Descubre la esencia de Santo Domingo con estos cinco planes irresistibles

Desplegada a orillas del río Ozama, Santo Domingo es la ciudad más antigua de América. La enérgica capital del país vibra con su cultura, enseña con su rica historia y embelesa con sus parajes naturales conformando una parada imprescindible en todo viaje a República Dominicana, perfecta para hacerse con la esencia dominicana. 

Estas fabulosas propuestas te darán la oportunidad de descubrir la urbe y tener una experiencia de lo más completa, en combinación con las espectaculares playas de Punta Cana o La Romana, a tan solo 125 kilómetros de distancia. 

El corazón histórico de Santo Domingo es también el lugar donde dejarse llevar por la vida de la capital. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, exhibe algunos de los edificios más importantes del Nuevo Mundo, como son la Catedral Primada -primera catedral levantada en América-, el Palacio Virreinal de Don Diego Colón, el Alcázar de Colón o el Museo de las Casas Reales.

Por las tardes, la calle comercial de El Conde se llena de improvisadas mesas de ajedrez en las que los locales muestran sus destrezas. Al finalizar la calle, la Puerta del Conde, principal entrada a la vieja ciudad fortificada, da paso al Parque de la Independencia, en el que se encuentra el Altar a la Patria. Este asombroso mausoleo de mármol acoge los restos de los padres fundadores de la República.

Al atardecer, turistas y locales se acercan Malecón para pasear o tomar algo mientras contemplan el mar Caribe. Este paseo marítimo se extiende, durante 14 kilómetros, a lo largo de la costa de Santo Domingo y tiene su punto de mayor acción en la Plaza Juan Barón, donde no faltan cafeterías y atracciones con las que grandes y pequeños pueden entretenerse. En el paseo también es posible apreciar el monumento a Fray Antonio de Montesinos, una imponente estatua que homenajea a este fraile español defensor de los derechos de los taínos, y el fuerte de San Gil.

El género musical más popular del país llena de alegría y contagiosos ritmos las calles de Santo Domingo. Asistir a un espectáculo en vivo o aprender a bailarlo en sus discotecas, o en alguno de los clubes que imparten clases, será una buena opción para mimetizarse con la cultura del país. Además, en la cuna del merengue se celebra un festival dedicado al baile nacional durante la última semana de julio y la primera de agosto. Desde 2016, el merengue forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad junto a la bachata. 

Tres bonitos lagos de profundos turquesas son los protagonistas de este espectacular espacio natural moldeado por cuevas. El bello paraje natural está ubicado a tan solo ocho kilómetros de la Zona Colonial y fue refugio de los taínos. En sus paredes calizas se pueden observar restos de rituales y animales fosilizados. La mayor sorpresa se encuentra en la cueva más profunda. ¡No dejes de subir a la rudimentaria barca que recorre su lago para descubrir el tesoro que aguarda al otro lado!

Muy cerca del Parque Nacional de los Tres Ojos se localiza el Faro a Colón, al otro lado del Parque del Este. Esta torre en forma de cruz latina, de 36,5 metros de alto y 800 de ancho, fue construida para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América. En su interior alberga un museo sobre los pueblos de América Latina. Pero lo más impresionante sucede cuando, en ocasiones señaladas, enciende su haz de luz alumbrando hasta más de 60 kilómetros de distancia.

Más de 69.000 especies de plantas tropicales y árboles nativos siembran este oasis verde en medio de la capital dominicana. Un lugar tranquilo para desconectar del ajetreo de la ciudad y conocer la flora del país mediante un entretenido paseo en bicicleta o en el trenecito que lo recorre.