La formación geológica más impresionante de Argentina: así es el misterioso Puente de Inca

En el corazón de la Cordillera de los Andes, en la provincia de Mendoza, Argentina, se alza una de las formaciones geológicas más sorprendentes del continente: el Puente del Inca. Este arco natural de piedra es un testimonio de la interacción entre la naturaleza y el tiempo, situado a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar, en el departamento de Las Heras, muy cerca del Parque Provincial Aconcagua y el paso a Chile.

Un puente tallado por la naturaleza

El Puente del Inca es un arco natural suspendido a unos 19 metros sobre el río Las Cuevas. Formado hace miles de años, se cree que su origen está vinculado a la combinación de la erosión del agua del río, la deposición de minerales de fuentes hidrotermales y los movimientos geológicos. El arco, que mide más de 50 metros de largo y 27 de ancho, presenta un vibrante espectro de colores ocres, amarillos y verdes debido a los depósitos de minerales como azufre, calcio y hierro.

Este fenómeno geológico, compuesto principalmente por travertino, fue conocido desde tiempos precolombinos y formaba parte de las rutas comerciales de los incas. No obstante, fue durante el siglo XIX cuando comenzó a ganar notoriedad entre exploradores y científicos, entre ellos Charles Darwin, quien lo mencionó en sus relatos de viaje.

Historia termal y un destino turístico

A principios del siglo XX, el Puente del Inca fue un importante destino turístico. En esa época, se construyó un lujoso hotel termal que aprovechaba las propiedades curativas de las aguas termales del área. El hotel, que incluía un túnel para conectar las habitaciones con los baños termales situados bajo el arco, se convirtió en un lugar de descanso para aristócratas y viajeros de todo el mundo. Las aguas ricas en minerales se consideraban beneficiosas para tratar diversas dolencias, lo que incrementó la fama del lugar.

Desafortunadamente, en 1965 un alud destruyó gran parte del hotel, aunque el Puente del Inca resistió. Hoy en día, las ruinas del hotel aún permanecen visibles, y el área ha sido declarada Monumento Natural Provincial. Aunque las aguas termales ya no se utilizan con fines terapéuticos, el lugar sigue siendo un sitio de peregrinación para quienes buscan disfrutar de la majestuosidad del paisaje.

Este monumento natural sigue atrayendo a turistas y viajeros por su imponente belleza, su historia fascinante y su conexión con los antiguos pueblos andinos. El Puente del Inca, rodeado de montañas, glaciares y fuentes termales, es un símbolo de la perfecta simbiosis entre el poder erosivo de la naturaleza y el misticismo de las leyendas que lo rodean.