"Que el fin del mundo nos pille aquí": hoteles y casas rurales lejos de todo

En España existen casas y complejos rurales que se han convertido en el escondite perfecto. Lugares donde las prisas no existen y parece que el sol brilla más de lo normal. Se ocultan en valles, montañas, prados y acantilados. Este reportaje los descubre

Casa Arana - casa rural
Casa Arana - casa rural / Casa Arana

Silencio, tranquilidad y, sobre todo, seguridad, son tres de los deseos más compartidos por quienes quieren descansar alejados casi del mundo. La Naturaleza aparece como escenario redentor, con muchísimas posibilidades de alojamiento diseminadas por nuestra geografía. Es hora de buscar nuevos y remotos destinos, como La Vall de la Vansa (Lleida), uno de los valles más secretos del Pirineo catalán. Lo podrán descubrir quienes se alojen en Cal Paller (calpaller.com), una masía a 1.300 metros de altitud, al borde del precipicio. “La idea es ofrecer sensaciones, no poner horarios, no cerrar puertas y disfrutar de todos los espacios a cualquier hora”, comentan los propietarios de esta casa del siglo XVIII. Las vistas al bosque y a las montañas están aseguradas desde cualquier rincón. Entre sus ocho habitaciones destacan dos, L’Aixol y La Pallera, que en realidad son construcciones independientes, realizadas con madera de los Pirineos. Cal Paller cuenta con spa, idílicos miradores provistos de hamacas... y mucho horizonte verde alrededor.

Casa rural Cal Paller

Casa rural Cal Paller, en La Vansa i Fórnols, Alt Urgell, Lleida. 

/ D. R.

Tan solo siete habitantes tiene el pueblo de Albella, en el valle del Ara, en la vertiente sur del Pirineo oscense, junto al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Un recóndito lugar que invita a conocer Casa Arana (casasarana.es), antigua vivienda catalogada de interés arquitectónico, con una galería exterior desde donde contemplar unas impactantes vistas a la montaña. Rodeada por extensos prados, está situada en una zona de cero contaminación lumínica y cero contaminación acústica. La casa, con tres habitaciones, se alquila entera, aunque también ofrece tres apartamentos con diferentes capacidades. Quien así lo prefiera puede solicitar el servicio de restauración, con comida casera elaborada con productos del huerto.

Muy cerca de Benasque, también en Huesca, aparece la aldea de Renanué, a 1.230 metros de altitud. Es aquí donde abre sus puertas El Acebo de Casa Muria (casamuria.com), una casa de labor pirenaica del siglo XVIII exclusiva para adultos que buscan, además de tranquilidad, un toque de romanticismo. Sus siete habitaciones, con puertas de madera maciza, incitan a viajar. Con su decoración rinden homenaje a montañas del mundo como Muztag Ata, en China, Toubkal, en Marruecos, o el Kilimanjaro, en Tanzania. La suite El Torreón, distribuida en tres plantas, tiene acceso independiente.

Casa rural El Acebo de Casa Muria

El Acebo de Casa Muria, en Renanué, Huesca. 

/ D. R.

LA PAZ DEL MAR

También tiene nombre de árbol El Castaño Dormilón (elcastanodormilon.es), en Ortigueira (A Coruña), a escasos kilómetros de Cabo Ortegal y de Estaca de Bares, en las Rías Altas gallegas. Acantilados de vértigo, playas kilométricas y pequeñas calas dibujan el entorno del hotel, una antigua escuela construida en piedra. En sus habitaciones, algunas abuhardilladas, llaman la atención los altísimos techos, que conservan las vigas de madera de castaño originales del inmueble. Recorrer en piragua el río Sor, hacer una travesía en velero por la ría o perderse por la serra de A Capelada son algunas de las actividades que se pueden realizar por sus inmediaciones. Aquí la fuerza del viento y el mar transmiten paz. La misma que encontrarán los huéspedes que se alojen en Casona de Labrada (casonadelabrada.com), en una pequeña aldea entre A Pontenova (Lugo) y Taramundi, ya en Asturias.

