El enigma del pozo sin fondo en Francia: nadie logra explicar su origen

En la pintoresca localidad francesa de Tonnerre, situada en Borgoña, existe un asombroso enigma de la naturaleza: el pozo Dionne. Este manantial subterráneo sigue siendo un misterio y, a día de hoy, nadie ha podido localizar su nacimiento.

Debemos retroceder hasta la época de los romanos, puesto que fueron ellos los que descubrieron este pozo y decidieron crear a su alrededor un asentamiento. Durante siglos, sus aguas han abastecido a la ciudad y es que el manantial expulsa a día de hoy más de 300 litros de agua por segundo. Y, ojo, porque en días de lluvia puede alcanzar cerca de los 3.000.

A lo largo de su historia, este misterioso pozo ha tenido varios usos: los celtas, por ejemplo, lo consideraron una fuente sagrada y lo utilizaban para ciertos ritos, mientras que los franceses lo han usado como lavadero de ropa o piscina pública por un tiempo.

Dispares han sido los usos de este pozo sin fondo, conocido como Fosse Dionne, como también lo han sido las leyendas sobre su formación. Y es que se sabe que el agua emerge de una red de cuevas subterráneas de piedra caliza, pero nadie ha podido localizar su nacimiento.

¿Qué se sabe del pozo sin fondo?

Pese a que sigue siendo un enigma sin resolver, sí sabemos que este manantial kárstico se alimenta del agua de lluvia de los cerros circundantes y de, al menos, un río subterráneo, el Laigne.

A lo largo de la historia, se ha intentado resolver el misterio de Fosse Dionne y, para ello, varios buceadores han intentado llegar al final del manantial para averiguar su origen. La realidad es que todos los intentos han sido un fracaso y, además, han acabado con la vida de estos expedicionarios acuáticos.

En 1974 y en 1996 varios buzos intentaron sumergirse en el pozo, pero debido a los angostos pasadizos submarinos no consiguieron salir con vida. A día de hoy, se ha conseguido llegar tan solo a unos 370 metros de la entrada y es que la principal dificultad de esta operación se debe principalmente a que el conducto natural del pozo tiene forma de ‘diente de sierra’, lo que obliga a los buzos a cortar su progreso y a realizar paradas técnicas para la descompresión.

Tonnerre se convirtió a finales del siglo pasado en un lugar de interés para los amantes del buceo y de los misterios sin resolver. Hasta que, en 1996, tuvo lugar otro accidente mortal y el ayuntamiento de la localidad decidió prohibir todo tipo de buceo.

Leyendas de todo tipo para el pozo sin fondo

Existen varias leyendas en torno al origen de este pozo sin fondo. La más antigua tiene su origen en el siglo V y hace alusión a una serpiente de grandes dimensiones y cargada de un veneno letal. Este basilisco mataba a todos los vecinos de Tonnerre que se cruzaban en su camino hasta que San Juan Abad decidió tomar cartas en el asunto.

Armado con un pico y una pala salió en busca de la serpiente y allá donde fue vista por última vez, empieza a cavar. Encuentra su guarida, pero justo cuando golpea con el pico, empieza a brotar agua que desborda la cavidad hasta formar la Fosse Dionne.  

Otras leyendas hacen referencia a que este manantial es la puerta al inframundo y hablan de monedas del diablo o de una virgen con un manto color esmeralda. Lo cierto es que todos estos relatos suponen una lucha entre el bien y el mal y pretenden arrojar luz y algo de poesía a una formación geológica que aun sin tanto misticismo… alberga secretos aun desconocidos para el hombre.