Londres, por primera vez

Londres tiene dieciséis siglos de historia, siete millones y medio de habitantes, treinta mil pubs, dos mil taxis, dieciocho teatros y dos zoológicos. Es imposible recorrérsela en tres días. Pero hay quien se atreve. Para los más novatos, nos hemos permitido sugerir algunas pistas.

Puente del Milenio
Puente del Milenio

Llegada, alojamiento y primera escapada. Día 1.De entrada, ¿cómo llegar al centro londinense desde el aeropuerto? Sólo dos aeropuertos londinenses tienen conexión directa con el centro a través del metro: Heathrow (www.heathrowairport.com) y el de la City (www.londoncityairport.com). Desde los aeropuertos situados a las afueras -Gatwick (www.gatwickairport.com), Luton (www.london-luton.co.uk) y Stansted (www.stansted-airport-guide.co.uk)- se puede acceder al centro de Londres con la ayuda del tren (15 libras) o del taxi (unas 100 libras) El tiempo estimado de llegada será de 35 minutos en todos los casos.

Ya en el metro, hay que estar preparado para una larga cola en las ventanillas y máquinas. Hay que comprar un abono, que nos servirá para los tres días, tanto para metros como para autobuses.La Three Days Oyster Card es el más recomendable. Cuesta 15 libras.

Siguiente paso, el hotel. Existen, aproximadamente, una decena de hoteles por distrito, donde nos podremos albergar durante nuestra estancia en la capital. Pero en Londres todo es caro. ¿Lo más aconsejable? Un hotel de entre dos y cuatro estrellas, lo más cercano posible al metro. ¿La mejor manera de encontrarlo? Accediendo a través de Internet a los más de 400 hoteles que te ofrece cualquiera de los buscadores que organizan la reserva de hoteles por precios y por distritos. Otra posible opción son los llamados hostels que tienen un precio de 25 libras por noche y ofrecen media pensión (www.london-hostels.co.uk).

Comienza la visita. ¿La primera parada? Oxford Street. Una sola vía han necesitado los londinenses para crear el shopping más glamouroso, a través de infinitas tiendas, que hacen de la calle principal de Londres un constante ir y venir de gente. Oxford Street abarca más de una milla y entre las importantes calles que la cruzan encontramos Baker Street, que ofrece en el número 221 B, un museo dedicado a Sherlock Holmes (www.sherlock-holmes.co.uk). La calle más importante de cuantas cruzan Oxford St. es Regent St., principal vía que alberga los grandes almacenes de informática, como Apple, la mayor tienda de juguetes del mundo: Hamleys (www.hamleys.com). Regent conduce hasta Picadilly Circus, donde tendrá que visitar el edificio de Virgin Records. A cinco minutos de Picadilly, en dirección a Charing Cross (si tienes tiempo puedes ojear algún manuscrito en la librería Foyles -nº 119-), encontrarás el Soho. En Old Compton Street, su calle central, están las cafeterías de moda, como Patisserie Vanerie (44 Old Compton Street) famosa por sus pasteles; los restaurantes españoles donde disfrutar de la típica tortilla de patatas (la recomendación: Restaurante Español, en el nº 20); las boutiques y los sex-shops. En este distrito se concentra la movida nocturna.

Mercados y parques, la hora del almuerzo y visitas imprescindibles. Día 2.Segundo día: ¿Quién no ha oído hablar de Notting Hill, además de por el filme protagonizado por Julia Roberts y Hugh Grant? Notting Hill es un pueblo en medio de la ciudad. Hay un mercado a diario y cuando llega el fin de semana surgen cientos de tenderetes de la nada, llenando Portobello Road hasta Notting Hill Gate. Mires donde mires, siempre hay mucha gente comprando presuntas antigüedades.

Tan sólo unos metros separan este barrio tan popular de uno de los espacios al aire libre más visitados, Holland Park, donde podremos convivir con las ardillas. Las zonas verdes de Londres han sido siempre la envidia de otras capitales. Un agradable paseo por Kensington Gardens, su palacio, que albergó a diversos miembros de la Familia Real (25 libras es lo que cuesta visitar las alcobas reales); y la estatua de Lady Di.

