Estos destinos son mejores en octubre que en septiembre: anótalos

Uno de los trucos evidentes es cambiar de hemisferio. Y pasar del verano del norte a la primavera del sur, una jugada perfecta. Por ahí empezamos, volando a Argentina, donde se quitan el abrigo y vuelven a las calles. Y nosotros con ellos.

Visitar la Patagonia en octubre es un verdadero regalo de la naturaleza. Mientras en otras partes del mundo el otoño tiñe los paisajes, aquí la primavera empieza a florecer. Los días son más largos y templados, ofreciendo condiciones perfectas para explorar sus vastos paisajes, desde los glaciares de El Calafate hasta los lagos cristalinos y montañas nevadas de Bariloche. Octubre también significa menos turistas en comparación con los meses de verano, lo que permite disfrutar de la tranquilidad y la inmensidad de la región. Las flores silvestres comienzan a cubrir los prados, y la fauna —especialmente las ballenas en la Península Valdés— está en plena actividad.

Kyoto en octubre es una mezcla de serenidad y belleza. El intenso calor del verano ha quedado atrás, y la humedad de septiembre ya no es una preocupación. Este es el momento ideal para ver cómo el otoño comienza a envolver la ciudad en tonos de rojo, naranja y dorado. Aunque el famoso follaje otoñal alcanza su apogeo en noviembre, octubre permite explorar los templos y jardines de Kyoto sin el abarrotamiento de turistas que se verá más tarde. Lugares emblemáticos como el templo Kiyomizu-dera y el Bosque de Bambú de Arashiyama adquieren una atmósfera casi mágica bajo la suave luz otoñal. Además, durante este mes se celebra el Jidai Matsuri, un festival que conmemora la historia de la ciudad con desfiles de trajes tradicionales.

Nueva York en octubre es pura energía. Las hojas en Central Park empiezan a cambiar de color, ofreciendo un telón de fondo perfecto para disfrutar de paseos tranquilos por la ciudad. Este mes también es sinónimo de Halloween, y Nueva York se transforma para la ocasión. El desfile de Halloween en el Village es uno de los eventos más icónicos, donde la creatividad y la cultura pop se mezclan en un espectáculo al aire libre. Además, el clima es ideal para recorrer los barrios más emblemáticos, desde el histórico Brooklyn hasta la vibrante Manhattan, sin el calor sofocante del verano ni el frío del invierno. Octubre ofrece una Nueva York más apacible, con un aire fresco que la convierte en un destino vibrante pero acogedor.

El Valle del Loira en octubre es una joya para los amantes de la historia y el vino. El clima fresco invita a explorar sus majestuosos castillos, como Chambord y Chenonceau, envueltos en el misticismo del otoño. Octubre también marca el final de la vendimia, lo que convierte a este mes en el momento ideal para disfrutar de catas de vino en las bodegas locales. Con menos turistas que en el verano, el ambiente es tranquilo y relajado, permitiendo una inmersión más íntima en la cultura y gastronomía de la región. Pasear entre los viñedos dorados y degustar los vinos de temporada es la experiencia que todos necesitamos en otoño.