dedicar también a conocer el comercio tradicional de la zona de A Baixa o los grandes centros comerciales, alargarse con el descubrimiento de la rica gastronomía de la región y terminar en la conocida noche portuense, donde los pubs y discotecas, casinos y clubes de jazz van a hacer las delicias de todos los sentidos.

Donde lo deslumbrante nunca acaba

El Miño está rodeado de paisajes que sólo encuentran parangón en la riqueza de sus monumentos y tradiciones culturales y gastronómicas. Ejemplo característico de esta riqueza gastronómica es el Vino Verde, un producto único en el mundo, mezcla de aroma y ligereza que hacen de él una de las más deliciosas bebidas naturales.

No sorprende que el Miño esté siempre de fiesta. Entre las variadas celebraciones religiosas de la región destacan la Semana Santa de Braga y las fiestas de Nossa Senhora d"Agonia, en Viana do Castelo, que incluyen una mítica procesión en el mar y las calles ricamente decoradas con floridas alfombras.

Es también en el Miño donde se encuentran bellísimas casas de Turismo Rural, antiguas quintas y solares. Éste es un lugar especial, donde lo deslumbrante nunca acaba.

Es esencial una visita a Guimarães, para conocer su centro histórico, Patrimonio Mundial, así como un paseo por el Parque Nacional Peneda-Gerês, donde nos encontramos con un paisaje natural verdaderamente singular, con una flora y fauna sin igual en la Península Ibérica.