Diez capitales europeas que ya deberías haber visitado
No te quedes en las ciudades más típicas y turísticas y descubre estas capitales: algunas poco visitadas, otras con más afluencia pero con muchos secretos por hallar.
Las capitales europeas son conocidas -unas más que otras- por sus cascos históricos, sus vestigios de antigüedad o sus zonas más modernas. Sin embargo, cada una tiene un encanto único. Más allá de las más típicas como son Lisboa, Madrid o París, este recorrido te llevará por diez de las capitales menos conocidas y más bonitas de Europa.
Estocolmo, Suecia
Pese a ser la ciudad escandinava más grande, se distrubye a lo largo y ancho de 14 islas y rodeada de naturaleza por todas partes. La más antigua es Gamla Stan, el casco histórico donde se hallan los edificios más antiguos e importantes. Está en el núcleo ferroviario sueco, por lo que desde ella es muy fácil viajar a otras ciudades europeas cercanas como Helsinki, Copenague o Hamburgo. En el Museo Vasa conservan el barco homónimo de la época vikinga, además de muchos otros objetos históricos.
Reikiavik, Islandia
Al contrario que Estocolmo, Reikiavik es una de las capitales menos pobladas. Aun así, es una ciudad llena de encanto, donde se entremezcla la ciudad más urbanita y la naturaleza más sorprendente. Islandia es una de las mejores localizaciones para avistar auroras boreales. El mejor lugar para verlas es cerca del mar en Seltjarnarnes, alejado de la contaminación lumínica de la ciudad. Además, la cultura islandesa es de lo más llamativa, con platos tradicionales como tiburón fermentado, y repleta de arte.
Budapest, Hungría
El cauce del río Danubio sirve de nexo entre Buda y Pest, los dos barrios históricos que dan nombre a la ciudad. En el siglo XIX competía al mismo nivel que París o Viena con a sus avenidas, cafés literarios y teatros. Su patrimonio y oferta cultural se ha renovado hasta tal punto que ahora vuelve a vivir su mejor época. Algunos de los monumentos más reseñable de esta preciosa ciudad es la Basílica de San Esteban, el Parlamento de Budapest, el Puente de las Cadenas, la Ópera Nacional o el Mercado Central.
Roma, Italia
La Ciudad Eterna mantiene el encanto del que ya gozaba hace 3.000 años, como su nombre indica. Con monumentos tan antiguos como importantes, como son el Coliseo, los Foros Imperiales, el Panteón o la Fontana di Trevi, Roma es una capital europea imprescindible. Es cierto que gran parte de su atractivo radica en lo relativo al antiguo imperio, pero también presenta una gran oferta de actividades de lo más modernas, como las relacionadas con la moda o la gastronomía.
Zagreb, Croacia
Aunque Croacia tiene otros destinos más elegidos por muchos, como Dubrovnik, destino preferido por veraneantes, la verdad es que la capital no se queda para nada atrás, además de ser más económica. Es una ciudad llena de historia, con lugares únicos como el Túnel Grič (refugio durante la Segunda Guerra Mundial), el Museo de Nikola Tesla o la Torre Lotrščak. El funicular conecta la Ciudad Alta con la Baja, aunque también puede subirse y bajarse a pie por la Strossmayer Promenade.
Atenas, Grecia
Es considerada la cuna de la civilización. En esta ciudad se puede observar a simple vista la mezcla de culturas que han dejado huella. Lo más destacable son las ruinas arqueológicas de la Acrópolis, entre las que destacan el Partenón, el templo de Atenea Nike o el Ágora; pero la Atenas más moderna también merece una visita por los barrios de Plaka, Monastiraki, Thissio o Anafiotika. Una de las actividades más curiosas para hacer es ver el cambio de guardia en la Tumba del Soldado Desconocido, un homenaje a todos los soldados griegos caídos vigilado las 24 horas por los 'evzones'.
Varsovia, Polonia
La mayor parte de Varsovia tuvo que ser reconstruida después de que Hitler la mandara arrasar en 1945, lo que ha provocado que convivan la Ciudad Vieja y la Nueva. El Casco Antiguo está reconstruido, pero intentando imitar lo que fue, cosa que refleja la voluntad de superar los malos tiempos. Es un gran centro cultural y científico, sede de 18 facultades, la Orquesta Filarmónica, el Gran Teatro de la Ópera y Ballet neoclásico, bibliotecas, museos, teatros...
Viena, Austria
Famosa por albergar uno de los mercadillos navideños más bonitos de Europa, su oferta va mucho más allá. Fue una importante urbe durante la época del Imperio autrohúngaro, señal de ello son los imponentes monumentos y palacios que se erigen a lo largo de la ciudad. Fue también cuna de importantes músicos como Johann Strauss o Franz Schubert y capital musical de Europa durante varios siglos. Su centro, además, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Berna, Suiza
Esta es probablemente la capital más atípica del mundo, pues reúne todos los requisitos para serlo pero no hay ninguna ley que así la denomine. Cuenta con el único casco histórico cuya pérdida la UNESCO consideraría irreparable, ya que es el que mejor ha logrado conservar sus características históricas. La ciudad fue refugio de personalidades como Paul Klee o Albert Einstein, que cuentan con museos propios. El río Aare es apto para el baño, con vista al impresionante Bundeshaus (el parlamento). Es la puerta a los Alpes y el centro neurálgico de Suiza, desde donde poder visitar otras localizaciones del país.
Edimburgo, Escocia
Esta impresionante ciudad medieval es la Ciudad Literatura de la UNESCO, además de Patrimonio de la Humanidad. Sus edificios transportan al viajero a tiempos pasados o incluso a películas que te transportan a Hogwarts y series como Juego de Tronos y Outlander. Está llena de castillos, casas de piedra, actividades exteriores e interiores, festivales, librerías, catedrales, iglesias, museos... Todo lo que hace de Edimburgo un lugar mágicamente especial.
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