Casa rural Casona de Labrada

Casona de Labrada, en A Pontenova, Lugo. 

/ D. R.

No es una casa sino tres las que dan forma a este complejo rural convertido en lugar estratégico para conocer la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Tierras de Burón. Para disfrutar de paisaje y estancia se puede elegir entre alquilar el antiguo pajar, construido en piedra y tejado de pizarra; la casa de labranza, que data de 1800, o un edificio ya más moderno, de una centuria después, con impresionantes vistas del valle del Turía.

Del siglo XVII es la Casona Cantiga del Agüeira (cantigadelagueira.com), en la aldea de Pumares, en Santa Eulalia de Oscos, ya en tierras asturianas, rodeada de bosques entre los que surgen caminos que conducen hasta refrescantes cascadas de agua. Todo un refugio, como lo es también El Cobijo de Villar (elcobijodevillar.com), alojamiento de alquiler íntegro, ideal para parejas o familias, en el concejo de Aller. Una casa con más de 200 años de historia desde la que es posible “acariciar la montaña”, como dicen por aquí. Sus muros mantienen vivo el recuerdo de la carpintería que daba servicio a los pueblos cercanos.

Casa rural El Cobijo de Villar

El Cobijo de Villar, en Aller, Asturias. 

/ D. R.

ALOJAMIENTO AGRO-CHIC

Enclavado en un cerro a más de 600 metros de altitud resiste Gallipienzo Antiguo, de origen medieval, a solo 20 kilómetros de Sangüesa y a menos de una hora de Pamplona. Fue construido en el siglo X como núcleo defensivo y hoy es uno de los pueblos atalaya más pintorescos de Navarra. Uno de los grandes atractivos de esta localidad es el observatorio de aves con vistas al desfiladero del río Aragón y a la Reserva Natural de Kaparreta. Algo que se aprende nada más llegar a Heredad Beragu (heredadberaguhotel.com), un hotel agro-chic compuesto por cuatro casas, La Gualda, El Cuco, Antolín y Casa Vidal, en las que se distribuyen nueve habitaciones exteriores con ventanales panorámicos, terraza o balcón.

Casa rural Heredad Beragu

Heredad Beragu, en Gallipienzo Antiguo, Navarra. 

/ (c)Sergio Padura

En el valle de Anue, rodeado de suaves cumbres, surge el pueblo de Lantz, que conserva una de las tradiciones más antiguas de Navarra, su carnaval rural. Es esta fiesta la que da nombre a la suite de Hotel Iribarnia (hoteliribarnia.com), una casa centenaria justo en medio de un jardín en el que solo se escucha el canto de los pájaros. El antiguo establo es hoy un restaurante de cocina hecha con mucho cariño: bacalao al pil pil, canelones de confit de pato, buñuelos de chocolate con salsa de cítricos...

“A la cocina y al amor hay que entregarse con total abandono”, comentan desde Molino Tejada (molinotejada.com), en Valderredible (Cantabria), que presume de una alimentación ibérica moderna basada en productos de las granjas y ganaderías del valle. Escondido ente tierras de cultivo, este molino de piedra centenario es el corazón de una finca que incluye nueve suites llenas de encanto, con nombres de escritores (Miguel Delibes, Federico García Lorca, Gabriela Mistral...) y rincones muy especiales, como la Librería del Poeta, con un suelo de cristal bajo el cual fluye el río Ebro.

Más al norte, en el valle del Pas, aguarda, como el escondite perfecto que es, La Cabaña del Abuelo de Selaya (lacabanadelabuelo.com), una casa rural que en sus tiempos fue, en verdad, la cabaña del abuelo del actual propietario, que la usaba para guardar al ganado. Su aislamiento natural garantiza un entorno de tranquilidad. Tiene cuatro habitaciones y se alquila completa.

Poder entregarse sin distracciones a la vida contemplativa es el principal reclamo de Borda Aranzazu (bordaaranzazu.com), una antigua cabaña destinada al albergue de pastores y ganado, a medio camino entre el santuario de Aranzazu, en Oñate (Guipúzcoa), y el Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Consta de dos apartamentos: el rojo, todo en madera, con pared de cristal, y el amarillo, con una coqueta terraza.

