Escapada a Lisboa: redescubriendo Belém en tres días

Jardines, museos y los dos Patrimonios de la Humanidad de Lisboa nos esperan en esta zona de la ciudad.

Museo MAAT

Museo MAAT

/ Cristina Candel

Día 1

En tranvía. Ponemos rumbo a la freguesia de Belém cogiendo el tranvía 15 desde el centro de Lisboa. Zona de peregrinaje para lugareños y turistas que quieren entrar en los dos Patrimonios de la Humanidad de la capital portuguesa: el monasterio de los Jerónimos y la torre de Belém. Esta última rinde homenaje a la época de los grandes descubrimientos marítimos junto al vecino Monumento a los Descubrimientos, a 10 minutos andando. 

Caminando por una calle lisboeta

Caminando por una calle lisboeta

/ Cristina Candel

Pastelitos de Belém. Además de monumentos, la zona guarda otro tipo de tesoro: los pastéis de Belém. Se pueden probar estos dulces de crema y hojaldre, una de las siete maravillas de la gastronomía portuguesa, en la pastelería donde llevan elaborándolos desde 1837 según la receta secreta procedente del Monasterio de los Jerónimos. En la Rua de Belém, n.º 84-92.

Atardecer desde el MAAT. Terminamos la tarde visitando alguna exposición en Central Tejo, antigua central eléctrica y hoy centro de arte unido al Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT) mediante un proyecto paisajístico del arquitecto libanés Vladimir Djurovic. Los atardeceres desde las escaleras o desde la terraza del MAAT, con sus 15.000 azulejos esmaltados que se transforman con el cambio de la luz, no tienen precio.

Feria ARCOlisboa en la Cordoaria

Feria ARCOlisboa en la Cordoaria

/ Cristina Candel

Día 2

Con mucho arte. Desde la terraza del MAAT podemos cruzar, a pie o en bici, la pasarela que salva la carretera y conecta el museo con el interior del barrio y llegar a la Real Fábrica da Cordoaria da Junqueira. Mandada construir por el Marqués de Pombal en 1771, en su día se fabricaban allí cabos y cuerdas para velas de barcos, de ahí su forma alargada (para almacenar las cuerdas extendidas) que la convierte en una de las fachadas más extensas de Lisboa. Un espacio, por tanto, ideal para exposiciones, la feria de arte ARCOlisboa se celebra en su interior. El próximo mes de mayo abre sus puertas del día 25 al 28.

Torre de Belém

Torre de Belém

/ Cristina Candel

LX Factory. Un complemento ideal a la vanguardia de ARCOlisboa es el espacio LX Factory, situado a unos metros de la Cordoaria. Se trata de una zona industrial rehabilitada que hoy alberga tiendas de moda sostenible, estudios de música, pequeños talleres, librerías, restaurantes, espacios de coworking... 

Cena de moda. A la hora de la cena, podemos optar por unos de los restaurantes de LX Factory (ideal The Therapist, un restaurante terapéutico que ofrece menús adaptados a las necesidades de cada persona) o cruzar la avenida y cenar en el SUD Lisboa, uno de los locales de moda, con terraza y un lounge con piscina al aire libre. 

Librería Les Devagar en LX Factory

Librería Les Devagar en LX Factory

/ Cristina Candel

Día 3

De jardín en jardín. Tenemos muchos jardines para darnos un buen paseo en nuestro último día en Belém. El Jardín de la Plaza del Imperio, el Botánico Tropical, el de Vasco da Gama y el Afonso de Albuquerque están situados a pocos metros entre sí. Y junto a ellos, la mayor plaza portuguesa, la del Imperio, con casi tres hectáreas e inalterada desde 1940. 

Entre carruajes. Para los que se hayan quedado con ganas de más arte, Belém es una de las zonas lisboetas que atesora más museos por metro cuadrado y bien merecen una visita el Museo Colección Berardo (el museo de arte contemporáneo más importante de Lisboa, con obras de Bacon, Bourgeois, Chagall, Dalí, Picasso...), el Museo Nacional de Carruajes (con una colección única en el mundo de carruajes) y el museo de la Presidencia de la República, que alberga el Palacio de Belém. 

Última visión. Cruzamos el puente 25 de abril (puede ser en tren, por su parte inferior) para despedirnos con la mejor visión de Lisboa desde la otra orilla. Existe la opción de subir al interior del Santuario de Cristo Rey y desde una altitud de 113 metros sobre el nivel del Tajo capturar una última estampa de la ciudad. Y, con suerte, en días claros, hasta del Palacio da Pena de Sintra.

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