Mánchester, una oda a la arquitectura industrial, a la música... y al fútbol
Consideraciones estéticas aparte, esta ciudad inglesa alberga muchas sorpresas

La ciudad que le sirvió a Engels para ilustrar los males del capitalismo es, en sí misma, un monumento a la historia de la industria inglesa. Cuna del ordenador y la revolución industrial, Manchester representa el prototipo de una metrópoli moderna y superpoblada.

Pese a todo, la urbe con más crecimiento después de Londres tiene muchos atractivos. Como el grandioso Ayuntamiento que domina Albert Square, de estilo neogótico victoriano y con una torre de 85 metros. O los monumentos que albergan la Biblioteca Central, el Library Theatre o la John Rylands Library, con manuscritos y ejemplares de extraordinario valor histórico.
Pasión por el balón
Hay que perderse por los alrededores de King Street y Saint Ann’s para descubrir el barrio más atractivo del centro con sus tiendas de lujo en la maraña de callejuelas peatonales, la encantadora iglesia de Saint Ann’s, los techos de cristal de Barton Arcade y la antigua lonja de Royal Exchange, que hoy alberga comercios, una cafetería y un teatro. Cerca está también la Catedral del siglo XV y, algo más anacrónico, el Arndale Centre, uno de los mayores centros comerciales de Europa.

Pero, consideraciones estéticas aparte, lo que hace a Manchester famosa en todo el mundo tiene tintes deportivos. Aquí el fútbol es un asunto muy serio. Tanto que los dos equipos de la ciudad, Manchester United y Manchester City, ofrecen visitas guiadas a sus instalaciones y estadios, y el primero, además, exhibe el célebre Teatro de los Sueños (Theatre of Dreams), con su museo de trofeos.
Para quienes no lo sepan, hay que recordar que en Manchester nació la liga profesional británica. Y que su pasión por el balompié se resume en el Museo Nacional de Fútbol, que efectúa un recorrido por la historia de la Copa del Mundo.

Ocio cultural
A los menos aficionados al deporte siempre les quedará The Quays, el barrio cultural y comercial que ha crecido en los antiguos muelles, en el que se puede visitar The Lowry, con su estructura de vidrio y acero que cobija teatros y galerías, cafés y restaurantes; y The Lowry Outlet Mall, con prendas de firma con descuento para fashionistas a la caza de gangas.

Tampoco hay que perderse el Museum of Science and Industry, un monumento a la Revolución Industrial construido sobre la primera estación de tren de pasajeros. Contiene motores, locomotoras de vapor, maquinaria industrial textil, aviones históricos y hasta un planetario.

Faltaría la escena de clubs nocturnos –apunte The Living Room, Panacea, Cloud 23... entre otros– y el Gay Village, el barrio donde reside una de las mayores comunidades homosexuales del Reino Unido, con más de treinta locales de ambiente. Y para rematar la visita, no podía faltar la típica noria urbana. Eche un cómodo vistazo desde las alturas subiendo a la Wheel of Manchester y contemple la ciudad desde sus sesenta metros de altura.
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