Caserío Montehermoso

Caserío Montehermoso, en Astúlez, Álava.

/ Adrian Ruiz de Hierro

El mismo objetivo, mirar y descansar, persigue el Caserío Montehermoso (caseriomontehermoso.com), en Astúlez (Álava), en el valle de Valdegovía, un complejo rural rodeado de peñas, prados y campos de cereal. Los materiales originales del caserío, totalmente reformado, transmiten calidez en un ambiente que invita a la vida plácida. Son tres las viviendas que ofrece: el apartamento Pagoa, para cuatro personas, con un jardín repleto de plantas aromáticas, rosas y lilos, y los estudios Gorosti y Artea, ambos acondicionados para recibir a dos huéspedes. Por las mañanas, ¡hay que abrir la puerta! Habrá una cesta con todo aquello que uno siempre desea a la hora del desayuno: pan recién hecho, repostería casera, fruta... Ya por la tarde, o a cualquier hora, los clientes están invitados a un baño de bosque, lo que en Japón se conoce como shinrin-yoku, actividad que reduce el estrés y la ansiedad.

ESTAR EN BABIA

Y si queremos huir de todo, ¿por qué no irnos a Babia? Ese lugar en el que, allá por la Edad Media, los reyes se refugiaban para alejarse de sus tareas cotidianas. No es una leyenda, la comarca existe, ha sido declarada Reserva de la Biosfera y está en León. Un buen centro de operaciones para recorrerla es La Ventana de Torre (laventanadetorre.com), que, entre montañas, ríos, lagunas, pastos y castillos, ofrece calma, mucha calma. La casa rural, con tres habitaciones, se alquila entera.

La serenidad que aporta el entorno es marca de la casa también en El Vergel de Chilla (elvergeldechilla.com), en Candeleda (Ávila), que, como su nombre indica, es un pequeño paraíso en el valle del Tiétar. En pleno monte, lindando con el Parque Natural de la Sierra de Gredos, en la cara sur del pico Almanzor, encontramos dos de sus casitas, Las Abejas, con cierto aire provenzal, y Libélula, una casa rural de diseño, con grandes ventanas que se abren a un frondoso bosque.

El vergel de Chilla

El vergel de Chilla, en Candeleda, Ávila. 

/ D. R.

En medio de uno se encuentra Mardelacarrasca (mardelacarrasca.es), una masía de principios del siglo XX en el Parque Natural del Penyagolosa, en el interior de Castellón. Ofrece habitaciones, pero también casitas independientes perfectas para dos, como La Casa Flotante, con una sala de agua inspirada en un hammam, o El Barco, construcción en piedra que parte de los restos de un establo. La energía positiva fluye en cada rincón, algo que también ocurre en La Donaira (ladonaira.com), en Cádiz, junto a la serranía de Ronda, en la que siguen la máxima que recuerda que “todos los problemas del mundo pueden ser resueltos en un jardín”. Las habitaciones, nueve en total, no pueden ser más bonitas. Sus huéspedes tendrán que escoger: descansar en ellas o participar en las labores diarias de su granja orgánica, pasear a caballo y observar las estrellas.

El cielo en su inmensidad podrán contemplar quienes se alojen en Ardea Purpurea Lodge (ardeapurpurea.com), construcción típica de las marismas de Doñana, a 35 kilómetros de Sevilla, que incluye varias chozas rústicas, y en la Finca El Pao (fincapao.com), en la sierra del Cabeço D’Or (Alicante), que dispone de una suite Bubble, algo así como una burbuja de cristal, con cama incluida, al aire libre. También casi todo es cielo en el Faro Punta Cumplida (floatel.de), en la isla de La Palma, que se puede alquilar entero. Situado en la parte baja del municipio de Barlovento, cuenta con tres suites con vistas al Atlántico y una piscina infinita que se funde con el mar. Que el fin del mundo nos pille aquí.

Síguele la pista

  • Lo último