Para un aperitivo, por qué no comprar un perrito caliente en uno de los puestos callejeros mientras paseamos por el parque más importante de la capital inglesa: Hyde Park.

El Palacio de Buckingham (www.royal.gov.uk) será la próxima parada. Se puede llegar andando desde Hyde Park, pero es mejor tomar el metro. Junto a Buckingham está el parque de St. James, por el que llegamos a la Abadía de Westminster (20 libras la entrada excepto los domingos, durante los oficios) el Big Ben y las Casas del Parlamento. No podemos marcharnos de Londres sin una foto con la Torre del Reloj. Si nos fatigamos con la cámara, hay que reponer energía con una pinta de cerveza en cualquiera de los pubs que rodean la abadía. Los ingleses dedican poco tiempo a comer. Hay que imitarles. Un sandwich de turkey (pavo), queso cheddar, lechuga y tomate (tres libras en cualquier fast food) será suficiente para continuar el recorrido por Londres.

Sin nos damos prisa y subimos por Whitehall Street, haremos una parada, a las cuatro menos cuarto, para disfrutar del cambio de guardia real. Después, Downing Street: en el nº 10 encontraremos la residencia del primer ministro y un solo guardia en su puerta. Tras la foto de rigor, a ver la estatua de Nelson, en Trafalgar Square. En este mismo lugar se podrá visitar la National Gallery (www.nationalgallery.org.uk), una de las mejores pinacotecas del mundo.

Tan british como Trafalgar y los leones de la plaza son los almacenes Harrod''s, en Knightsbridge (www.harrods.com) Hay que visitar la sección de alimentos en la planta baja y el Harrod"s World.

Para cenar, una buena opción es el pub Black Fair, en el 174 de Queen Victoria Street, en la City; genuina comida ingle sa con ambiente musical de los años 90. Luego se puede escuchar el mejor jazz en Ronnie Scott''s Club, en el 47 de Frith Street. Si buscas más agitación y menos jazz, puedes entrar en el Zoo Bar o en el Walkabout (de 21 a 3 horas), en la plaza de Leicester Square. Y si tu opción es el teatro, hay que pasar primero por internet: www.officialtheatretickets.com

De compras, minicrucero y London Eye. Día 3Tercer y último día:Las compras. Candem Town es la opción más inteligente. Una sudadera de Londres, 10 libras; una taza mind the gap, 4,50; o un vestido de Custo, 20. Hay miles de opciones y gangas en el mercado de Candem, al norte. Luego, con la ayuda del metro, al Museo Británico (www.thebritishmuseum.ac.uk), que es gratis. El tiempo estimado de la visita es de tres horas, como mínimo. Hay mucho que ver.

Y para despedirnos de la ciudad del Támesis, un minicrucero por el río. De camino al muelle de Blackfriars, podemos parar en la estación de King"s Cross. Encontraremos el andén nueve y tres cuartos, famoso por las aventuras de Harry Potter que han hecho de este andén un viaje al mundo mágico de la fantasía. Por tres libras, un barco partirá de Blackfriars (Circle o Distric Line) y nos conducirá hasta la Tower Hill (tres horas de visita por la increíble Torre de Londres por 25 libras merece la pena). A ambos lados del río, y subidos en la barca, contemplaremos la Tate Modern (www.tate.org.uk), que es gratuita (sólo cobra entrada para exposiciones extraordinarias); el "huevo" financiero de la City (conocido mundialmente así por su forma ovalada), y la magnífica catedral de Saint Paul''s, parada obligada que nos costará ocho libras (www.stpauls.co.uk).

¿El mejor final? La gigantesca noria el Ojo de Londres (19 libras). Desde las alturas, y durante 30 minutos, el London Eye nos hará ver los muchos caminos de Londres. El nuestro ha durado tres días.

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